Política

El Futuro de Venezuela

Ledezma, ex alcalde de Caracas: "Fue el propio Trump quien tomó la decisión de reconocer a Guaidó"

Su trabajo en la sombra ha sido clave para ganar el apoyo internacional que culminó con la designación del presidente interino, aunque él se quita protagonismo: "Si lo detienen, no habrá campo de concentración para meter a tanta gente presa", advierte a Maduro

Antonio Ledezma, ex alcalde metropolitano de Caracas
Antonio Ledezma, ex alcalde metropolitano de Caracaslarazon

Su trabajo en la sombra ha sido clave para ganar el apoyo internacional que culminó con la designación del presidente interino, aunque él se quita protagonismo: "Si lo detienen, no habrá campo de concentración para meter a tanta gente presa", advierte a Maduro.

Antonio Ledezma, ex alcalde metropolitano de Caracas, indica a LA RAZÓN que la caída de Nicolás Maduro es cuestión de tiempo. Recién llegado de Nueva York, este opositor antichavista asegura que militares de todos los rangos le han pedido a Maduro que se eche a un lado.

¿Cuál ha sido su papel en el proceso que ha culminado con la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente de Venezuela?

Hemos estado trabajando de manera articulada con otros líderes. Ha sido una labor de hormiga en un trabajo en cadena. Hicimos reuniones el año pasado con el presidente de Francia, en La Moncloa, también reuniones con el Grupo de Lima en Perú y en México, en Colombia...

¿Cuándo les confirma EE UU a ustedes que va a apoyar la proclamación de Guaidó como presidente interino?

Desde el mismo momento en que hubo un reconocimiento del fraude cometido por Maduro en las elecciones de mayo de 2018. Allí había ya la convicción de que no solo EE UU, sino otros gobiernos habían aceptado la estrategia de reconocer a Guaidó una vez que éste diera el paso. Primero el de asumir plenamente el artículo 233 de la Constitución venezolana y después el de lanzar su primera acción de gobierno. Ese punto lo debatimos en la reunión de Brasilia del 18 de enero. El primer acto de gobierno fue la designación del embajador en la OEA, Gustavo Tarre Briceño.

¿Esa reunión en Brasilia fue el punto clave de este proceso? ¿Quién participó en ella?

Todo este entramado fue clave, aunque fue un paso más en la cadena de construcción de este proceso. Estaba el canciller brasileño Araujo, Julio Borges, el doctor Carlos Blanco, el doctor Carlos Vecchio. Acudieron dos jóvenes del movimiento Rumbo Libertad, uno de ellos era Roderick Navarro. Y luego de allí salimos a Colombia, donde tuvimos contacto con el presidente Iván Duque, con el canciller Holmes, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, y con los ex presidentes Uribe y Pastrana. De ahí nos fuimos a Washington, a una reunión con el secretario general de la OEA y funcionarios del Gobierno. Y después a Miami, con reuniones con la diáspora, y luego a Nueva York a una reunión con la ONU. Después tuvimos una reunión con Elliot Abrams, el nuevo encargado de EE UU para Venezuela, y la subsecretaria de Estado, Kimberly Breier.

¿Qué funcionario de EE UU les confirma que el Gobierno de Trump apoyará a Guaidó?

El que toma la decisión es el propio Trump, cuando casi instantáneamente reconoce a Guaidó el 23 de enero como presidente legítimo.

¿Trump sabía que Guaidó iba a proclamarse presidente?

Se supone que lo sabía, así incluso lo había dicho el vicepresidente Mike Pence y otros miembros del Congreso.

Después de la juramentación y del reconocimiento de EE UU, lo que venía era la visita de militares a Maduro para pedirle que se echara a un lado. ¿Este último paso se produjo?

Lo más seguro es que se haya producido esa reunión y no se haya divulgado. Allí hay una máquina de chantaje y extorsiones mutuas, Maduro ha corrompido a la élite y la somete con esos mecanismos infames. Lo cierto es que hay un inmenso malestar en los cuarteles venezolanos porque el hambre llegó allí, y no hay nada más subversivo que el hambre.

¿Qué militares acuden a hablar con Maduro y de qué rango?

Militares de distinto rango le han dicho a Maduro que tiene que salir. Algunos han terminado presos. Recuerde que Venezuela es el país del mundo con más militares encarcelados, más de 220 miembros de las Fuerzas Armadas están privados de libertad.

¿Hay militares de alto rango que han hablado con Maduro para pedirle que se vaya?

Hay distintos rangos de militares que están incómodos, y hay otros que disimulan lealtad, pero que tienen un escozor por este proceso de destrucción del país.

¿Cree que más militares abandonarán a Maduro en los próximos días?

Hay un creciente malestar que involucra a la tropa, a los oficiales de mando intermedio y esto rebota a las élites, que ya no pueden seguir de espaldas a una tragedia que tiene su epicentro en un régimen que ha hundido a Venezuela en una crisis espantosa. Esta alianza perfecta necesita del concurso de las Fuerzas Armadas, no para que den un golpe, sino para que eviten que Maduro y su camarilla sigan golpeando la Constitución y sometiendo a un pueblo que está pidiendo un cambio.

