Historia
El país que volvió de una guerra con más soldados de los que se marcharon porque “había hecho un amigo”
En la conocida guerra de las siete semanas que enfrentó al Imperio Austro-Húngaro con el Reino de Prusia, este territorio mandó 80 soldados y tras el fin del conflicto, volvieron 81
La conocida como guerra de las siete semanas enfrentó al Imperio Austro-Húngaro y al Reino de Prusia, un conflicto que tuvo lugar entre junio y agosto de 1866, con victoria prusiana gracias a una clara ventaja por su organización militar. Con la llamada “Paz de Praga”, Prusia constituyó la Confederación Alemana del Norte, de 22 estados, convirtiéndose en la potencia hegemónica en Alemania y pudo establecer la unión de los Estados alemanes situados al norte del río Meno, reemplazando la Confederación Germánica.
Por el lado de los vencidos, Austria sufrió un debilitamiento del Estado frente a los movimientos nacionalistas de los distintos pueblos. Una contienda corta pero intensa, en la que participaron varios pequeños ejércitos de la zona. Uno de los que participaron en el conflicto fue Liechtenstein, con un pelotón de 80 hombres, dispuestos a ayudar en las tareas de la defensa del Brennero, lugar montañoso entre Italia y Austria.
Desde que en 1719, el emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico decretara que se unieran el condado de Vaduz y el señoría de Schellenberg con el nombre en honor al príncipe Antonio Florián de Liechtenstein, este pequeño principado participó en varios conflictos bélicos.
Pero la población de este territorio se sintió decepcionada en esta última contienda, porque los ochenta efectivos tendrían que trasladarse al lado austriaco y aliarse con ellos. Se sentían traicionados, y el príncipe Juan II tuvo que pactar con sus súbditos, pues solo se desplegó contra Italia y el italiano Freischar, pero no contra Prusia. Así, les hizo la promesa de que esta sería la última vez que Liechtenstein lucharía en un conflicto externo.
Tras el final de aquella guerra del siglo XIX, Liechtenstein regresó a casa sin ninguna baja. Ninguno de los 80 soldados resultaron ilesos, pero acabaron volviendo al principado 81. Una curiosidad nunca vista en un conflicto bélico, en la que este batallón “hizo un amigo” y demostró que no siempre en las guerras se pierde.
Algunos historiadores aseguran que un soldado austriaco decidió jurar lealtad a Liechtenstein y se alistó en pleno conflicto. Otros piensan que fue un desertor italiano que no tuvo más remedio que buscar una nueva vida lejos de su país. Según el historiador Peter Geiger, se trataba de un oficial de Austria, que servía como “enlace con el resto del Imperio Austro-Húngaro, siendo una especie de guardia de honor”, tal y como cuenta a Tagblatt.
Liechtenstein, por su parte, no tuvo que firmar el tratado de paz, pues no era considerado un enemigo por Prusia. Pero su abstinencia provocó que el general prusiano Moltke, jefe del Estado mayor durante treinta años, nunca se atreviera a pasar por el territorio porque creía que la guerra continuaba contra el principado.
Esta fue la última vez que el principado participó en un conflicto. En 1868, dos años después de la Guerra de las siete semanas, se disolvió su ejército y decidió tomar una posición de neutralidad que mantiene a día de hoy. “Mucha gente piensa que, si Liechtenstein fuera atacado, sería defendido por Suiza. Pero la propia constitución estipula que cualquier persona menor de 60 años puede portar armas en caso de emergencia”, afirma el historiador al medio.
Los veteranos de guerra llegaron a formar un club 25 años después, pero el último de ellos, Andreas Kieber de Mauren, murió en 1939, según Lie Zeit.
Actualmente, el PRincipado de Liechtenstein, ubicado entre Suiza y Austria, es uno de los seis micro-Estados que hay en Europa y su forma de gobierno es la monarquía constitucional. Aunque no es miembro de la Unión Europea, forma parte del Espacio de Libre Circulación europeo desde el año 2011.
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