Guerra de Ucrania

Lukashenko reaparece en mitad de los rumores sobre su muerte

El aliado bielorruso de Putin llevaba casi una semana ausente en condiciones extrañas

El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, ha reaparecido por sorpresa después de una ausencia poco habitual que se ha dilatado casi una semana, en mitad de las especulaciones sobre su estado de salud. Había sido visto por última vez en el desfile militar del Día de la Victoria en Moscú, en compañía del presidente ruso Vladímir Putin y otros líderes de Asia Central, donde mantuvo un perfil discreto y oficioso. Sin embargo, no acudió al desayuno ofrecido por Putin y a su vuelta a Minsk desapareció sin dejar rastro. Hasta hoy.

La líder opositora Svetlana Tijanóvskaya, en el exilio tras la brutal represión desplegada por el régimen contra los manifestantes que salieron a protestar por el pucherazo electoral de 2020, dijo a sus seguidores en Telegram que estuvieran “bien preparados para cualquier escenario”. Apenas unas horas después del mensaje, el servicio de prensa de Lukashenko difundía unas imágenes en las que el presidente bielorruso aparecía vestido de uniforme militar, comentando con preocupación los recientes derribos de aviones de combate en Rusia.

Con el brazo izquierdo visiblemente vendado y la voz más ronca de lo normal, que parecían confirmar los rumores sobre su precario estado de salud, Lukashenko explicaba a los militares que las Fuerzas Armadas estaban “en alerta máxima” tras los últimos incidentes en Rusia. Eran las primeras declaraciones en casi una semana de un autócrata que rara vez evita pronunciarse en público. En la ceremonia anual en Minsk en la que se celebra la lealtad a la bandera del antiguo Estado soviético, Lukashenko ni siquiera apareció. El primer ministro Román Golóvchenko se limitó a leer un mensaje en su nombre.

El oficialismo no ha hecho en todo este tiempo ningún comentario sobre su estado ni ha justificado sus ausencias. Ni siquiera para desmentir la información de Euroradio y otros medios bielorrusos independientes, que se hacían eco de que el presidente había sido ingresado en un hospital en Minsk.

En este sentido, el diputado de la Duma rusa Konstantin Zatulin reconoció que no había “nada sobrenatural” en su caso. “El hombre simplemente se puso enfermo, pero pensó que era una cuestión de deber venir a Moscú y luego celebrar actos en Minsk más tarde ese mismo día”, matizó el vicepresidente de la comisión de las relaciones con las exrepúblicas soviéticas.

En las últimas horas se ha llegado a especular incluso con la muerte del autócrata de 68 años. “En caso de que desapareciera, la jefa del Senado Natalia Kochanova, mano derecha y principal aliada de Lukashenko, tomaría las riendas del país, según la Constitución”, explica a este periódico el comentarista político bielorruso Artyom Shraibman. “Pero de facto nadie sabe, habría algunas conversaciones detrás de la cortina, llamadas telefónicas de Moscú”.

Lukashenko, que gobierna Bielorrusia con mano de hierro desde 1994, se mantiene como uno de los pocos aliados incondicionales de Putin. “Sus últimos meses no destacaron por nada significativo. Más represión, más ejercicios militares, más paranoia sobre Bielorrusia «que pronto será atacada» por la OTAN”, subraya Shraibman en conversación con LA RAZÓN. “Su régimen se volvió aún más brutal tras el inicio de la guerra en Ucrania, persiguiendo no sólo a quienes le criticaban o protestaban contra él, sino también a quienes criticaban a Rusia o hacían algún esfuerzo por ayudar a Kyiv en forma de donaciones o información veraz sobre la invasión”.