Ola migratoria

"Lampedusa dice basta. Estamos cansados, esto no es acogida"

La pequeña isla italiana está desbordada: han llegado 10.000 personas en tres días, más inmigrantes que habitantes

Lampedusa (Italy), 16/09/2023.- Some citizens of Lampedusa wait together with migrants their boarding, on the Sicilian island of Lampedusa, southern Italy, 16 September 2023. Italian Deputy Premier and Foreign Minister Antonio Tajani on 15 September called for the intervention of the United Nations in response to the significant increase in the arrival of migrants and refugees by sea to Italy in recent days. Lampedusa's city council declared a state of emergency on 13 September evening after ...
More refugees arrive in Lampedusa as Italy calls for UN interventionCIRO FUSCOAgencia EFE

Eran poco más de las 4 de la madrugada del jueves. Faltaban sólo unos metros para llegar a tierra cuando la patera en la que viajaban 45 migrantes volcó. Todas las personas que cayeron al agua fueron rescatadas. Todas, menos un bebé de cinco meses que viajaba con su madre. Sólo unas horas más tarde, los guardacostas italianos encontraron el cuerpo sin vida de un recién nacido a bordo de otra barcaza en la que su madre acababa de dar a luz.

Las tragedias se acumulan estos días en Lampedusa. La pequeña isla italiana situada frente a las costas del norte de África está desbordada. En las últimas horas, unos 850 migrantes desembarcaron a bordo de una veintena de pateras, aunque la situación más crítica se vivió los días anteriores cuando cerca de 10.000 personas llegaron a la isla en apenas 72 horas.

La Cruz Roja italiana, que gestiona el centro de primera acogida de la isla, aseguró que “siguen garantizando las necesidades básicas” de estas personas, a pesar de que sus instalaciones cuentan con una capacidad para 400. Pero los habitantes de la isla, donde actualmente hay más inmigrantes que residentes, se rebelaron ayer contra las autoridades para evitar que este pequeño paraíso en medio del mar Mediterráneo, que vive del turismo y de la pesca, se convierta en un campo de refugiados a cielo abierto.

“A partir de hoy Lampedusa dice basta. Estamos cansados, esta no es acogida”, lanzó el vice alcalde de Lampedusa, Attilio Lucia, exponente de la Liga, que encabezó la protesta de los residentes. Esta semana el Ayuntamiento proclamó el estado de emergencia para exigir ayuda al Gobierno central que lidera la primera ministra Giorgia Meloni. Dos días más tarde, la líder de Hermanos de Italia anunció la creación de nuevos Centros de Identificación y Expulsión, además de otras medidas para desincentivar las salidas.

“Propondremos una modificación del período de internamiento en los centros de detención para la repatriación de quienes entran ilegalmente en Italia, límite que se elevará al máximo permitido por la legislación europea, es decir, 18 meses”, anunció Meloni en un vídeo en el que exigió a la Unión Europea la puesta en marcha de una misión que bloquee a los barcos de migrantes en los puertos africanos.

El objetivo de Roma es involucrar a Bruselas en la gestión de la emergencia. Desde el inicio de su mandato hace casi un año, el Gobierno italiano ha concentrado sus esfuerzos en intentar alcanzar acuerdos con los países de origen y tránsito, pero su estrategia no parece estar dando resultados. En julio, Meloni y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se reunieron en Túnez con el presidente Kais Saed para firmar un polémico acuerdo de cooperación en materia energética y económica como incentivo para frenar la salida de migrantes desde sus puertos. Sin embargo, la llegada de migrantes a Italia desde las costas tunecinas ha aumentado desde entonces.

En 2023 desembarcaron en las costas italianas cerca de 124.000 inmigrantes, casi el doble de los 65.517 que lo hicieron en el mismo periodo del año anterior y el triple que en 2021, según datos del Ministerio del Interior transalpino. “No hay soluciones fáciles, pero la obstinación con la que en los últimos años se han seguido políticas basadas en la fuerza nos ha llevado a un callejón sin salida”, denunció Marco Bertotto, director de programas de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el país transalpino. “Italia no es un país asediado, sino principalmente un país de tránsito incapaz de gestionar este flujo de personas”, añadió.

La ausencia de los guardacostas libios a causa de las devastadoras inundaciones y el elevado número de migrantes retenidos en los centros de detención del país han favorecido, según los expertos, el aumento de las pateras procedentes del norte de África. Una afluencia que ha levantado las sospechas del vicepresidente del Gobierno y líder de la Liga, Matteo Salvini, quien definió la llegada de inmigrantes como “un acto de guerra”. Salvini, que ejerce como ministro de Infraestructuras en el Ejecutivo de Meloni, propuso una “vía italiana” para hacer frente a la emergencia al margen de la UE porque, según declaró, “a Europa no le importa lo que pase en Lampedusa”.

Este domingo, Meloni visitará la isla junto a Von der Leyen, pero el ministro de Exteriores, Antonio Tajani, reconoció que Europa sola no puede “abordar un problema tan enorme, que afecta no sólo a casi toda África, sino también a la afluencia procedente de la ruta de los Balcanes”. Por ese motivo, el jefe de la diplomacia italiana, que la próxima semana asistirá a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, pidió la implicación de las Naciones Unidas y el G20.