Política

Renta mínima

Finlandia concluye que la renta básica no estimula el empleo, según un estudio finlandés

Sin embargo, sí aumenta la sensación de bienestar de quienes la reciben.

La concesión de una renta básicano ayuda a estimular el empleo, aunque sí aumenta la sensación de bienestar de quienes la reciben, según las conclusiones preliminares de un estudio realizado en Finlandia durante los últimos dos años y que fueron presentadas hoy en Helsinki.

Durante este ensayo, 2.000 desempleados finlandeses de entre 25 y 58 años seleccionados aleatoriamente recibieron una renta básica mensual de 560 euros libres de impuestos a lo largo de 2017 y 2018, un ingreso que siguieron recibiendo aunque encontraran trabajo durante ese periodo. El objetivo del experimento, el primero a nivel nacional que se realiza en el mundo, era analizar si la renta básica servía para incentivar la búsqueda de trabajo, reducir la burocracia y simplificar el complejo sistema finlandés de prestaciones sociales.

Los responsables del estudio constataron que no se trata de estudiar la eventual introducción de una renta básica universal, sino la modernización del sistema de seguridad social orientada a los sectores más desfavorecidos. Los datos estadísticos presentados hoy sólo cubren el primero de los dos años del experimento, finalizado hace poco más de un mes, mientras que los datos basados en las encuestas a los participantes cubren los dos años del ensayo. "Los resultados preliminares del primer año de ensayo indican que las personas que recibieron la renta básica no encontraron trabajo en mayor ni menor medida que el grupo de control", afirmó la ministra finlandesa de Asuntos Sociales, Pirkko Mattila. En concreto, en 2017 quienes recibieron la renta básica trabajaron una media de 49,6 días, mientras que las personas con las que se establece la comparación, el llamado grupo de control, lograron trabajar 49,3 días.

Mattila explicó que, no obstante, los participantes en el experimento sí tuvieron una mayor sensación de bienestar que las personas del grupo de control. "Comparados con el grupo de control, quienes recibieron la renta básica sufrieron claramente menos síntomas de estrés, trastornos de salud y problemas de memoria y concentración", señaló la ministra. Los resultados muestran asimismo que los 2.000 participantes tenían una mayor confianza en su futuro al finalizar el experimento y creían más en sus opciones de influir en la sociedad que el resto de parados del grupo de control. El máximo responsable del proyecto, el profesor Olli Kangas, advirtió, no obstante, de que estos resultados son preliminares y no deben sacarse conclusiones precipitadas. "No podremos confiar plenamente en los efectos reales del experimento hasta que se hayan analizado todos los datos recopilados. Sólo entonces podremos evaluar el impacto que podría tener en Finlandia la introducción de la renta básica", afirmó Kangas.

La ministra de Asuntos Sociales defendió la utilidad del experimento, cuyo coste se estima en unos 20 millones de euros, ya que aportará una información al debate de la renta básica que no hubiera sido posible obtener sin él. “Las lecciones de la planificación e implementación del experimento de la renta básica pueden utilizarse en el futuro para llevar a cabo nuevos proyectos experimentales”, afirmó Mattila. Está previsto que el informe con los resultados definitivos se publiquen a principios de 2020.