Análisis
Por qué todo el mundo está en vilo por las elecciones de Taiwán
«Está en juego la preservación de la democracia de la isla y su lugar en el mundo», advierte el analista J. Michael Cole
Unas 4.000 millones de personas de más de 50 nacionalidades están convocadas a las urnas en este 2024. Es el año de la democracia. La mitad de la población mundial votará en los próximos meses en toda Europa y en países como India, Sudáfrica, Reino Unido o Estados Unidos. También en Rusia, donde la continuidad de Vladimir Putin ni siquiera se discute. Los resultados prometen cambiar por completo el paisaje de la política internacional, y Taiwán es precisamente uno de los puntos calientes. Cerca de 20 millones de personas decidirán hoy el rumbo que va a tomar en los próximos cuatro años esta isla autónoma que vive a la sombra de la China de Xi Jinping, quien pretende apuntalar su legado con la «reunificación» de un enclave considerado por Pekín una «provincia rebelde» con pulsiones «separatistas». Sobre el papel, los taiwaneses tienen encima de la mesa dos opciones de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de este sábado. Por un lado, seguir la senda soberanista que propone el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), liderado por el actual vicepresidente, William Lai Ching-te. Por otro, tender puentes con Pekín tras la escalada sostenida de las tensiones de los últimos años. Una postura que defienden, en cierta medida, los candidatos Hou Yu-yi y Ko Wen-je, candidatos del nacionalista Kuomingtang (KMT) y del Partido Popular de Taiwán (PPT). El analista del International Republican Institute (IRI), J. Michael Cole, que vive sus quintas elecciones generales en Taiwán, reconoce estar «asombrado por la vitalidad de la campaña y el apego de la gente a su democracia». El experto responde a las preguntas de LA RAZÓN la víspera de una jornada crucial.
¿Puede cambiar el actual «statu quo» tras las elecciones?
Sería extremadamente difícil para cualquier administración de Taiwán cambiar el «statu quo», ya que este estado de cosas –la independencia de facto de la isla– es lo que la mayoría de la población de Taiwán quiere actualmente para sí. Es Pekín, a través de la beligerancia, la amenaza de la fuerza militar y los esfuerzos por capturar, cooptar e influir, quien pretende cambiar ese «statu quo» mediante la anexión de Taiwán en contra de la voluntad de la gran mayoría de su población, con independencia de que voten al PDP, al KMT o al TPP.
Muchas voces autorizadas consideran estas elecciones como las más importantes para la isla en lo que va de siglo. ¿Qué está en juego?
Lo que está en juego es la preservación de la democracia de Taiwán y su lugar en el mundo. Estas elecciones determinarán si Taiwán sigue siendo un socio de otras democracias en el mantenimiento y fortalecimiento del orden internacional basado en normas o decide concentrarse más en su relación con China. Y por encima de todo esto, por supuesto, está cómo reaccionará China si los taiwaneses no votan como ella espera que voten. En otras palabras, si dan otro mandato al PDP, Pekín podría decidir desestabilizar aún más el Estrecho de Taiwán y poner en peligro la paz, todo por la forma en que un pueblo libre ejerce su derecho a decidir sobre su Gobierno.
El actual vicepresidente y candidato del soberanista Partido Democrático Progresista (PDP), William Lai Ching-te, parece favorito, pero las encuestas arrojan un resultado especialmente ajustado. ¿Puede haber sorpresas?
Sí, William Lai iba por delante en la mayoría de las encuestas, pero siempre existe la posibilidad de sorpresas y ningún candidato, sea cual sea la ventaja, debe dormirse en los laureles. En todas las elecciones de Taiwán hay un grupo considerable de «votantes indecisos» que pueden dar sorpresas. Y, por supuesto, las elecciones legislativas se celebran al mismo tiempo que las presidenciales, el 13 de enero, por lo que, incluso si Lai resulta elegido, existe la posibilidad de que el PDP pierda la mayoría en el Parlamento, lo que complicaría la capacidad de su Gobierno para aplicar plenamente sus políticas.
Xi Jinping ha aumentado la presión con sus recientes declaraciones sobre sus planes de «reunificación». ¿Es probable una invasión china a corto o medio plazo?
Una invasión china de Taiwán sería una empresa extraordinariamente compleja y arriesgada para el Ejército Popular de Liberación. Xi no puede ordenarlo de un tirón y durante varios meses antes de una invasión planeada veríamos signos de preparación en China. También hay muchas razones para creer que el EPL todavía no está preparado para lanzar este tipo de intervención, que no tiene suficientes capacidades, entrenamiento y experiencia. Y, por supuesto, lo que les hace pensárselo dos veces es la posibilidad muy real de que Estados Unidos intervenga del lado de Taiwán si China lanza un ataque contra Taiwán. Así que, en un futuro previsible, se espera que Pekín siga utilizando al EPL para coaccionar e intimidar a Taiwán, pero se tratará en gran medida de un ejercicio de guerra psicológica más que de un ataque. Pero podría llegar un día en que los chinos se sintieran lo suficientemente envalentonados como para hacer lo impensable; así que, aunque tal escenario parezca improbable por el momento, Taiwán tiene que seguir preparándose para esa eventualidad, por si acaso. Y por eso ha estado reformando su ejército, un proceso lento y largo que debe acelerarse.
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