
Simulacro
Un oso ficticio corre por las calles de Japón en un simulacro para enseñar a la población a defenderse de ataques reales
El ejercicio, realizado tras varios ataques mortales, busca preparar a los ciudadanos ante el creciente riesgo de encuentros con osos salvajes

En la ciudad de Nasushiobara, prefectura de Tochigi, Japón, se llevó a cabo un simulacro de seguridad tan llamativo como inquietante: un voluntario disfrazado de oso fue perseguido por agentes policiales equipados con escudos, en una escena que podría parecer cómica pero que responde a una preocupación muy seria. El ejercicio fue organizado por las autoridades locales tras una serie de ataques reales de osos que han sacudido distintas regiones del país.
Entre los incidentes más graves figura el ataque mortal a un repartidor de 52 años en Fukushima el pasado 12 de julio, cuyo agresor, un oso salvaje, fue posteriormente abatido por las autoridades. También se han reportado casos recientes en Nasushiobara, donde un hombre de unos 70 años fue atacado cerca de una escuela, y en Morioka, donde un anciano de 81 años sufrió heridas en la cabeza.
Los encuentros entre humanos y osos negros asiáticos han aumentado de forma alarmante en Japón, especialmente en zonas donde la urbanización ha invadido los hábitats naturales. En Tochigi se han registrado al menos tres avistamientos este año, mientras que en Akita la cifra supera los 650 desde principios de julio. La escasez de alimento en los bosques y la expansión urbana están empujando a los osos a buscar sustento en áreas habitadas.
El simulacro en Tochigi, realizado con la colaboración de un club local de cazadores, incluyó técnicas de rescate, evacuación y primeros auxilios. Un portavoz oficial subrayó la importancia de enseñar a los ciudadanos cómo reaccionar ante un encuentro con un oso: mantener la calma, hacer ruido para alertar al animal y evitar comportamientos que puedan ser interpretados como amenazas.
Incluso se han citado recomendaciones del Servicio de Parques Nacionales de EE UU, como no correr ni trepar árboles, y agitar los brazos lentamente para parecer más grande sin provocar al animal.
✕
Accede a tu cuenta para comentar

Las titulaciones de los políticos