Política

Autoridad Nacional Palestina

Presión diplomática sobre Israel

España, Francia, Reino Unido, Suecia y Dinamarca convocan a los embajadores israelíes por la construcción de más asentamientos

Una israelí espera mientras obreros palestinos abandonan la obra en el asentamiento judío de Maale Adumim, en Cisjordania, al este de Jerusalén Este
Una israelí espera mientras obreros palestinos abandonan la obra en el asentamiento judío de Maale Adumim, en Cisjordania, al este de Jerusalén Estelarazon

La respuesta de Israel, al día siguiente de la votación en la ONU que concedió el estatus de «Estado observador» a Palestina, ha sido duramente criticada por la comunidad internacional. El anuncio el viernes por parte de Benjamin Netanyahu de la construcción de 3.000 nuevas viviendas en Jerusalén Este, el proyecto E1, trajo ayer medidas diplomáticas sin precedentes incluso en la UE. Francia, Dinamarca, Reino Unido, Suecia y España convocaron a los embajadores israelíes. Los mandatarios de Alemania, Italia y Rusia también presionaron al pedir que Israel renuncie al proyecto, pues consideran que es contrario a la solución del conflicto.

Tras votar a favor de Palestina en la ONU la semana pasada, a nadie extrañó la convocatoria del embajador israelí en España, Alon Bar, por parte del Ministerio de Exteriores. Fuentes israelíes aseguraron a LA RAZÓN que el encuentro, liderado por el director general para Oriente Medio y Magreb, Ignacio Ybáñez, se produjo en un tono «muy cordial» y que fue muy breve, apenas «cinco o diez minutos». Del lado israelí no tienen temor a que esta nueva situación, que califican de «previsible porque España quiere alinearse con el resto de Europa», empañe las relaciones bilaterales. Tampoco el Gobierno de Rajoy parece tener muchas ganas de alejarse de Israel. Fuentes diplomáticas aseguraron que la protesta de ayer es «coherente» con la línea crítica que ha seguido el Ejecutivo respecto a la construcción de asentamientos. Además, calificaron el encuentro con el jefe de la legación israelí de «rápido, serio y ejecutivo». Lo cierto es que la convocatoria de ayer fue la primera del Gobierno del PP a un diplomático israelí. Durante la última legislatura de Rodríguez Zapatero, mucho más alejado de las tesis hebreas, se produjeron al menos dos citaciones similares del anterior embajador, Raphael Schultz. Desde Valencia, el propio ministro calificó de «enorme torpeza» la decisión de Netanyahu de congelar los fondos palestinos y seguir la construcción de colonias.

La polémica internacional desató en Jerusalén una serie de reacciones encontradas. Públicamente, el Gobierno responde entre airado y sorprendido por la decisión de algunos países europeos de llamar a consultas a sus embajadores en Israel. Uno de sus ministros más cercano, el titular de Medio Ambiente, Guilad Ardan, declaró en el Parlamento que «nos importan mucho más los intereses de Israel que los aplausos de fuera». Fuentes de la oficina de Netanyahu dijeron que Israel no se retracta de su anuncio. «Continuaremos defendiendo nuestros intereses vitales enfrentando las presiones internacionales y no habrá cambios en las decisiones tomadas», indicaron las fuentes citadas por «Haaretz». Es más: advierten de que «si los palestinos continúan dando pasos unilaterales, Israel actuará de acuerdo a ello». Por otra parte, fuentes allegadas al Gobierno aclararon a embajadores europeos que la decisión de construir en la E1 es por ahora «sólo sobre la planificación y no sobre la implementación». El ministro de Construcción, Ariel Attias, había dicho que el Gobierno convocaría próximamente a licitaciones para la construcción de las viviendas planeadas en Jerusalén Este y en asentamientos en los llamados «bloques», pero en la práctica parece claro que todo es muy incipiente. «Nadie construirá nada hasta que esté totalmente claro qué se hará allí», declaró Attias.

La sensación es que una cosa son las grandes declaraciones y otra, los planes concretos. Tsipi Livni, ex jefa de la oposición que encabeza el nuevo partido «El Movimiento» -rival de Netanyahu en las elecciones- se manifestó en tono sumamente crítico. «Estas nuevas viviendas no se construirán finalmente por presión internacional. Puede que Netanyahu haya ganado algunos votos de la derecha para las elecciones, pero sus actos han hecho que todos los israelíes salgan perdiendo».