Oriente Medio

Israel y Yihad Islámica pactan una tregua tras una noche de fuego cruzado en Gaza

El fallecimiento de un terrorista palestino en una cárcel israelí tras 87 días en huelga de hambre desencadenó una nueva escalada en la víspera

Palestinos revisan daños causados por los bombardeos israelíes en la aldea de Haris (Cisjordania)
Palestinos revisan daños causados por los bombardeos israelíes en la aldea de Haris (Cisjordania)ALAA BADARNEHAgencia EFE

Después de una noche de fuego cruzado, Israel y Yihad Islámica alcanzaron en la mañana de ayer una tregua que se mantuvo hasta el cierre de esta edición. La última escalada entre las organizaciones armadas palestinas y las fuerzas israelíes, la segunda en menos de un mes, había comenzado el martes a raíz del fallecimiento de un preso palestino –y miembro destacado de la citada organización islamista palestina-, Khader Adnan, en una cárcel israelí después de haber permanecido 87 días de huelga de hambre.

El acuerdo entre Yihad Islámica –la entidad, operativa desde 1987, es considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea- e Israel, en vigor desde las cuatro de la mañana de este miércoles, es resultado de la mediación de los gobiernos de Egipto, Qatar y Naciones Unidas, según fuentes palestinas. Desde las Fuerzas de Defensa israelíes se decretó el “regreso completo a la rutina” en las zonas próximas a Gaza durante la jornada de ayer. Ninguna de las dos partes ha mostrado su interés en las últimas horas en continuar la escalada, aunque nadie se atreve tampoco a dar el alto el fuego por definitivo.

Durante la madrugada del miércoles, los militantes palestinos –tanto los mandos de Yihad Islámica como de Hamás se responsabilizaron de los ataques- lanzaron decenas de cohetes en dirección a territorio israelí en represalia por la muerte de Adnan, primer reo palestino en fallecer tras una huelga de hambre en más de tres décadas, de acuerdo con la agencia Reuters. Entretanto, aviones de la fuerza aérea israelí golpeaban objetivos en el interior de la Franja de Gaza, incluidas las áreas de Al-Safina, Al-Baydar y Al-Zaytoun, según la cadena Al Jazeera. De acuerdo al balance de las autoridades israelíes, entre Yihad Islámica y Hamás lanzaron un total de 104 proyectiles hacia suelo israelí entre martes y miércoles.

Según fuentes gubernamentales palestinas, un ciudadano de 58 años perdió la vida al ser golpeado en su domicilio por los cascotes provocados por uno de los bombardeos israelíes, dirigidos según Tel Aviv contra un campo de entrenamiento de Hamás en el norte de Gaza. Cinco personas más resultaron heridas. En Israel los lanzamientos de proyectiles causaron

heridas graves a un ciudadano extranjero mientras trabajaba en una obra cuya ubicación exacta no ha trascendido.

Al cierre de esta edición las autoridades israelíes no habían entregado aún el cuerpo del terrorista fallecido. Adnan, que tenía 45 años, fue hallado inconsciente en su celda de la prisión de Nitzan –situada en la localidad israelí de Ramla- en la madrugada del martes, según fuentes penitenciarias israelíes. A pesar de que el líder de Yihad Islámica fue trasladado de urgencia a un centro médico situado en las afueras de Tel Aviv, los médicos sólo pudieron certificar su muerte. Desde el lado palestino se acusa a las autoridades israelíes de negligencia médica como causa del deceso.

El último cruce de fuego en torno a Gaza ha evidenciado las tensiones existentes en el seno del Gobierno presidido por Benjamín Netanyahu. El ministro de Seguridad y líder del ultraconservador Poder Judío, Itamar Ben-Gvir, calificó de “débil” la respuesta de las fuerzas israelíes a la última ofensiva palestina y se ausentó de la sesión plenaria de la Knéset celebrada en la tarde de ayer. Ben-Gvir se dirigió a la ciudad de Sederot, situada junto a la frontera con Gaza, para celebrar un encuentro con miembros de su formación, donde fue más allá y amenazó con abandonar el ejecutivo de coalición y boicotear cada votación en el Parlamento hasta que sus opiniones sean “influyentes” en materia de seguridad. Por su parte, Netanyahu no tardó en reaccionar al pulso de su ministro de Seguridad Nacional, al que espetó que “si [la respuesta en Gaza] no es aceptable para él, no tiene por qué seguir en el Gobierno”.