Testimonio

“Las sanciones no serán suficientes, Putin está realmente loco”

LA RAZÓN habla con una ucraniana que nos cuenta el sufrimiento de todo un país y la grave situación que vive Ucrania

Nube de humo después de una explosión en la capital de Ucrania, Kyiv.
Nube de humo después de una explosión en la capital de Ucrania, Kyiv.DPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, decidiera invadir Ucrania, los días se hacen cada vez más largos para millones de ucranianos, que han tenido que cambiar su rutina diaria. Tuvieran que trabajar, hacer deporte, estudiar... Cualquier tarea que una persona común realiza en el país, todo se ha reducido a un único objetivo en la vida de todos aquellos que viven en la nación: sobrevivir. Bombardeos, explosiones, tiroteos y demás hechos atroces componen la incertidumbre que tienen que sufrir inocentes civiles que se defienden como pueden y tratan de evitar que las tropas rusas consigan hacerse con su territorio.

Muchas personas como Veronika, residente de Ucrania, ni siquiera pueden dormir. Los ruidos externos de los estallidos que sufre su país, el saber que Ucrania está envuelta en una revuelta que no ha decidido sufrir. En definitiva, el pasar de los días sin ver el final de un conflicto provocado por Rusia que llevan aguantando desde 2014, y en los últimos días se ha intensificado desde que Putin decidiera reconocer la región de Donbass, aprobar la utilización de sus tropas en el extranjero y provocar una agresión a gran escala.

“No estamos seguros aquí, utilizan misiles en toda Ucrania. Me tuve que marchar de mi población natal”, explica Veronika a LA RAZÓN, quien recuerda que cuando cambió de ciudad, estaba aterrorizada por el temor a tener que moverse en las carreteras. “Había explosiones a cada rato”, afirma. Asimismo, explica que en su empresa le permiten trabajar a distancia, y ella podría abandonar perfectamente el país para estar a salvo. Pero decidió quedarse en Ucrania y mientras dure la guerra, no va a abandonar a sus conciudadanos. “Tengo mucha familia aquí, inclusive abuelas que no tienen pasaporte para salir. No voy a abandonarles, y estoy intentando de ayudar tanto como pueda. Además, creo que pronto destruiremos a los enemigos”.

Algunos de sus allegados residen cerca de Kyiv, la capital y la ciudad que más bombardeos sufre en las últimas horas. Sus familiares y amigos le cuentan que la tónica diaria son sirenas de guerra, alertando a todos aquellos que viven en el territorio de que hagan todo lo posible para estar a salvo en una situación nada certera. Ella, en el lugar en el que se ha refugiado, dice que la situación no es tan dura, pero sabe que a día de hoy, en Ucrania “no hay lugares seguros”.

Son momentos terribles los que el país sufre, pero los ucranianos no están solos. La comunidad internacional se ha volcado en favor de Ucrania, y mientras los gobiernos envían apoyo militar y humanitario, la sociedad ha mostrado también su apoyo. Londres, Madrid, Praga... Muchas capitales del mundo salen a la calle para protestar contra el Kremlin y su líder, que han llevado al mundo a una tensa situación no vista en décadas.Hasta los mismos ciudadanos de Rusia se han manifestado para acabar la guerra cuanto antes. “No sé cuánto tiempo puede durar la guerra, pero debe parar tan pronto como sea posible. Somos muy fuertes. Vamos a defendernos, queremos vivir con Europa, no a las órdenes de Rusia”.

Mientras, la Unión Europea o Estados Unidos, así como otros países, han impuesto duras sanciones contra el gobierno ruso y el país, tales como la prohibición de poder volar en su espacio aéreo, la salida de algunos bancos de Rusia del sistema SWIFT o la prohibición a los clubes rusos de participar en competiciones internacionales. Pero Veronika asevera que quizás no sean suficientes: “Putin es un hombre que está realmente loco. La guerra no va a terminar y él va a seguir adelante. Tal vez las sanciones puedan funcionar, pero lo harían en caso de que vayan hacia él, su familia y su círculo”.