Japón

Japón, al borde del abismo: la coalición se hace añicos y el nuevo gobierno nace a solo dos escaños del colapso

Una nueva líder para Japón, un gesto que encoleriza a China y una frágil mayoría parlamentaria marcan el tenso preludio a la inminente visita de Donald Trump

Sanae Takaichi, the newly-elected leader of Japan's ruling party, the Liberal Democratic Party (LDP), attends a press conference after the LDP presidential election in Tokyo Saturday, Oct. 4, 2025. (Yuichi Yamazaki/Pool Photo via AP)
Sanae Takaichi, elegida nueva líder del Partido Liberal DemocráticoASSOCIATED PRESSAgencia AP

Japón se encuentra en una encrucijada, atrapado entre las exigencias de su principal aliado y una crisis interna que amenaza con paralizar el país. Desde Estados Unidos, la Administración del presidente Donald Trump eleva la presión sobre Tokio con dos exigencias de gran envergadura: que corte de raíz sus importaciones de energía procedente de Rusia y, simultáneamente, que incremente de forma considerable su inversión en defensa.

Además, el calendario diplomático no da tregua. El Gobierno japonés necesita nombrar un nuevo primer ministro con urgencia para recibir a Trump, cuya visita oficial al país es inminente. Sin embargo, el tablero político nipón es ahora mismo un polvorín. La coalición que el gobernante Partido Liberal-Demócrata (PLD) mantenía con la formación centrista Komeito se ha hecho añicos, sumiendo al ejecutivo en una profunda precariedad.

De hecho, esta ruptura ha forzado al PLD a buscar a contrarreloj nuevos socios para gobernar. Las negociaciones están en marcha con el partido populista Ishin, pero la alianza nacería con una base parlamentaria extremadamente frágil. Este posible pacto dejaría al nuevo ejecutivo a solo dos escaños de la mayoría absoluta, un margen tan estrecho que augura una legislatura de equilibrios constantes y una gobernabilidad muy comprometida.

Una líder controvertida para un momento delicado

En este complejo escenario emerge la figura de Sanae Takaichi, recién elegida líder del PLD y principal candidata a ponerse al frente del país. Su primera decisión como dirigente ha sido un gesto de alto voltaje político: enviar una ofrenda al santuario de Yasukuni, un lugar que despierta un profundo malestar en China y Corea del Sur por honrar la memoria de oficiales condenados por crímenes de guerra.

Por si fuera poco, a la inestabilidad política y la tensión diplomática se suma un hecho cargado de simbolismo. El reciente fallecimiento del ex primer ministro Tomiichi Murayama a los 101 años cierra un capítulo de la historia japonesa justo cuando parece abrirse uno nuevo, marcado por la incertidumbre y un retorno a las viejas fricciones que parecían olvidadas.