Polémico

El ex canciller alemán Schröder, apestado en Occidente, amado en Rusia

El que fuera líder de los socialdemócratas es amigo de Putin y dirige el consejo de administración de Nord Stream 2. El gigante gasístico Gazprom quiere auparlo ahora al consejo de vigilancia

El excanciller alemán socialdemócrata Gerhard Schröder
El excanciller alemán socialdemócrata Gerhard SchröderlarazonAgencia EFE

El que fuera todopoderoso jefe de Gobierno alemán entre 1998 y 2005, Gerhard Schröder, vive horas bajas entre los miembros de su partido, el SPD. El número de líderes socialdemócratas que busca distanciarse del ex canciller, un hombre vinculado al gasoducto Nord Stream 2 y con intereses en el mercado del gas ruso, va en aumento después de que se manifestase en público sobre las tensiones en torno a Ucrania. Cercano a Vladimir Putin y a los grandes grupos empresariales rusos, el ex jefe de gobierno alemán despierta cada vez más suspicacias dentro y fuera de su país. “Gerhard Schröder debería contenerse. Con eso nos haría un favor a todos”, declaró este viernes al semanario “Der Spiegel” la jefa de las juventudes del Partido Socialdemócrata (SPD), Jessica Rosenthal.

También el secretario general de la formación, Kevin Kühnert, criticó esta semana que el ex canciller “guíe sus acciones en base a intereses económicos”. “Desdibuja el límite entre sus actividades empresariales y el oído que se le presta en tanto que exjefe de Gobierno experimentado. No sólo no está bien, sino que es triste”, afirmó Kühnert en declaraciones al diario “Tagesspiegel”. Un editorial de la cadena de televisión pública ARD decía: “Este Gerhard Schröder erra (tal cual un elefante) en medio de la cacharrería de la política exterior, por algún desagradable y grisáceo vericueto, entre la farsa y el desasosiego”.

A sus 77 años, Schröder, el hombre que logró imponerse a Helmut Kohl, el inamovible canciller de la Reunificación, se reunió a principios de enero con varios miembros del partido, entre ellos los antiguos dirigentes de la formación Martin Schulz y Matthias Platzeck, según revelaron varios medios alemanes. De acuerdo con los participantes, en el encuentro no se trató la cuestión del gas, pero aún así la noticia supuso otro golpe a los esfuerzos del SPD por mostrar una imagen de unidad con respecto a Rusia, no sólo a nivel doméstico sino también internacional.

La semana pasada, el canciller Olaf Scholz aseveró que Schröder no tiene ninguna influencia sobre la línea del partido y afirmó en declaraciones a la televisión pública alemana que “según la Constitución, Alemania tiene un sólo canciller y ése soy yo”. “No habla en nombre del Gobierno. No trabaja para el Gobierno,” explicó una vez más el pasado lunes en Estados Unidos, después de que en una entrevista con la cadena CNN le preguntaran por el “mensaje” que mandan las actividades del excanciller.

Schröder, que alardea de tener una relación personal con Putin, es presidente de la comisión de socios del gasoducto Nord Stream y dirige también el consejo de administración de Nord Stream 2, el conducto cuyo proceso de certificación está paralizado en el contexto de las tensiones con Rusia. Según explica la politóloga Ursula Münch a la agenciua Afp, Schröder ya era canciller cuando Putin ascendió al poder en 2000, y por entonces entablaron “una verdadera amistad, apoyada en la confianza” recíproca, retratando el primero al segundo en 2004 como a un “demócrata perfecto”. También pesa lo suyo el pasado familiar de ambos. Tal y como explicó el propio Schröder: “Yo perdí a mi padre”, soldado de la Wehrmacht, abatido en Rumania en 1944, y “un hermano de Putin murió durante el sitio de Leningrado (San Petersburgo)”, añadió.

También es jefe del consejo administrativo de la compañía estatal rusa Rosneft y ha sido nominado a formar parte del mismo ente en el organigrama del gigante energético Gazprom, una decisión que será tomada el próximo mes de junio.

A finales de enero, Schröder manifestó su esperanza de que “Ucrania ponga fin pronto al ruido de sables” y calificó de “pequeña provocación” de que la ministra de Exteriores alemana viajase a Moscú desde Kiev, informa Efe.

Como excanciller, Schröder cuenta con una oficina, empleados y un vehículo financiado a la costa del erario público; la Asociación de Contribuyentes le pidió este mes renunciar a ellos ya que representa “intereses empresariales rusos”. El periódico alemán diario Bild calcula este gasto en casi 300.000 euros anuales. Los conservadores, en la oposición, exigen que el Estado deje de pagárselos.

Una facción del SPD, el partido de Schröder, favorece el entendimiento con Rusia, en particular a través de las relaciones económicas, aunque la parte de la formación que exige adoptar una línea dura contra Moscú en vista de las tensiones en torno a Ucrania está ganando la lucha por la hegemonía interna.