Relevo

Truss prepara su “bazuca” contra la crisis energética en Reino Unido

Los planes de la primera ministra con un coste de 170.000 millones de euros para congelar las facturas de la luz provocan una caída de la libra. El primer cara a cara entre la líder “tory” y el jefe de la oposición laborista se atasca en quién debe pagar el sobrecoste energético

Liz Truss presidió este miércoles la primera reunión de su Gabinete en Downing Street
Liz Truss presidió este miércoles la primera reunión de su Gabinete en Downing StreetFrank AugsteinAgencia AP

“Vamos a cumplir, vamos a cumplir, vamos a cumplir” con esta reiteración más propia de Tony Blair, la nueva primera ministra británica, Liz Truss, prometió en su discurso de aceptación del lunes congelar los precios de la energía que están ahogando a las familias británicas. Bajo este mandato, Truss presidió este miércoles su primera reunión del Gabinete entre los que se encuentran sus aliados más cercanos. Todas las miradas estaban puestas en el nuevo Chancellor (ministro de Economía), Kwasi Kwarteng, sobre quien va a caer la hercúlea tarea de frenar la espiral inflacionista con unos precios de la energía en máximos históricos como consecuencia de la guerra en Ucrania. Hijo de inmigrantes ghaneses, Kwarteng, de 47 años y educado en la elitista escuela de Eton, recibió su primer cargo de gobierno hace apenas unos meses (en enero) como subsecretario de negocios. Es, sin embargo, una de las figuras más próximas a la nueva primera ministra desde que entraron juntos en la Cámara de los Comunes en 2010.

También fue muy comentada la entrada en el Número 10 de la nueva secretaria del Interior que sucede a la polémica Priti Patel. La ex fiscal general, Suella Braverman, fue adversaria de Truss en las primarias, pero cuando cayó supo ponerse detrás de la favorita y, lo que quizás sea más importante, hizo que el sector euroescéptico apoyase su candidatura frente a la de su rival, Rishi Sunak. Patel ha sido enviada al exilio, pero su círculo cercano advierte a la prensa de que no lo hará en silencio y que todavía ambiciona ocupar el cargo más importante: el Número 10.

El puesto de Truss en Exteriores se lo ha quedado su antiguo colaborador, James Cleverly, de 52 años, ex secretario de Educación. Fue uno de los últimos nombramientos que hizo Johnson cuando tuvo que enfrentarse a la estampida de los miembros de su Gabinete, pero antes era el número dos de la dirigente “tory” en Exteriores. Conoce bien el Ministerio y seguirá la política de línea dura con Rusia. El secretario de Defensa, Ben Wallace, es uno de los pocos supervivientes. Truss le premia su gestión en la guerra de Ucrania y también que, a pesar de su popularidad, renunció a presentarse a las primarias y le dio su apoyo. Otra cara que se repite es la del excéntrico “brexiter”, Jacob Rees-Mogg, como secretario de Negocios y Energía. Este nombramiento demuestra el interés de la “premier” de mantener a los fieles de Boris Johnson cerca suyo.

La recién estrenada ministra de Comercio Exterior, Kemi Bradenoch, de 42 años y de origen nigeriano, es una de las estrellas en ascenso dentro del Partido Conservador británico. Se convirtió en la sorpresa de las primarias y Truss ha querido atraerla a su lado. Pese a que está más vinculada a temas como la educación y la cultura, Bradenoch se ocupará ahora de la cartera de comercio.

De todos los retos que tiene pendiente el nuevo Gobierno británico, la rebaja de la factura de la luz es sin duda el más urgente. La tormenta energética centró ayer el primer cara a cara entre Liz Truss y el jefe de la oposición, Sir Keir Starmer. El líder laborista acusó a la primera ministra de anteponer los intereses de las empresas al de los trabajadores al descartar un impuesto sobre los “beneficios caídos del cielo” de las eléctricas. Tras más de dos años enfrentándose a Johnson, el líder laborista tenía que aportar ideas nuevas para adaptarse a su nueva rival.

El debate fue más ideológico y abandonó las batallas personalistas tan johnsonianas. La primera ministra británica empezó dubitativa, pero fue ganando en confianza y en determinación. Defendió su bajada de impuestos como la fórmula más efectiva para combatir el aterrador aumento del coste de la vida. La conservadora alegó que gravar a las petroleras o las gasistas, como pide el Partido Laborista, “desincentivaría la inversión” empresarial y extranjera. “No se logra crecimiento subiendo los impuestos”, sentenció la nueva inquilina del Número 10. Starmer advirtió que el plan de Truss supondrá un aumento de la deuda pública que pagarán todos los trabajadores durante las próximas décadas. Ella le contestó que está al lado de los ciudadanos que trabajan duro y que quieren “conservar el dinero que ganan”. Lamentó que la izquierda no entienda los conceptos de “aspiración y oportunidad”.

Truss presentará este jueves su plan para congelar las facturas durante un periodo mínimo de 18 meses ante las previsiones de una subida del 80% del precio para este otoño. El paquete de ayudas que prepara Kwarteng podría superar los 150.000 millones de libras (172.000 millones de euros), según adelantan los medios británicos. Los mercados reaccionaron negativamente con la mayor caída de la libra respecto al dólar desde 1985 ante los temores de más endeudamiento.

En un encuentro con líderes empresariales, el nuevo ministro de Economía expuso ayer un nuevo enfoque abanderado por la primera ministra “a favor del crecimiento”, que incluye un apoyo inmediato a las familias y a las empresas. Kwarteng resaltó la importancia de crear las condiciones adecuadas para la inversión empresarial y la innovación, reducir las regulaciones y los impuestos porque, en su opinión, es la mejor manera de crear empleos y generar riqueza.