Colonialismo
El presidente alemán pide perdón por los crímenes coloniales en Tanzania
Frank-Walter Steinmeier es el primer representante alemán en reunirse con familiares de las víctimas del dominio colonial alemán en el país africano
El presidente alemán se disculpó este miércoles en Tanzania por las matanzas perpetradas en este país durante el colonialismo. «Me inclino ante las víctimas del dominio colonial alemán», dijo Frank-Walter Steinmeier durante su visita a la ciudad tanzana de Songea. «Como presidente, quiero pedir perdón por lo que los alemanes han hecho sufrir aquí a vuestros antepasados».
El jefe del Estado es el primer representante alemán que se ha reunido con familiares de las víctimas del dominio colonial alemán en Tanzania. Ahora ambos países quieren afrontar juntos esa época de explotación y violencia. Steinmeier continuó diciendo que se sentía «avergonzado» por las acciones de los gobernantes coloniales en lo que entonces era la colonia del África Oriental alemana. Los alemanes «gobernaron esta colonia con cruel dureza». Además y dirigiéndose a los supervivientes de las víctimas, dijo: «Me gustaría asegurarles que trabajaremos con ustedes para encontrar respuestas a las preguntas que les preocupan».
En Songea tuvo lugar uno de los capítulos más sangrientos de la historia colonial alemana. Los gobernantes se sirvieron de una gran brutalidad para sofocar un levantamiento entre 1905 y 1907. El principal desencadenante de la sublevación fueron los altos impuestos que el entonces gobernador Gustav Adolf Graf von Götzen impuso a los ciudadanos para contrarrestar la carga financiera de la colonización que comenzó en 1885.
Con la ayuda de los soldados africanos, los Askaris, el gobernador sofocó rápidamente el levantamiento. Los insurgentes fueron castigados sin piedad y la población sufrió desplazamientos, hambre y muertes masivas. Los historiadores estiman en 300.000 el número de muertes durante el levantamiento; la mayoría como resultado de la destrucción sistemática de campos y pueblos por parte de las tropas coloniales alemanas.
En Songea, Steinmeier visitó el Museo Conmemorativo de la Guerra Maji Maji, que fue erigido simbólicamente en el lugar donde los alemanes ejecutaron públicamente a 67 insurgentes. Después de visitar el museo, el presidente federal dijo que su país está dispuesto a afrontar su pasado.
Hasta ahora, Alemania nunca había reconocido oficialmente los asesinatos de los insurgentes como crímenes de guerra. «Nadie debería olvidar lo que pasó entonces», aseguró. Su gran esperanza es que la reconciliación conjunta con el pasado incluya especialmente a los jóvenes: «alumnos, estudiantes y científicos».
Steinmeier también prometió que se devolverán los cráneos de los combatientes de la resistencia. Los restos fueron tomados por los gobernantes coloniales como trofeos y muchos de ellos se conservan en museos y colecciones antropológicas en Alemania.
«Cientos, tal vez miles de cráneos», afirmó el presidente federal. «Haremos lo que esté en nuestras manos». Los descendientes de las víctimas llevan mucho tiempo exigiendo su regreso.
Steinmeier está acompañado en este viaje por una delegación empresarial. Según el representante alemán, el objetivo es afianzar relaciones con Tanzania de cara al futuro y en ese aspecto destacó el turismo y la agricultura. El país también cuenta con ricos recursos minerales, además de oro, grafito, uranio y carbón.
Los expertos estiman que el crecimiento de Tanzania se sitúa alrededor del 5% y, según una previsión del Fondo Monetario Internacional, en unos diez años podría incluso sustituir a Kenia como primera potencia económica del África Oriental.
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