
Investigación
India revisará toda la flota de Boeing 787 tras el accidente aéreo
Hallada una de las cajas negras en la azotea contra la que se estrelló el avión

La autoridad de aviación civil de la India ordenó ayer a la aerolínea Air India llevar a cabo inspecciones de seguridad a toda su flota de aviones Boeing 787-8 y 787-9 tras el siniestro de su vuelo AI-171 con destino a Reino Unido con 242 personas a bordo. El historial de accidentes que acumula la compañía Boeing y el estupor por las circunstancias en las que se produjo el accidente han centrado el foco de las investigaciones en el aparato por encima de cualquier otra circunstancia.
La lupa se sitúa especialmente en torno a los motores GEnx que llevaba la aeronave, y que deberán pasar por todo tipo de revisiones antes de cualquier despegue desde el país. El problema es que Air India tiene al menos siete aeronaves como la accidentada, que para más inri no era especialmente antigua (doce años), por lo que no se puede argumentar que el aparato estuviera demasiado castigado por el uso. De hecho, un avión comercial con esa antigüedad se puede considerar perfectamente seguro si ha pasado los controles oportunos.
Las inspecciones, según la autoridad aérea india, abarcarán los dispositivos electrónicos de la aeronave, el compresor de aire de la cabina, los sistemas de aterrizaje y despegue y todo el sistema de combustible. Uno de los aspectos que se analizarán con especial atención es si estos aviones sufren problemas de potencia en momentos delicados como el despegue, por si esta circunstancia pudiera explicar que los problemas se detectaran justo en el momento en el que el Boeing dejaba de tocar tierra y debía coger altura.
El gobierno indio confirmó que se había logrado recuperar el Registrador Digital de Datos de Vuelo (DFDR), una de las cajas negras del avión, en la azotea de la residencia médica contigua al Aeropuerto Internacional de Ahmedabad, contra la que se estrelló el avión. Las cajas negras se componen de un Registrador de Datos de Vuelo (FDR), con los parámetros técnicos, y un Registrador de Voz de la Cabina (CVR), con el audio, que permitirán saber si los pilotos adviertieron algún problema técnico del que advirtieran a la torre de control. También se ha hallado la Grabadora de Video Digital (DVR), de la que se pueden extraer datos clave.
El balance de víctimas, actualizado ayer, confirmó que no solo fallecieron 241 de los 242 ocupantes, sino también otras 27 personas que se encontraban en la residencia en el momento del impacto. El único superviviente, el ciudadano británico de origen indio Vishwashkumar Ramesh, ha relatado desde el hospital en el que está ingresado cómo se percibió el accidente desde dentro del aparato.
Asegura que el avión pareció quedar suspendido en el aire por un instante y a continuación las luces del interior se encendieron indicando que se estaba intentando recuperar la potencia. Esto nunca ocurrió y el Boeing acabó impactando de lleno contra la parte alta del edificio, una residencia de estudiantes de medicina. «Justo después de despegar, sentí que el avión se atascaba durante 5 o 10 segundos. Y entonces, una luz verde y blanca se encendió», relató a las camaras del canal estatal indio DD News.
Ramesh, desde su camilla en el Hospital Civil de Ahmedabad, mostró un semblante afectado pero sereno mientras compartió los detalles de su experiencia con el primer ministro, Narendra Modi, durante su visita al lugar del desastre. «Todo sucedió delante de mis ojos. Ni siquiera puedo creer que sobreviví, porque por un momento pensé que iba a morir. Cuando abrí los ojos, me di cuenta de que estaba vivo, intenté quitarme el cinturón de seguridad y lo logré. Ante mis ojos, las azafatas y otras personas estaban muertas», explicó.
El «pasajero milagro» aseguró que aterrizó en la planta baja del edificio universitario contra el que se estrelló la aeronave, y que pudo escapar porque a su lado había un espacio abierto. «Del otro lado estaba la pared del edificio, esa es probablemente la razón por la que otros no pudieron escapar», reconoció Ramesh, que sufrió quemaduras en la mano izquierda. Lo más complejo será ahora identificar a todas las víctimas mortales a partir de sus restos de ADN. El grupo Tata, propietario de la aerolínea, ha anunciado una compensación de 10 millones de rupias (unos 120.000 dólares) por cada víctima mortal.
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