Cumbre de La Haya

La OTAN mira a Oriente Medio y se olvida de Ucrania

La participación de Zelenski ha sido rebajada y en la declaración final no habrá menciones a la posible membresía del país

From left, Ukraine's President Volodymyr Zelenskyy, NATO Secretary General Mark Rutte and European Commission President Ursula von der Leyen step off the podium prior to a meeting on the sidelines of the NATO summit in The Hague, Netherlands, Tuesday, June 24, 2025. (AP Photo/Geert Vanden Wijngaert)
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, junto al presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la presidenta de Ucrania, Volodimir ZelenskiASSOCIATED PRESSAgencia AP

Las cumbres de los últimos años de la Alianza tenían un protagonista propio: Volodimir Zelenski y por, ende, la situación en Ucrania. Pero esta cita tiene como objetivo apaciguar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y todo se ha diseñado a su medida. El propósito es evitar situaciones de máxima tensión, lo cual es difícil debido a la imprevisibilidad del mandatario estadounidense.

Por eso, la presencia del presidente ucraniano ha sido rebajada mientras la cumbre ha cambiado de prioridades. Los ojos de los mandatarios ya no miran al país invadido por Vladimir Putin sino a la tensa situación en Oriente Medio y los ataques entre Israel e Irán que marcarán la segunda sesión de la cumbre que tendrá lugar este miércoles. Aunque la Unión Europea le había pedido a Trump que no se involucrara ante el temor de inflamar el conflicto, en los últimos días ha evitado críticas abiertas al magnate y se han limitado a pedir contención a las partes y exigir a Irán que no desarrolle la bomba nuclear. Los aliados europeos intentan, con poco éxito, ofrecerse como mediadores e insisten una y otra vez en la necesidad de que las partes vuelvan al ruedo de las negociaciones. La UE tuvo un papel relevante en el acuerdo de proliferación nuclear firmado en el año 2015 con el país de los ayatolás, pero el abandono de Estados Unidos del pacto lo dejó en papel mojado.

Pero volvamos a Zelenski. A diferencia de la cumbre celebrada el Vilna (Lituania) y Washington( Estados Unidos), el presidente de Ucrania no participará en las sesiones oficiales de la Alianza y tendrá que conformarse con la recepción organizada por la Casa Real Holandesa en una cena de gala. Aunque hay constantes rumores sobre un posible encuentro bilateral con Trump este miércoles, parece difícil que esto se produzca. En los pasillos de la Alianza se da por supuesto que no solo existen reticencias a la hora de seguir armando a Ucrania sino que Trump desprecia profundamente a Zelenski, tal y como se comprobó con la humillación sufrida en la Casa Blanca.

Pero no solo se trata de actos sino también de compromisos. La declaración final de la cumbre será mucho más breve que en otros encuentros y no habrá apenas referencias a Ucrania, tan solo un vago compromiso de seguir ayudando al país. En el año 2008, durante la cumbre celebrada en Bucarest (Rumanía), por primera vez se abrió la puerta a que Ucrania y Moldavia formasen parte en un futuro de la Alianza. Paradójicamente, fue el presidente de Estados Unidos de ese momento, George Bush, el que presionó a los aliados para que aceptaran ese compromiso. Pero ni Francia ni Alemania estaban demasiado por la labor, ante el temor de soliviantar a Rusia, como finalmente acabó sucediendo. Por eso, esta declaración política nunca estuvo acompañada de ningún paso en concreto.

Ucrania quedó entonces sumida en un peligroso limbo, con una pie dentro de la OTAN y otro fuera. Una promesa política que quedaba en papel mojado, ya que el país no quedaba protegido por la cláusula de defensa colectiva de la Alianza, del uno para todos y todos para uno. Por eso, la invasión del país por parte de Putin no ha conllevado una respuesta de la Alianza como tal. En la cumbre celebrada en Vilna se consensuó “superar” el lenguaje de Bucarest. En la cita e Washington, que tuvo lugar hace un año, los aliados prometieron al país invadido que el camino para que Ucrania entre en la OTAN es” irreversible”. Una fórmula que se interpreta como la posibilidad de que el país ingrese en la alianza militar cuando termine la guerra, aunque sin plazos claros.

En esta ocasión, la posibilidad de que Ucrania forme parte de la OTAN tarde o temprano no aparecerá en la declaración final. Para calmar a Zelenski, Rutte ha recordado la declaración del año pasado de Washington, aunque no vuelva a aparecer este año en el texto consensuado por los aliados. “Se acerca una cumbre importante, que incluye decisiones importantes sobre Ucrania, realmente basadas en la cumbre del año pasado en Washington, en la que decidimos que el camino para que Ucrania entre en la OTAN es irreversible. Estamos construyendo ese puente mientras hablamos”, ha asegurado el secretario general en su discurso de bienvenida.

Zelenski parece conformarse con este gesto y ha considerado “importante” que la fórmula acordada el año pasado no haya cambiado. Rutte se ha limitado a asegurar que la redacción final del texto contendrá “ un mensaje importante sobre Ucrania y que el apoyo de Ucrania también será financiero en el futuro”. Zelenski ha pedido que los países europeos ayuden a Ucrania con un 0,25% del PIB para que el país pueda defenderse ante la agresión rusa y ha hecho hincapié en la coproducción de drones.