Defensa
Tensión en EE.UU.: La 'superarma' balística rusa ha fulminado la eficacia de los Patriot en Ucrania
Los misiles balísticos rusos mejorados restan eficacia a los sistemas Patriot desplegados por Ucrania, según la inteligencia de EE.UU.
Rusia ha logrado introducir mejoras tácticas en sus misiles balísticos, dotándolos de capacidades de maniobra avanzadas y nuevos señuelos. Esta evolución en el armamento ruso está generando una preocupación considerable entre los expertos militares, ya que supone un nuevo desafío para los sistemas de defensa aérea modernos.
Esta evolución estratégica ha tenido un impacto directo en el conflicto ucraniano. De hecho, la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) ha confirmado que la eficacia de los Patriot, el pilar defensivo de Ucrania contra este tipo de ataques, se ha visto mermada. Hasta ahora, el sistema Patriot era la única defensa robusta de Ucrania contra los misiles balísticos.
En este sentido, un informe reciente del Inspector General Especial, que cita directamente a la DIA, detalla las dificultades que la Fuerza Aérea Ucraniana ha encontrado al intentar interceptar los misiles balísticos rusos. La clave de esta menor efectividad reside en la capacidad de los proyectiles rusos para variar su trayectoria y ejecutar maniobras complejas en pleno vuelo.
Los retos del sistema Patriot ante las nuevas amenazas
En concreto, según ha revelado The Warzone, la raíz de esta merma operativa se encuentra en las modificaciones de los misiles rusos. El portavoz de la Fuerza Aérea Ucraniana, Yurii Ihnat, ha destacado que modelos como el Iskander-M y los KN-23 norcoreanos incorporan ahora señuelos de radar y siguen trayectorias cuasi-balísticas. La Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR) también ha corroborado la colaboración de Rusia con Corea del Norte para optimizar la precisión de los KN-23.
Estos avances rusos han tenido repercusiones directas en el campo de batalla. Por ejemplo, el 28 de junio, las defensas ucranianas solo consiguieron derribar uno de los siete misiles balísticos lanzados. Del mismo modo, en el ataque aéreo más importante desde el inicio de la guerra, el 9 de julio, únicamente se lograron neutralizar siete de trece misiles. Estas cifras demuestran una tasa de intercepción sustancialmente más baja.
Por otro lado, Ucrania depende en gran medida de los Patriot para su defensa. Ha recibido un total de siete baterías de este sistema: tres de Estados Unidos, dos de Alemania, una de Rumanía y otra compuesta por elementos de Alemania y Países Bajos. Esta dotación subraya la importancia capital de este escudo, ahora bajo una presión notable ante la astucia del adversario.
Asimismo, la situación en Ucrania ha provocado una considerable tensión en la cadena de suministro global de nuevos sistemas e interceptores Patriot. El aumento de la demanda ha retrasado ya entregas a otros países, como es el caso de Suiza. Estas dificultades del Patriot tienen implicaciones más amplias para otras fuerzas armadas, incluyendo el ejército de Estados Unidos, que busca expandir y mejorar sus capacidades ante este escenario.
Está claro que los Estados Unidos están tratando de mejorar sus sistemas defensivos, pero Rusia ya no es el mismo país que era en el año 2022 y ha aprendido grandes lecciones durante la guerra.