Día del Orgullo

Miles de personas desafían a Orban y marchan en el Orgullo de Budapest

Los asistentes podrían ser multados con hasta 500 euros. Yolanda Díaz, el ministro de Cultura Urtasun; la ministra de Igualdad, Ana Redondo; y el alcalde de Barcelona participan en la marcha en Hungría

El Gobierno húngaro de Viktor Orban ha conseguido todo lo contrario de lo que pretendía . Si con la prohibición de la marcha del orgullo LGTBI buscaba condenar este acto al ostracismo, en la realidad ha creado una gran expectación tanto dentro del propio país como en el resto de Europa.

Decenas de miles de personas se han manifestado este sábado en Budapest con el lema “la libertad y el amor no se pueden prohibir”, en un desafío manifiesto a las políticas del primer ministro húngaro. Según los organizadores, se han congregado un total de 200.000 personas, lo que supone un éxito sin precedentes, pero aún falta por conocer la cifra del gobierno.

En los últimos meses, El Gobierno ha promulgado una serie de leyes que impiden estas marchas y también que la bandera arco iris ondee en los ayuntamientos del país. El Ejecutivo alega que este tipo de manifestación no permiten el “desarrollo adecuado de los menores.

Las instituciones europeas se han movilizado en los últimos días. La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, pidió a las autoridades del país que cambiaran de opinión y la comisaria europea de Igualdad, Hadja Lahbib, ha asistido a esta manifestación. “Voy a Budapest para celebrar nuestros valores europeos y nuestra diversidad. El derecho a ser exactamente quien eres, a quien quieres y a marchar por tus derechos son libertades fundamentales de nuestra Unión. Debemos defender esto. Se trata de lo que somos como europeos”.

Además 70 eurodiputados de los grupos socialistas, liberal y verdes también ha acudido a Budapest para mostrar apoyo al colectivo. En representación española, se han desplazado hasta Hungría para unirse a estas marchas, la vicepresidenta segunda del Gobierno , Yolanda Díaz; el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; la ministra de Igualdad, Ana Redondo; y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, entre otros. "Las ciudades europeas son los auténticos bastiones de resistencia contra esta ola reaccionaria que está barriendo Europa y que tiene como máximo exponente al gobierno de Orbán", ha asegurado Collboni en un comunicado.

De momento, más allá de este apoyo simbólico, se desconoce si la Comisión Europea tomará más medidas contra Hungría.

Este mes, la abogada general del Tribunal de Justicia de la UE se pronunció en contra de una ley promulgada en el año 2021 que restringe o prohíbe el acceso de los menores a contenidos que promueven presenten o promuevan “identidades de género que no corresponden al sexo asignado al nacer, el cambio de sexo o la homosexualidad”.

Aunque el dictamen de la abogada general no es definitivo , en una gran mayoría de casos suele anticipar el fallo final del alto tribunal. Según la abogada, Tamara Capeta, esta nueva ley resulta contraria a la legislación comunitaria sobre servicios digitales y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, ya que vulnera “la prohibición de la discriminación por razón de sexo y de orientación sexual, el respeto de la vida privada y familiar, la libertad de expresión y de información y el derecho a la dignidad humana”. Además, según asegura Capeta, “Hungría no ha aportado pruebas del riesgo potencial de daños en el desarrollo saludable de los menores causado por el contenido que describe las vidas ordinarias de las personas LGBTI. Por consiguiente, estas modificaciones se basan en un juicio de valor según el cual la vida homosexual y la vida no cisgénero no tienen el mismo valor ni estatus que la vida heterosexual y cisgénero”.

Orban quiere evitar las imágenes de represión violenta que den la vuelta el mundo y por eso, ya este viernes descartó cualquier intervención de las fuerzas de seguridad. A pesar de esto, se desconoce si tomará acciones legales, ya que uno de los aspectos más controvertidos de la normativa es la posibilidad del Gobierno de utilizar técnicas de reconocimiento facial para identificar a los asistentes.

Irónicamente, Hungría era considerado un Estado progresista dentro de bloque de los países del Este. La homosexualidad fue despenalizada en los años 60 y se reconoció la unión civil entre cónyuges del mismo sexo en 1996. A pesar de esto, una encuesta realizada por Ipsos asegura que tan solo el 30% de los húngaros está a favor de que las personas LGTBI puedan asumir su orientación sexual o su identidad de género en cualquier situación. Budapest, sin embargo, tiene fama de ciudad liberal. De hecho, esta marcha lleva celebrándose 30 años.