¿Sin el apoyo de las Fuerzas Armadas no habrá cambio?

El cambio es posible en tanto en cuanto se concreten estos esfuerzos. El institucional, llevado adelante con la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo en el exilio, la Fiscalía General... El de la comunidad internacional con el férreo cerco que se ha tendido a la narcotiranía; la movilización popular, que ha sido evidente y que demuestra que en ningún caso los venezolanos se rindieron, sino que han modificado sus métodos de lucha... Falta que la Fuerza Armada no use los métodos represivos que terminan con más muertos.

¿Caerá Maduro de un día para otro o perderá apoyos lentamente?

La pérdida de apoyo ha sido brusca. Tiene más de un 85% de rechazo. Tiene sobre sus espaldas la responsabilidad de haber desperdiciado una fortuna en petrodólares. También tiene como saldo negativo un juicio que se cursa en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y la sentencia del TSJ por corrupción, además de las responsabilidades por sus andanzas con el narcotráfico y el terrorismo. Sus posibilidades de mantenerse en el poder son prácticamente nulas, pero tiene un instrumento que es la represión y el miedo de saber que abandonando el poder va a ser blanco de la Justicia internacional. Se les ha planteado la Ley de Amnistía, pero no como indulgencia o impunidad, sino como una manera de evidenciar que no anima a Guaidó una intención de hacer una cazar brujas.

Efectivamente, Guaidó ha dicho que Maduro sería amnistiado, ¿comparte esa idea?

Siempre ha habido la voluntad de establecer un proceso de reconciliación. Ahora, por más que nosotros tengamos la intención de perdonar responsabilidades, hay códigos que no prescriben como son los crímenes de lesa humanidad. Ese juicio va a discurrir en la Corte Penal Internacional a instancias del secretario general de la OEA, más las denuncias que muchos venezolanos han introducido en esa instancia.

¿España ha actuado de manera correcta?

Prefiero decir que España está a tiempo de reconocer hoy mismo a Juan Guaidó como presidente legítimo del país tomando en cuenta que el obstáculo para que esa declaración se dé es la respuesta de Maduro, al que se le ha instado a convocar elecciones. Maduro ya ha dicho que no lo va a hacer. Él no cree en las elecciones libres, así que no hay razones para que España tarde un minuto más para reconocer al verdadero Gobierno legítimo de Venezuela como lo han hecho Israel, Australia y otros países de la UE.

¿Cree que Sánchez es rehén de la postura de Podemos en el tema venezolano?

Hay una serie de factores que le están haciendo bulla constantemente, esa piedra en el camino que de una u otra manera ha impedido acelerar el pronunciamiento que todos los venezolanos esperábamos de España.

¿Van a detener a Guaidó en las próximas horas?

No creo, porque Guaidó se ha reproducido por millones. Si detienen a Guaidó, no habrá campo de concentración en el mundo para meter a tanta gente presa. Los venezolanos están resueltos a dar la batalla en defensa de la libertad y el rescate de la democracia.

¿Cree que Diosdado Cabello, «número dos» del régimen, apoya a Maduro al cien por cien?

Entre ellos no existe verdadera unidad, lo que hay son pactos. Lo que les une es el delito y el miedo, porque ambos saben que están enredados en estos delitos y por eso llegaron a la conclusión de que la mejor manera de salvarse o de ganar tiempo es lucir unidos.

En 2014 y 2017 hubo manifestaciones masivas, pero se desinflaron por la represión. ¿Se puede repetir ese escenario?

Se está repitiendo el ciclo de protestas, pero la diferencia de esta coyuntura con aquella de 2014 es que entonces la Asamblea Nacional la controlaba el régimen. Hoy, el Parlamento es una institución reconocida por el pueblo y la comunidad internacional. Además, Maduro ha causado el hundimiento de la economía, lo que ha provocado la hambruna, escasez de medicinas, el desbordamiento del hampa común. Esto configura un cuadro que nos hace pensar que todas las condiciones se están dando para que el pueblo, por fin, corone su aspiración, que es sacar a esta pandilla del Gobierno.

¿Ahora sí que existe una visión común entre la oposición?

Sí, hay una visión compartida, con una hoja de ruta: ponerle punto final a la usurpación, consolidar el Gobierno de transición con vista a la reconstrucción de la República, de sus instituciones y de su economía. De sacar de la hambruna a millones de venezolanos, de promover una atmósfera de concordia y cuando llegue el momento y se den las condiciones, celebrar unas elecciones limpias y transparentes.

¿Washington dejará de comprar petróleo a Venezuela para asfixiar al régimen?

En todo caso, dejará de pagar a quien no puede ser acreedor de los desembolsos. Si EE UU ha reconocido al Gobierno de Guaidó como legítimo, se supone que todas esas transacciones tendrán que ser canalizadas por la persona autorizada para firmar el ingreso o el derecho de esos recursos.