Expansionismo

La Duma rusa ratifica la anexión de cuatro regiones ucranianas: ¿Y ahora qué pasará?

Los parlamentarios rusos votaron de forma unánime a favor de una ley firmada por el presidente Vladimir Putin, que supone una escalada del conflicto

Un hombre sostiene una pancarta en la que se lee "Estamos con él. ¿Y tú? Por la soberanía de Rusia', en los alrededores del edificio de la Duma Estatal de Rusia en Moscú
Un hombre sostiene una pancarta en la que se lee "Estamos con él. ¿Y tú? Por la soberanía de Rusia', en los alrededores del edificio de la Duma Estatal de Rusia en MoscúYURI KOCHETKOVAgencia EFE

Las regiones separatistas del este de Ucrania siguen su rumbo, inexorable para el Kremlin, hacia su integración en la Federación de Rusia. Lo de este lunes era solo un trámite más, visto que el proceso en el que se ven inmersas las repúblicas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia es idéntico al seguido en 2014 por la península Crimea, cuando pasó a formar parte de Rusia en tiempo récord.

La Duma rusa, o cámara alta, dio el visto bueno para que los territorios ocupados por Moscú, que decidieron su futuro en el polémico referéndum de la pasada semana, dieran un paso más para convertirse en suelo ruso. El Tribunal Constitucional de Rusia aprobó este domingo los tratados de anexión firmados el viernes en el Kremlin por el presidente, Vladimir Putin, y los líderes separatistas de las regiones ucranianas. Y se prevé que mañana le toque el turno al Consejo de la Federación, el Senado ruso, que lo ratificará.

El presidente de la Federación de Rusia promulgará la nueva ley federal que exigirá la reforma de la Constitución, ya enmendada hace dos años en un controvertido referéndum para que Putin continuara en el poder hasta 2036. Entonces, también se introdujeron una serie de cláusulas como las que prohíben al jefe del Estado ceder a otro país territorios que pertenezcan a Rusia. La anexión obligará a reescribir el artículo 65 de la Carta Magna rusa, que pasará considerar a 89 entes federales, en lugar de los 85 existentes hasta hace pocos días.

Los proyectos de ley constitucional para el ingreso de esos nuevos territorios en Rusia contemplan, por ejemplo, que la lengua oficial sea el ruso, aunque se permitirá el uso del ucraniano. La moneda local será, cómo no, el rublo y las cuatro repúblicas mantendrán su nombre.

El presidente de la cámara baja del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, reconocía que su país todavía no controla todo el territorio que se pretende anexionar, sabedor de que se siguen librando combates en zonas importantes de esas regiones y que el ejército ucraniano va recuperando posiciones.

En ese sentido, también se ha manifestado el portavoz oficial del Kremlin, Dmitri Peskov, quien afirmó hoy mismo que Rusia “consultará” a la población de las regiones recién absorbidas de Kherson y Zaporiyia para establecer las fronteras que las delimiten, sin contemplar, de momento, nuevos referéndums en los territorios de estas regiones que se encuentran controladas por Kiev, descartando que la situación cambie antes de la firma de la ley sobre la incorporación de nuevos territorios a Rusia por parte del presidente, Vladimir Putin. “No, yo pienso que la definición será la misma. Yo me quedaría con la definición que yo utilizo”, apostilló el hilo directo del presidente.

La intervención de Peskov sirvió también para tranquilizar a la población respecto a la utilización de armas nucleares por parte de Moscú. El portavoz quiso quitar hierro a las declaraciones del líder checheno, Ramzan Kadirov, en las que defendía la necesidad de utilizar “armamento nuclear de baja potencia” para acabar con Ucrania, después de haber atizado a los altos cargos del ejército ruso tras la pérdida de la ciudad de Liman. Para Peskov, “los jefes de regiones pueden expresar su punto de vista y dar valoraciones.

Después de todo, son dirigentes de regiones enteras, incluido Ramzán Kadírov, quien, como saben, desde el comienzo de la operación militar especial ha hecho mucho y ha contribuido mucho a la misma”, justificó el portavoz, aunque sin suscribir las incendiarias declaraciones del líder checheno considerando que, “incluso en tiempos difíciles las emociones deben quedar al margen de las valoraciones”. No se sabe si el presidente de Chechenia se habrá arrepentido de sus palabras, pero lo cierto es que hoy volvió a hablar para asegurar que enviará a tres de sus hijos, de 16, 15 y 14 años a luchar en Ucrania.

Las palabras de Kadírov han desenterrado del recuerdo la amenaza nuclear de la Guerra Fría y la han trasladado a rotativos y tertulias de todo el país. Muchos politólogos no descartan una decisión de tal calibre para hacer desistir a Kiev de sus deseos de seguir avanzando ante lo que ya consideran territorio ruso. Pocos expertos hablan en los medios rusos de lo que esto provocaría. Mientras, el submarino ruso K-329 Belgorod, equipado con el misil nuclear Poseidón, sigue su ruta bajo las aguas del Ártico, despertando las alertas de la OTAN, que ya ha avisado a los países aliados. El temible misil es capaz de alcanzar con total precisión un objetivo a 10.000 kilómetros de distancia.