Nuevas amenazas

Los Wagner quieren «irse de excursión» a Varsovia

Lukashenko amenaza a Polonia en su primera reunión con Putin tras el motín

La ciudad fortaleza de Kronshtadt, situada a pocos kilómetros de San Petersburgo, fue el escenario elegido por el presidente ruso Vladimir Putin para el encuentro de ayer con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, quizá para demostrar que la relación entre ambos países se encuentra en un momento de máxima compenetración, sin fisuras y a prueba de amenazas.

Con el acuerdo para la exportación de grano ucraniano congelado y los nuevos ataques a la ciudad ucraniana de Odesa todavía candentes, ambos líderes tenían otros temas de los que hablar, centrados en dar un paso más a la cohesión de los dos países que lideran con mano de hierro desde hace varias décadas.

Aunque la agenda del día quedó en un segundo plano, eclipsada por las declaraciones de Lukashenko en las que afirmaba que miembros del grupo de mercenarios Wagner planearían entrar en territorio polaco desde su país.

«Quizás no debería decirlo, pero lo haré. Nos han empezado a inquietar los wagneritas. Queremos ir a Occidente, Denos permiso. Y yo les digo, para qué queréis ir a Occidente. Para hacer una excursión a Varsovia, a Rzeszow», localidad en donde se encuentra el aeródromo que recepciona las armas destinadas a reforzar la defensa del Ejército ucraniano que llegan desde Occidente.

Mientras Lukashenko confesaba esta intención de los combatientes de avanzar hasta Polonia, Putin escuchaba y esbozaba una sonrisa pícara, como quien se ha quitado un peso de encima enviando a este grupo de mercenarios a la vecina Bielorrusia.

La sombra de Wagner protagonizó este primer encuentro bilateral tras el motín del jefe de los mercenarios, Yevgueni Prigozhin, del que poco se sabe actualmente. Desde que el grupo fuera acogido por Minsk se ha especulado con su destino que, de momento, se encuentra en la base militar de Moguiliov, a la espera de saber si vuelven a Ucrania o se quedan en Bielorrusia ejerciendo tareas de formación y apoyo al Ejército de Lukashenko.

Según el líder bielorruso, los miembros de Wagner «están de mal humor», aunque este ha afirmado que mantiene su palabra de «mantenerlos dentro del país», controlándolos por lo que pudiera ocurrir.

No sorprende que Polonia se haya convertido en el nuevo blanco de las amenazas rusas. La semana pasada, el presidente Putin afirmaba que ese país fue en realidad «un regalo de Stalin». Asimismo, el mandatario ruso desafió a Varsovia después de que decidiera mover un pequeño número de tropas para reforzar su frontera con Bielorrusia, donde los mercenarios de Wagner entrenan a los militares bielorrusos a solo 10 kilómetros del territorio del miembro de la OTAN. «Una agresión contra Bielorrusia significaría una agresión contra la Federación Rusa», dijo Putin. «Responderemos utilizando todos los medios a nuestro alcance». Desde los medios de comunicación rusos numerosos colaboradores y tertulianos animan al Ejército a avanzar hacia el oeste y adentrarse en este país, miembro de la Alianza Atlántica desde 1999.