Geoestrategia

Von der Leyen acusa a Xi de querer imponer un orden alternativo "con China en el centro"

La presidenta de la Comisión Europea anuncia el mayor control de las inversiones europeas en el extranjero en sectores sensibles. Propone desarrollar "nuevas herramientas defensivas" ante un Pekín más asertivo

En vísperas de su viaje a Pekín en compañía del presidente francés, Emmanuel Macron, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha querido este jueves sentar las bases sobre cómo afrontar la relación entre los Veintisiete y el gigante asiático. En la guerra fría entre EE UU y Pekín, la Unión Europea está intentando encontrar su propio camino, en un entorno más complejo que nunca al que se une el papel que China puede ejercer como posible mediador en la guerra de Ucrania.

El análisis de la presidenta de la Comisión Europea es claro, la etapa de apertura de China ha terminado y el gigante asiático no se conforma con un papel secundario en la escena internacional sino que tiene una misión. Según Von der Leyen, Pekín persigue un “cambio sistémico en el orden internacional con China en el centro”. “Hemos visto que la posición de China en los cuerpos multilaterales que muestra la determinación de China para promover una visión alternativa del orden mundial”, ha abundado Von der Leyen.

Los últimos años han estado marcados por una pérdida de la ingenuidad europea respecto a China que ya no es un bazar gigante de productos baratos sino un actor pujante en sectores estratégicos para la economía del siglo XXI como las redes 5G, la robótica, la inteligencia artificial y el coche eléctrico (esto último gracias al dominio de materias primas como el litio y el cobalto); que ha aumentado vertiginosamente su gasto en defensa y que está extendiendo sus tentáculos con inversiones en Latinoamérica, África y los países de los Balcanes. China es una oportunidad y una amenaza al mismo tiempo (es el mayor socio comercial de la UE en bienes) y las capitales europeas se encuentran divididas sobe cómo afrontar este desafío.

Ante estas inquietante profecías, Von der Leyen reconoce que la UE no puede cortar de cuajo su relación con China y que debe intentar equilibrarla a través de un sistema para controlar que las inversiones europeas y sus expertos no acaben fortaleciendo las capacidades militares y de inteligencia de “rivales sistémicos” como Pekín. Lo que más preocupa a la Comisión Europea es precisamente esa alianza entre economía y uso militar. Por eso, Bruselas quiere desarrollar un instrumento de control de inversiones europeas en el extranjero en ámbitos especialmente sensibles y hará una propuesta a finales de este año. La fórmula europea no parece fácil. Se trata de guardar un delicado equilibrio entre cooperación y mostrar los dientes. “Creo que no es viable- ni redunda en interés de Europa -desvincularse de China. Nuestras relaciones no son blancas o negras y nuestra repuesta no puede serlo”, ha explicado Von der Leyen en un discurso de 40 minutos organizado por dos think tanks europeos, el Centro de Política Europea (European Policy Centre) y el Instituto Mercator de Estudios de China (MERICS), este último sancionado por China. “Debemos centrarnos en un menor riesgo, no en la desvinculación”. No es de extrañar que la presidenta de la Comisión Europea emita este mensaje justo cuándo se dispone a viajar con Macron a China, ya que Francia es el país europeo que ha mostrado mayor interés en desarrollar la soberanía estratégica europea no sólo en ámbitos como el militar sino en las cadenas de suministro, las materias primas y las inversiones de otras potencias en sectores especialmente sensibles.

En cuanto a los últimos acontecimientos, la política alemana ha criticado la “amistad sin límites” entre China y la Rusia de Vladimir Putin ejemplificada en la cumbre entre los dos mandatarios, si bien para la política alemana “de la visita se desprende claramente que China ve en la debilidad de Putin una forma de aumentar su influencia sobre Rusia. Y está claro que el equilibrio de poder en esa relación – que durante la mayor parte del siglo pasado favoreció a Rusia- ahora se ha invertido”. Por eso, el rol de China en la guerra de Ucrania será un “factor determinante” para definir la relación entre la UE y el gigante asiático”. Los límites de la negociación están claros para Bruselas: “cualquier plan de paz que consolide las anexiones rusas simplemente no es un plan viable. Tenemos que ser francos en este punto”.