Oriente Próximo

Hamás entrega en Gaza a la Cruz Roja los ataúdes con 4 cuerpos de rehenes incluidos dos niños y su madre

Los ataúdes venían con un mensaje: "El criminal de guerra Netanyahu y su armada nazi les mataron con misiles desde aviones sionistas"

Conmoción y estupor en Israel. Cientos de israelíes, ondeando banderas y desafiando el frío y las lluvias intermitentes, recibieron este jueves en las carreteras del sur del país un convoy que transportaba lo que se creía que eran los cuerpos de cuatro rehenes israelíes asesinados en Gaza: Shiri Bibas, sus hijos Ariel y Kfir, y Oded Lifshitz, que fueron secuestrados con vida por terroristas el 7 de octubre de 2023 de sus casas del kibutz Nir Oz.

Poco tiempo antes, Hamás organizó la ceremonia de transferencia de cuatro ataúdes a la Cruz Roja, en un acto con música y propaganda en Jan Yunís, donde aparecía en un escenario una caricatura de un primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, monstruoso como un vampiro con colmillos sangrantes y dibujos de los cuatro rehenes muertos. De ahí, la Cruz Roja entregó los féretros a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dentro de Gaza.

Después de una breve ceremonia militar oficiada por el rabino del Ejército, el general de brigada Eyal Karim, que leyó un capítulo de los Salmos, los ataúdes fueron envueltos en la bandera israelí, según el protocolo. Así, cruzaron la frontera hacia Israel en el convoy que los condujo al instituto forense Abu Kabir cerca de Tel Aviv para su identificación.

Cuando el convoy del Ejército salió de Gaza, oficiales de Policía y soldados presentaron sus respetos a la caravana, ondeando banderas, cuadrándose o inclinando la cabeza.

Cerca del kibutz Re’im, una de las comunidades más afectadas por los ataques de Hamás, muchos vecinos salieron a hacer lo propio en los lindes de la carretera. Portaban banderas de Israel y banderas amarillas, en señal de solidaridad con los rehenes. Algunos grupos guardaron un momento de silencio, mientras que otros entonaron el himno nacional, Hatikva (que quiere decir «esperanza» en hebreo).

Muchos se reunieron en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv, que estaba llena de banderas israelíes y cintas amarillas. Allí también había música melancólica y globos amarillos y naranjas, en referencia a los dos pequeños Bibas pelirrojos que han conmocionado a los israelíes.

Si bien la oficina del primer ministro afirmó la noche anterior que los cadáveres que iban a recibir eran los de la familia Bibas y Lifschitz, la familia Bibas pidió que no les dieran el pésame hasta estar totalmente seguros de que se trata de Shiri y los niños.

Durante la tarde, el instituto forense comunicó la identidad de Oded. «Recibimos con dolor la noticia oficial y amarga sobre la identificación del cuerpo de nuestro querido Oded», comunicó la familia Lifshitz a través del Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas israelíes.

Lifshitz, de 83 años cuando fue secuestrado, era un conocido periodista y activista por la paz, así como uno de los fundadores del kibutz Nir Oz. Fue raptado de su casa el 7 de octubre de 2023, herido. Su esposa, Yocheved, fue secuestrada por separado y liberada 16 días después.

«Quinientos tres días agonizantes de incertidumbre han llegado a su fin», agregó el comunicado. «Esperábamos y rezamos tanto para que el final fuera diferente. Ahora podemos lamentar la pérdida de nuestro marido, padre, abuelo y bisabuelo, desaparecido desde el 7 de octubre». La familia Lifshitz concluyó que su rehabilitación familiar «comenzará ahora y no terminará hasta que se entregue al último rehén».

Por séptima vez, la organización terrorista palestina orquestó un espectáculo que cada vez ha sido más criticado por la comunidad internacional, no solo en Israel.

Ayer, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos afirmó que el desfile de cadáveres de rehenes israelíes en Gaza contradice el Derecho Internacional. «Según el Derecho Internacional, cualquier entrega de los restos de los fallecidos debe cumplir con la prohibición de tratos crueles, inhumanos o degradantes, garantizando el respeto a la dignidad de los fallecidos y sus familias», dijo Volker Turk en un comunicado.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también pareció criticar al Movimiento de Resistencia Islámica.

En una declaración en hebreo, el CICR dijo que el proceso de entrega de los cautivos asesinados «se supone que se llevará a cabo en privado, por respeto a los muertos y a los que están de luto». «Hemos aclarado inequívocamente que cualquier liberación –de rehenes vivos o que ya no están vivos– debe llevarse a cabo de manera respetuosa y privada», añadió.

Además, el Comité Internacional de la Cruz Roja afirmó que los cuatro secuestrados «debían haberse reunido con sus seres queridos mientras estaban vivos, no muertos».

Por su parte, Netanyahu comunicó a la nación: «Mis hermanos y hermanas, queridos ciudadanos de Israel, en este día todos estamos unidos en un dolor que es demasiado pesado para soportar». El «premier» hebreo llamó «monstruos» a Hamás y enfatizó que los cuatro ataúdes de «nuestros seres queridos nos exigen, más que nunca, que aseguremos, que juremos, que lo que sucedió el 7 de octubre nunca vuelva a repetirse».

«La voz de la sangre de nuestros seres queridos clama a nosotros desde la tierra. Nos exige que arreglemos cuentas con los asesinos depravados, y lo haremos con ellos», citó un salmo y concluyó: «Nuestro corazón puede estar roto, pero nuestro espíritu no. Y con este espíritu: devolveremos a todos nuestros rehenes. Destruiremos a los asesinos; eliminaremos a Hamás. Y juntos, con la ayuda de Dios aseguraremos nuestro futuro».

El Gobierno de Israel considera que la entrega refleja la «crueldad» de Hamás, al que culpó de sus muertes. «Sin duda, el regreso de los cadáveres de nuestros rehenes no es un gesto de piedad de Hamás. Es un recuerdo de la profundidad de la crueldad de Hamás», dijo el portavoz de la Oficina del primer ministro israelí, David Mencer, en una comparecencia con los medios en línea.

Mencer criticó que los cadáveres fueron entregados en una ceremonia con música y en la que se podían ver niños entre la multitud, en el sur de la franja de Gaza. «Estos rehenes deberían haber sido liberados vivos. Nunca deberían haber sido apresados.