«No nos vamos a esconder como ratas como les gustaría»

París volvió a amanecer prácticamente vacío y con las banderas a media asta en señal de duelo. Los museos y el resto de edificios públicos continuaban hoy también cerrados. Los terribles atentados del viernes por la noche han creado sentimientos encontrados a los parisinos.

París volvió a amanecer prácticamente vacío y con las banderas a media asta en señal de duelo. Los museos y el resto de edificios públicos continuaban hoy también cerrados. Los terribles atentados del viernes por la noche han creado sentimientos encontrados a los parisinos. Por un lado, quieren demostrar su unidad y coraje frente al salvajismo yihadista, acudiendo a bares y terrazas, pero por otro, tienen miedo. Además, es raro encontrarse a alguien que no fuera amigo de un amigo de alguno de los heridos o de los presentes en la sala de fiestas de Bataclan, lo que inevitablemente envuelve a los testimonios en una enorme pena. Entre los mausoleos improvisado cerca de la zona cero del terror, los mensajes de paz y las condolencias se mezclan con las flores y velas y los carteles de "No tenemos miedo". En esta línea, Phillipe, de 45 años, explica a LA RAZÓN que el terror no va a ganarles la batalla a los parisinos y que a pesar de que parezca controvertido ayer salió por la noche y fue a un bar y hoy va a salir con su mujer y su hija a pasear por el centro de París. "No nos vamos a esconder como ratas como les gustaría a los terroristas. Los parisinos siempre estamos en la calle y así seguirá siendo", admite.

Ayer por la noche, la ciudad volvió a ponerse en alerta ante un supuesto tiroteo en el hotel Pullman de París. Las Fuerzas de Seguridad evacuaron a todo el personal cercano a la Torre Eiffel, que se encuentra enfrente, y a los vecinos y clientes del hotel. Al final, fue una falsa alarma, una broma de mal gusto, que tristemente revivió la psicosis de la jornada anterior.

Lo cierto es que es imposible no pensar en lo que ha ocurrido recientemente. Cada quince minutos una ambulancia o unos furgones de Policía recuerdan la tragedia. En el metro, grupos de tres agentes van revisando los vagones, mirando a cada pasajero a la cara. Durante la jornada de ayer especialmente, en la calle la Policía de París hizo centenares de registros. Cualquier mochila podía ser sospechosa o revisada y también pidieron la identificación a los transeúntes.

A muchos turistas los atentados les sorprendió una vez aquí. Bekir, un joven de Turquía, tiene su hotel a escasos metros de la sala Bataclan. "Yo no sentí nada, pero sí que me preocupó todo el ruido de ambulancias y policías. Después mi móvil no paró de sonar, todo el mundo quería saber si estaba bien". Bekir asegura que el sábado no pudo ver mucho porque el metro de su zona estaba cortado y por la mañana tenía cierto pudor. "Pero por la noche París se animó más. Parecía que la ciudad empezaba a dirigir los atentados".

Leti y Rubén, una pareja de Colmenar Viejo, Madrid, vinieron a pasar el fin de semana a París como regalo de cumpleaños de él para ella. La joven pareja no se encontraba en la zona de los atentados pero sí que han estado tranquilizando a sus familiares y amigos. Ayer fueron a pasear y lo cierto es que se encontraron con "Muchos de los monumentos y todos los museos están cerrados. Hay zonas a las que no se puede acceder". Aun así a Leti le parece que la gente está tranquila, intentando hacer su vida normal a pesar de la enorme presencia policial y militar". Eso sí, en el hotel les han avisado de que vayan con al menos tres horas de antelación al aeropuerto por motivos de seguridad, ya que han aumentado los controles.

En el aeropuerto de Barajas, Jean y Ashley, una pareja de canadienses decidió el sábado no volar hacia París. "Estábamos de ruta por Europa. Hemos estado en Portugal y en España, pero ya no vamos a ir a París, no tiene sentido. Así que vamos a cambiar los billetes para volvernos a Canadá".