Trump, en el banquillo
Trump declara como testigo en su propio juicio por fraude civil en Nueva York
El expresidente intenta convencer al juez de que no participó en la inflación de su patrimonio neto para defraudar a bancos y aseguradoras
«Este es un juicio muy injusto. Espero que el público esté mirando». Son las palabras de Donald Trump ante el juez este lunes en el primer interrogatorio judicial que enfrenta el exmandatario de los varios que tiene por delante el próximo año. El proceso que se está celebrando en Nueva York es de carácter civil y el expresidente se enfrenta a una multa de 250 millones de dólares y su inhabilitación para volver a hacer negocios en el estado neoyorkino.
El republicano, que aspira a ganar las elecciones presidenciales del próximo año, enfrenta además 91 cargos criminales en cuatro causas penales distintas en cuatro estados diferentes del país. A pesar del cerco judicial y de ser el primer expresidente que sube al estrado para testificar en su propio juicio, Trump es favorito en cinco de los llamados «swing states», (estados decisivos en los comicios presidenciales) de las elecciones que se celebrarán el próximo año en EE UU. Si los presagios de la última encuesta de The New York Times y Siena College se cumplen, Joe Biden no tendría nada que hacer para mantenerse en la Casa Blanca.
Acostumbrados a su lenguaje «sin filtros», vimos a un Trump consciente de que en el gran estrado la mentira es un delito y en juego estaba el destino de su imperio empresarial en Nueva York. Hasta el juez Arthur Engoron le tuvo que pedir que hablara más alto para poder escucharle. Un magistrado que siguió el testimonio del candidato republicano con tensión y frustración después de pedirle en varias ocasiones que se limitara a contestar con «respuestas cortas y sin discursos».
Poco caso o ninguno le hizo el declarante que aprovechó cada momento en el estrado para salpicar culpas fuera, asegurando que las entidades bancarias, que son «sus amigos», fueron los que examinaron en detalle los estados financieros supuestamente irregulares que se juzgan en este proceso. Unas cifras financieras que según la Fiscalía son erróneas a conciencia. Se infló el valor de los activos con el fin de conseguir mejores condiciones fiscales por parte de los bancos en cuanto a préstamos inmobiliarios comerciales y pólizas de seguro, demanda la fiscal general de Nueva York, Letitia James. Donald Trump y sus dos hijos mayores, Donald Trump Jr. y Eric Trump que prestaron declaración la semana pasada, lo niegan todo.
A la pregunta de la Fiscalía sobre su participación en los estados financieros de la Organización Trump en el 2021, el expresidente ha respondido que estaba ocupado con la presidencia y centrado en «China, Rusia, y mantener seguro nuestro país». La acusación ha tenido que recordarle que en ese momento él no era el presidente de EE UU. Además, a Trump se le ha preguntado sobre la valoración de sus propiedades, y ha caído en alguna contradicción con lo que hasta ahora había defendido fuera de sala. Él siempre había asegurado que los estados financieros de la empresa familiar, que son los que sustentan este proceso judicial, no eran importantes y que él no entraba en eso, que se encargaban sus contables, pero hoy se ha alegrado de verlos y ha reconocido que «los miraba, los veía y tal vez en ocasiones hacía alguna sugerencia».
El juicio civil en la corte de Manhattan comenzó el pasado 2 de octubre y desde entonces Trump se ha personado varios días durante el proceso, eligiendo días clave como la jornada en la que declaraba su exabogado Michael Cohen, cuya declaración terminó siendo ligeramente contradictoria y eso ha servido para que Trump alimente su teoría de que el proceso es un juicio político. Además, el republicano ha atacado en varias ocasiones al personal que trabaja en la Corte. Tal ha sido su empeño en descalificar a los funcionarios, que la semana pasada el juez encargado del caso, Arthur Engoron, amenazó con enviar a Trump a la cárcel por violar la orden de silencio que le había impuesto con anterioridad a él y sus abogados por sus ataques contra la principal asistente legal de la corte, Allison Greenfield. Hasta ahora el exmandatario lleva acumulados 15.000 dólares en multas por sus comentarios incendiarios.
La semana pasada el hijo mayor del exmandatario, Donald Trump Jr., aseguró que él nunca estuvo implicado ni tuvo conocimiento de las declaraciones financiera de la empresa familiar porque «su conocimiento de la contabilidad era limitado». Su hermano Eric, más involucrado en la rutina de la compañía, aseguró que los estados financieros de la misma «eran materialmente precisos». Mientras tanto su padre sigue empeñado en que no ha hecho nada mal esto es una «caza de brujas política», que el proceso es un «error judicial».
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