Guerra en Siria

Erdogan bombardea a las fuerzas kurdo-sirias aliadas de EEUU

Turquía, Siria y Rusia cargan contra el plan diseñado por la Administración Trump para armar a 30.000 «peshmerga» en la frontera como compensación por su lealtad contra el Estado Islámico

Miembros de las Unidades de Protección Popular kurdas, en una operación contra el grupo Estado Islámico en Raqa
Miembros de las Unidades de Protección Popular kurdas, en una operación contra el grupo Estado Islámico en Raqalarazon

Turquía, Siria y Rusia cargan contra el plan diseñado por la Administración Trump para armar a 30.000 «peshmerga» en la frontera como compensación por su lealtad contra el Estado Islámico.

Como líder de la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico, Washington ha anunciado que entrenará a sus aliados kurdos en Siria para formar una fuerza de seguridad fronteriza con unos 30.000 efectivos. Pero sólo la idea de que esas milicias, consideradas terroristas por Turquía, pululen a sus anchas por la frontera que comparte con el país árabe ha exasperado al presidente turco, Recep Tayip Erdogan. Esta vez, según amenazó hoy el líder turco, su país atacará «mañana o pasado mañana» a las fuerzas kurdas aliadas de Estados Unidos en el norte de Siria y advirtió de que nadie puede parar esa operación. «Mañana o pasado mañana, empezando en Afrin y Manbech (norte de Siria), limpiaremos uno por uno y en poco tiempo los centros terroristas», anunció el presidente en un encuentro con parlamentarios de su partido, el islamista Justicia y Desarrollo. «Ni aquellos que parecen nuestros aliados, pero nos apuñalan por la espalda, ni quienes apoyan el terrorismo, pueden parar esto», afirmó Erdogan, insistiendo en sus planes de atacar a las milicias kurdosirias aliadas de Washington contra el grupo yihadista Estado Islámico pero que Ankara considera terroristas. Ya dijo Erdogan ayer que no se conformará con amenazas verbales, sino que no le temblará el pulso a la hora de ordenar una operación militar para «estrangular» a la nueva fuerza kurda «incluso antes de que nazca». Lo cierto es que Erdogan ha esperado poco para entrar en acción y desde el domingo sus Fuerzas Armadas han estado bombardeando enclaves kurdos en la frontera siria.

Al mismo tiempo que el mandatario turco amenazaba ayer con una inminente operación militar en los cantones kurdosirios de Afrin y Manbech (ambos en el norte de Alepo), el Ejército enviaba tropas y tanques a la zona y sus cañones apuntaban al norte de Siria y abrían fuego sobre posiciones kurdas en Afrin. Según un responsable kurdo de esa región, «las fuerzas turcas atacaron al amanecer desde Azaz (al este de Afrin) las áreas de Ain Daqna y Maranaz y, desde el oeste, Deir Balut y Yindiris». Según esta fuente, los bombardeos se habían iniciado en la noche del domingo, sobre la 22:00 horas. «Turquía abrió fuego de artillería el domingo contra la zona de Qara Baba, en la frontera», añadió. Los ataques contra posiciones kurdas en el norte de Siria se produjeron después de que Trump anunciase la creación de una fuerza fronteriza kurdo-árabe. «Si Estados Unidos quiere cooperar con estas criaturas salvajes, pues que lo haga». Pero «nosotros no permitiremos un ejército terrorista en nuestra frontera», alertó Erdogan.

En la misma línea, el Ministerio de Exteriores turco alertó de que «iniciativas como ésta ponen en peligro nuestra seguridad nacional y la integridad territorial de Siria». «Condenamos la insistencia en este enfoque defectuoso y recordamos una vez más que Turquía está decidida y es capaz de eliminar cualquier amenaza que se dirija a su territorio», insistió en un comunicado.

Hasta la fecha tan sólo han sido entrenados unos 230 reclutas de las llamadas Unidades de Protección Popular (YPG, en sus siglas en kurdo) para formar parte de la nueva «guardia fronteriza». Las YPG son parte de las milicias que combaten al Estado Islámico en el norte y este de Siria bajo el paraguas de las Fuerzas Democráticas Kurdas (SDF). Para Ankara, las milicias kurdas de Siria no son sino una rama del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado una organización terrorista por el Ejecutivo de Erdogan. Ante el avance de los combatientes kurdos en Siria, que aprovecharon la guerra contra Bachar Al Asad para ampliar el territorio y formar de facto un Estado semiautónomo, Erdogan siempre exigió que las YPG no rebasaran la línea del río Éufrates hacia el oeste. Si se llevara a cabo el plan estadounidense, significaría que la nueva fuerza se desplegaría a lo largo de la frontera con Turquía e Irak y del Éufrates, que sirve de línea divisoria entre los kurdos y las fuerzas de Al Asad.

Las relaciones entre Washington y Ankara, miembros de la OTAN, no pasan por su mejor momento debido al apoyo armamentístico de Washington a las milicias kurdas, y la inclusión de éstas en el nuevo plan estadounidense seguramente agravará aún más las tensiones entre ambas partes, alejando una solución política al conflicto sirio. De hecho, ya el pasado viernes el presidente de Turquía había advertido de que los lazos y acuerdos bilaterales con Estados Unidos «han perdido su validez», mientras acusaba a la Casa Blanca de estar ya lanzando «una serie de graves complots contra Turquía».

Erdogan se refería con ello a los intentos de Washington para establecer «un nuevo Estado» en el norte de Siria (en referencia a un Estado kurdo), con el que comparte más de 900 kilómetros de frontera, y advirtió de que cualquier esfuerzo para llegar a este objetivo «será inútil». «No olvides esta sensibilidad [dijo a Trump]. Nadie debería atreverse a establecer un nuevo Estado allí. Ellos [los kurdos] pagarán el precio si es necesario», alertó el mandatario turco. «Hemos demostrado paciencia hasta ahora porque mantuvimos la esperanza de que podíamos resolver este problema fácilmente con diplomacia y comprensión mutua. Pero ahora vemos que estos caminos se han cerrado», agregó. El líder turco sospecha que la medida de Trump de enviar más diplomáticos a las zonas bajo el control de las fuerzas kurdas en el norte de Siria busca dar el primer paso hacia el reconocimiento de un «país kurdo» en territorio sirio.

También Damasco reaccionó a la iniciativa de Washington. «El pueblo y el Ejército sirios están resueltos a frustrar la conspiración y a acabar con la presencia de EE UU y sus agentes en Siria y restablecer la autoridad legítima en su territorio», declaró una fuente de Exteriores. Siria considera este plan una «escandalosa violación» de la ley internacional que alimenta las tensiones.