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Cumbre de Doha

Los países árabes condenan el bombardeo en Doha pero evitan aplicar medidas concretas contra Israel

Más de 50 países condenan el ataque israelí contra la cúpula política de Hamás en Qatar, pero sin decidir medidas concretas

Doha, la capital de Qatar, acogió ayer una cumbre extraordinaria a la que asistieron más de 50 países árabes e islámicos TURKISH PRESIDENTIAL PRESS OFFICE HANDOUTEFE

La cumbre de emergencia de la Liga Árabe y la Organización de la Cooperación Islámica celebrada ayer en Doha concluyó con una “condena en los términos más fuertes del cobarde e ilegal ataque de Israel en el Estado de Qatar”, pero sin la adopción de medidas contra el gobierno de Benjamin Netanyahu. Seis días después del bombardeo de la aviación israelí contra la residencia donde se alojaba una delegación de Hamás -que costó la vida a seis miembros de la organización islamista que se encontraban en Doha para negociar el alto el fuego en Gaza y un responsable de seguridad qatarí-, los países árabes y otras potencias islámicas como Turquía e Irán fueron incapaces de ponerse de acuerdo en la puesta en práctica de de iniciativas concretas a pesar de que en la víspera distintos medios del Golfo especulaban con esta posibilidad, incluida una hipotética retirada de Emiratos Árabes Unidos y Bahréin de los Acuerdos de Abraham.

En la nota conjunta emitida al término de la cita, los países de la Liga Árabe y la OCI aseguraron que “la brutal agresión de Israel contra Qatar mina cualquier perspectiva de paz en la región” y mostraron su “absoluta solidaridad con Qatar y apoyo a su respuesta”, sin que las autoridades del emirato, que venía siendo sede de las negociaciones entre Hamás e Israel, avanzara la naturaleza de una eventual represalia contra el Gobierno presidido por Benjamin Netanyahu.

Por otra parte, el anuncio de mayor trascendencia efectuado ayer en Doha fue la próxima celebración en Doha de un encuentro de urgencia del cuerpo de defensa permanente del Consejo de Cooperación del Golfo, que integran Bahréin, Kuwait, Omán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos además de Qatar. En una nota, los líderes del Golfo avanzaron la aplicación de “los mecanismos de defensa y capacidades disuasorias conjuntos”, que establecen -de una forma parecida a los estatutos que rigen la OTAN- que un ataque sobre uno de los países integrantes del CCG equivale a una “amenaza” al conjunto de los Estados.

“El Consejo Supremo afirma su total solidaridad de los Estados del CCG con Qatar en todas las medidas que adopte para confrontar este ataque, y hace hincapié en que la seguridad de los Estados del CCG es indivisible, y que un ataque a uno de ellos equivale a un ataque a todos ellos”, dejaba constancia el citado comunicado. Aunque en una mera alusión retórica a la cuestión, en su declaración final la Liga Árabe “reafirmó el concepto de seguridad colectiva y destino compartido de los países árabes e islámicos, la necesidad de unidad a la hora de afrontar retos y amenazas comunes y la importancia de comenzar a poner en práctica los mecanismos de implementación requeridos”.

Asimismo, los países árabes e islámicos manifestaron su apoyo a los esfuerzos de mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos para la consecución de una tregua en la Franja sin que, por otra parte, el emirato despejara las dudas sobre su eventual retirada del proceso de negociación como se había venido

especulando desde el martes pasado. En su intervención ayer en la cumbre, el jefe de Estado catarí, Tamim bin Hamad al Thani, acusaba a Israel de intentar romper las negociaciones para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza por motivaciones políticas y calificó la agresión contra su país de “flagrante, traicionera y cobarde”. “Si Israel quiere asesinar a los líderes políticos de Hamás, ¿por qué negociar? Y si busca la liberación de los rehenes, ¿por qué asesinar a los negociadores?”, se preguntó ayer el jefe del Estado catarí.

Prácticamente a la misma hora en que los países árabes e islámicos se reunían en Doha, el propio primer ministro israelí -que negaba que el ataque del martes pasado contra miembros de Hamás en Doha hubiera fallado en su objetivo y quien reconocía el aislamiento al que se verá sometido su país en los próximos tiempos- recibía en Jerusalén al secretario de Estado de EEUU Marco Rubio, en lo que no puede sino interpretarse como un mensaje nítido de la Administración Trump a los países árabes reunidos en Doha sobre lo incondicional de su apoyo a Tel Aviv. Después de que el propio presidente estadounidense insistiera en las últimas horas desde la Casa Blanca en la buena relación de Washington con “su gran aliado” catarí, está previsto que Rubio, que ha instalado al poderoso emirato que continúe desempeñando “un papel constructivo” en la crisis de Gaza, aterrice hoy en Doha.

Además, coincidiendo con el fin de la cumbre árabe-islámica en Doha el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Eyal Zamir, volvía a efectuar una advertencia pública similar a la que hiciera en vísperas del bombardeo a la delegación de Hamás en la capital de Qatar: “En el lugar, la manera y el momento que elijamos, perseguiremos al enemigo, destruiremos sus instalaciones y eliminaremos a los terroristas de Hamás hasta que sean derrotados”.