Aviación
Tu-95 Bear: la historia del colosal “oso” soviético que continúa acechando a Occidente
Se trata de un bombardero estratégico y portamisiles desarrollado por la URSS en plena Guerra Fría, pero que más de 70 años después continúa a las órdenes de las Fuerzas Armadas rusas
Un veterano de los cielos continúa desafiando el paso del tiempo con su robustez aeronáutica. Se trata del Tu-95 Bear, un bombardero "oso" desarrollado por la URSS en plena Guerra Fría, pero que más de 70 años después continúa a las órdenes de las Fuerzas Armadas rusas.
Esta aeronave alzó vuelo por primera vez el 12 de noviembre de 1952, integrándose a la Aviación de Largo Alcance de la Unión Soviética en 1956. Aunque tardó hasta 2015 para debutar en combate, cuando atacó objetivos del ISIS en Siria, su eficiencia no ha disminuido con el tiempo. Similar al B-52 Stratofortress de EE UU, el Tu-95 aún está en activo y se prevé que permanezca en las Fuerzas Aeroespaciales rusas hasta, al menos, 2040.
Es más, el Tu-95 ostenta el título de ser el único bombardero estratégico con hélice todavía en uso operativo. Según la Federación de Científicos Estadounidenses, “el Tu-95 BEAR es posiblemente el bombardero más exitoso de la aviación soviética, con un servicio prolongado en diversas funciones y configuraciones.
Es el único caza desplegado por cualquier país con motores turbohélice, ofreciendo una duración excepcional a velocidades apenas menores que las de bombarderos a turborreactor.”
En cuanto a la velocidad, la variante Tu-95M, o “Oso A”, alcanza los 925 km/h, mientras que el Tu-95MS “Oso H”, armado con misiles de crucero, llega a 830 km/h. En comparación, el B-52 “BUFF” a reacción puede volar hasta 1.046 km/h.
El Bear no solo es imponente en el aire; su tamaño es colosal. Pesa hasta 190 toneladas métricas al despegar, mide 49,1 metros de largo y tiene una envergadura de 50,1 metros. La altura de la cola alcanza los 13,4 metros. El Bear A puede llevar hasta 12.000 kilos de bombas. Su alcance es de 13.200 km y está propulsado por cuatro turbohélices Kuznetsov NK-12MV. La tripulación varía entre 6 y 7 personas, dependiendo de la misión específica.
Continuando con el paralelismo entre el B-52 y el Tu-95, su longevidad se debe en gran medida a su versatilidad. El Oso ha sido adaptado en nueve variantes diferentes, trascendiendo su rol original de bombardero nuclear. Sus funciones se han diversificado: desde inteligencia electrónica y reconocimiento fotográfico (Tu-95RTs/Oso D y Tu-95U/Oso E), hasta la guerra antisubmarina (Tu-142/Oso F) y la retransmisión de comunicaciones submarinas (Tu-142MR/Oso J). Incluso, dio origen a una variante para líneas aéreas de pasajeros, conocida como Tu-114.
Aunque el BUFF puede cargar más bombas que el Bear, un aspecto donde el bombardero ruso destaca es su defensa en la cola. Mientras que la USAF retiró el cañón de cola de sus B-52, y el último artillero de defensa aérea en el B-52, Rob Wellbaum, se retiró en 2017, el Bear mantiene sus dos cañones automáticos Gryazev-Shipunov GSh-23 de 23 mm, demostrando su capacidad en un vídeo difundido por el Ministerio de Defensa ruso en julio de 2021.
En la era de Shakespeare, cebar al oso era un entretenimiento popular, pero el Tu-95 es un oso mecánico que desaconseja cualquier provocación. Su presencia en el cielo simboliza no solo la fortaleza y resistencia de la aviación rusa, sino también su adaptabilidad y capacidad de evolución en el teatro de la guerra moderna.
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