La democracias, en peligo

"Los teócratas iraníes, los comunistas chinos y los nacionalistas rusos trabajan en red, no por ideología"

El eurodiputado del PP Leopoldo López Gil sostiene que estos regímenes se sustentan en la cooperación militar, las alianzas tecnológicas, los vínculos económicos y financieros, la evasión de sanciones y la militarización de la migración

Leopoldo López Gil, padre del dirigente opositor venezolano Leopoldo López
El eurodiputado Leopoldo López GilEduardo ParraEuropa Press

El eurodiputado del PP Leopoldo López Gil advirtió en un acto con expertos internacionales en el Parlamento Europeo del peligro que supone el auge de las autocracias: “Los autócratas del mundo están decididos a aplastar la democracia, la victoria del progreso dependerá de comprender lo que está en juego”. López Gil ha destacado que según el último informe de Freedom House, el 72% de la población mundial vive bajo alguna forma de autocracia, frente al 49% en 2011”, ha explicado.

El eurodiputado, que habló en la XIII Conferencia Transatlántica de Grupos de Reflexión, sostuvo que el auge de las autocracias “se debe precisamente a que trabajan en red, unidos, no por la ideología, sino por la codicia y el deseo de poder. Por eso los teócratas iraníes, los comunistas chinos y los nacionalistas rusos se han abrazado en una alianza flexible e ideológicamente irracional”.

Rusia ha invertido miles de millones de dólares en apoyar regímenes de izquierda en Nicaragua y Venezuela. Está claro que el apoyo ruso no está ligado a la admiración por el sandinismo o el chavismo; simplemente es práctico para los dictadores defender los intereses de los demás", dijo.

López Gil explicó que la cooperación entre autocracias se basa en cinco pilares: cooperación militar, alianzas tecnológicas, vínculos económicos y financieros, acciones diplomáticas conjuntas y militarización de la migración”.

En primer lugar, “la cooperación militar incluye el envío de tropas, el suministro de material, la prestación de apoyo táctico y el entrenamiento de la policía o el ejército de otro Estado con fines represivos, e incluye a grupos armados ilícitos no estatales como los cárteles de la droga, las bandas criminales y los grupos terroristas. En Venezuela, el régimen de Maduro se ha asociado con diversos actores no estatales, entre ellos Hizbulá”.

En cuanto a las alianzas tecnológicas, “sirven como herramienta de represión, como la censura, los cortes de Internet o la difusión de desinformación. El Partido Comunista Chino fue pionero en el control social con tarjetas de identificación digital y 2008 Hugo Chávez envió a funcionarios para que conocieran este sistema. El resultado es que hoy, a cada ciudadano venezolano se le asigna un QR que se utiliza para influir en las elecciones”.

En materia económica, “el alto nivel de corrupción es uno de los rasgos definitorios de la autocracia. En el caso de Venezuela, más del 20% del PIB está supuestamente vinculado a empresas ilícitas como el narcotráfico, el contrabando y la extracción ilegal de oro y minerales. El régimen de Maduro es uno de los principales beneficiarios de estas prácticas”.

Además, a su juicio, “el apoyo diplomático que se han prestado mutuamente las autocracias se han convertido en fundamental para legitimar sus regímenes, pues han aprendido a cooperar en instituciones multilaterales como la ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras. Liderados por Rusia y China -dos de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU- han secuestrado partes del sistema de Naciones Unidas”.

Por último, sobre la militarización de la migración, López Gil señaló que esta estrategia “busca desestabilizar a los países democráticos desbordando su capacidad de absorción de migrantes y provocando divisiones internas en torno a la política migratoria”. Y concluyó: “Por ahora, los autócratas están ganando. El progreso va a depender de la colaboración entre los movimientos prodemocráticos de los países bajo control autocrático, así como del apoyo de los gobiernos democráticos, los defensores internacionales de la democracia, las empresas y muchos más. ¡Seamos parte de ese cambio!”, concluyó.