Testigo directo

«Tardaremos decenas de años en volver a tener otra reina»

Cientos de miles de monárquicos, turistas y curiosos se agolpan en las calles para ser parte de una ceremonia sin precedentes

Ciudadanos siguen el funeral de Estado en una de las pantallas gigantes habilitadas en el parque Hyde Park en Londres
Ciudadanos siguen el funeral de Estado en una de las pantallas gigantes habilitadas en el parque Hyde Park en LondresLewis JolyAgencia AP

La vida normal en Reino Unido se trastocó el pasado 8 de septiembre con el fallecimiento de la reina Isabel II pero hoy la capital ha amanecido directamente paralizada. Zoe y Karley trabajan en el primer turno de St James Café. Hoy se han tenido que levantar a las 3 de la madrugada para poder llegar a su trabajo a las 5 debido a los cortes de tráfico. Nunca antes habían visto la calle tan llena a esas horas. Familias y amigos acamparon el domingo por la noche en The Mall para ver la procesión real desde el Palacio de Buckingham. Zoe y Karley están agotadas pero se quedan en la calle porque quieren «ser parte de un evento histórico de esta magnitud». La ceremonia en la Abadía de Westminster empezó a las 11:00 horas, horas antes los puntos de seguimiento estaban ya colapsados. Monárquicos, turistas y curiosos se han agolpado en las pocas cafeterías o pubs abiertos en Victoria Street para seguir los actos. Swapna nació en Londres pero sus padres son de Bangladesh. Ha intentado llegar este lunes hasta Westminster pero no pudo. «Podría verlo desde casa pero es mejor compartirlo con gente». Para esta mujer de mediana edad, Isabel II era muy especial. «No tendremos una reina en cientos de años. Tenemos ahora a Carlos III, luego a Guillermo y después a su hijo Jorge», dice resignada.

Christian ha venido especialmente a Londres para el funeral de Estado. Es miembro de la Royal Air Force como Wing Commander y está destinado en Arabia Saudí. Tuvo el privilegio de conocer a la reina hace 7 años. «Estaba muy nervioso, pero ella te habla como si fuera un amigo o un familiar. Te hace sentir bien y relajarte». Para Christian el pleno de líderes internacionales y de casas reales es una demostración de la influencia que tuvo Isabel II como reina.

Todavía dice que no tiene elementos suficientes para valorar cómo va a ser el reinado de Carlos III. “Tiene un carácter muy distinto. Pero las primeras impresiones han sido positivas”, afirma. Christian se pone en su lugar y piensa que no debe ser fácil perder a una madre y convertirse en monarca al mismo tiempo. “No está teniendo tiempo suficiente para el luto, se le ve muy ocupado”. Espera, no obstante, que el país le apoye “y se ponga detrás suyo”.

Amanda Weeks ha venido esta mañana temprano desde Kent. Roza los 60 años y ha venido con su pareja. Reconoce que no es monárquica, a pesar de ello ha querido pasar el día a Londres. “Hoy es un día grande en la Historia y quería tener una idea de lo que estaba ocurriendo. Así cuando hablemos del funeral yo podré decir que estuve ese día en Londres”.

Meg Fairclungl no se lo podía perder. Ella vive en la capital pero su familia está en Portsmouth. “Para ellos era importante, sobre todo para mi abuela. Ella estuvo en su coronación. Quería estar aquí por ella”. Es psicóloga de profesión y lamenta que el fallecimiento de la reina supone “perder uno de los mayores pilares de estabilidad para este país”. Dice que la monarca era una roca en la que agarrarse en estos tiempos tan convulsos. “Hay un respeto colectivo y una sensación de pérdida para la nación entera”. Meg reconoce que es un momento triste y al mismo tiempo un momento de orgullo por la unidad de todo un pueblo en torno a su reina.