
Asia
El Pentágono planea una demostración de ataque en respuesta a la escalada de Pekín en el Mar Meridional de China
La presencia china en la zona ha crecido de forma constante, donde su guardia costera y su flota marítima hostigan a embarcaciones filipinas

El Comando Indo-Pacífico estadounidense emitió discretamente esta semana una orden para realizar una "demostración de fuerza" en respuesta a la reciente agresividad china en el Mar de China Meridional. Nadie sabe si la operación se ejecutará, pero fuentes consultadas por CBS dicen que todo está listo "por si acaso".
Si la exhibición de fuerza llega a concretarse, se espera que use el sistema HIMARS, el lanzacohetes móvil fabricado por Lockheed Martin, sea una de las piezas elegidas por el Comando Indo-Pacífico, la unidad más grande del Departamento de Defensa, responsable de una porción bastante intimidante del planeta.
Fuentes consultadas por CBS aseguraron que el plan está preparado como opción, pero que por ahora parece improbable que se ejecute. Aun así, la sola existencia de la orden confirma el creciente nerviosismo en la región, especialmente tras nuevos incidentes cerca del arrecife Scarborough, un punto estratégico del Mar de China Meridional que ambos países reclaman. Washington quiere dejar claro que no piensa mirar hacia otro lado mientras Pekín refuerza su presencia en los puntos calientes del Mar Meridional de China.
Todo esto se produce después de varios incidentes en la zona, incluyendo el choque de un guardacostas chino con un barco filipino el pasado agosto. China, por su parte, asegura que solo está "protegiendo su soberanía", aunque también ha instalado (y retirado) varias barreras flotantes para mantener alejados a los pescadores filipinos. Y para rematar, hace poco Pekín anunció que planea convertir el arrecife en una “reserva natural”, lo que Manila considera un intento descarado de adueñarse del territorio.
El anuncio chino de convertir el área en una "reserva natural" encendió aún más las alarmas. Para el secretario de Estado Marco Rubio, se trata de un intento "coercitivo" de imponer reclamos territoriales y bloquear el acceso de pescadores filipinos a sus zonas tradicionales. Manila coincide. El presidente Ferdinand Marcos Jr. acusó a "ciertos actores" de violar la soberanía y el derecho internacional al intentar imponer ese nuevo estatus sobre el también denominado Bajo de Masinloc.
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