Perfil

Karol Nawrocki, un historiador y exboxeador defensor del camino ultranacionalista en Polonia

El candidato presidencial trumpista y anti UE tiene vínculos con grupos de delincuentes, matones de discoteca e hinchas de fútbol violentos

Karol Nawrocki, un historiador de 42 años recién llegado a la escena política, se ha convertido en uno de los dos contendientes en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Polonia y, si resulta elegido, retomará el testigo de Andrzej Duda para mantener los valores conservadores y nacionalistas bajo el lema "primero Polonia, primero los polacos".

Antes de su candidatura, Nawrocki era conocido por su trabajo en instituciones de memoria histórica, y tras ser el director del Museo de la Segunda Guerra Mundial en su ciudad natal, Gdansk, entre 2017 y 2021, y posteriormente presidir el Instituto de la Memoria Nacional (IPN), alcanzó cierta notoriedad al liderar los esfuerzos para retirar monumentos públicos al Ejército Rojo soviético en virtud de una "ley de desrusificación" de los espacios públicos.

Con una imagen de "hombre duro", que fue boxeador semiprofesional, independiente (no milita en ningún partido) y alineado con el "polaco común, que cada día se enfrenta a problemas comunes", Nawrocki se presenta como un candidato completamente alejado del entorno elitista, urbano y cosmopolita que muchos ciudadanos asocian a su rival, el liberal Rafal Trzaskowski.

Nawrocki se ha mostrado orgulloso de su origen humilde, parte de una familia tradicional de un suburbio obrero de Gdansk (norte), y asegura que tener que compaginar los estudios con trabajos temporales y el deporte le han ayudado a construir un carácter fuerte, realista y con empatía hacia los ciudadanos corrientes.

El programa de Nawrocki incluye propuestas económicas como la reducción de impuestos para las familias numerosas, la oposición a adoptar el euro, y un escepticismo muy explícito ante las políticas de la Unión Europea, como el Pacto Verde y el Pacto Migratorio, además de abogar por una relación estrecha con Estados Unidos.

Su campaña ha estado marcada por diversas controversias, como el escándalo de un apartamento adquirido de manera poco clara a un anciano a cambio de cuidados y ayuda, pero que vive en un hogar de asistencia social.

Como curiosidad, durante la campaña se supo que había publicado un libro bajo pseudónimo en el que se relata la vida de un conocido mafioso, y decisiones como donar a la beneficencia el apartamento o publicar los resultados de un análisis de sangre para demostrar que no toma drogas ha contribuido a su caracterización como hombre un tanto controvertido pero también decidido y luchador.

Sus supuestos vínculos con grupos de delincuentes, matones de discoteca o hinchas de fútbol violentos, así como el descubrimiento de que uno de sus guardaespaldas tiene cuentas pendientes con la Justicia por delitos de violencia, han arrojado luces y sombras sobre su imagen como candidato, pero según los expertos estos matices le han ayudado a alimentar su narrativa de hombre al margen del sistema que puede resultar atractiva para el electorado joven.