Política

El Futuro de Venezuela

Villca Fernández: "El Helicoide si no es el infierno, se le parece bastante"

Activista venezolano que pasó dos años en la cárcel por un tuit

Foto: Cipriano Pastrano
Foto: Cipriano Pastranolarazon

Existen alrededor de mil presos de conciencia en Venezuela. Villca Fernández fue uno de ellos y LA RAZÓN ha tenido la oportunidad de hablar con él en Madrid invitado por Amnistía Internacional. Activista y dirigente estudiantil en la Universidad de Los Andes, en el estado de Mérida, y candidato a la Asamblea Legislativa en 2015 que en total pasó dos años y medio en la cárcel. ¿Su delito?, publicar un tuit. Una vez excarcelado fue conducido al aeropuerto internacional de Caracas y aterrizó poco después en Lima, Perú, donde reside desde entonces. Se encuentra de gira ahora por España y anteriormente estuvo en Roma, Italia. El trabajo de Amnistía Internacional contribuyó decisivamente a que fuera liberado.

El 31 de enero de 2016 Fernández fue detenido en plena calle por unos agentes de la policía política, el Sebin, sin explicación alguna. “Intenté oponer resistencia y estábamos rodeados por cientos de personas, pero eran tantos que fue imposible impedirles el arresto”, relata el joven venezolano. La excusa que después alegó ante la opinión pública el Gobierno fue una respuesta a través de un tuit. Una alta autoridad del partido de Nicolás Maduro acusó a Villca Fernández en un programa de la televisión del estado de conspirar en contra de la seguridad de la Nación, su crimen fue responder a estas acusaciones sin ninguna investigación a sus espaldas. No obstante, la supuesta conspiración nunca apareció en el proceso judicial posterior. “Yo nunca fui condenado y en mi misma situación se encuentran miles de personas en las prisiones venezolanas. Están atrapados dentro de un limbo jurídico en el que nunca hay salas para celebrar los juicios, los fiscales están de viaje o los jueces siempre se ponen malos. Y así es como estuve dos años y medio en el temido Helicoide”, sentencia el activista.

Así se cobra el régimen la libertad de expresión, un derecho que brilla por su ausencia en el país suramericano. Tras esto, su estancia en prisión llevó al joven a otro nivel. “Cuando llegué, un funcionario me dijo; “Bienvenido al infierno”. No sé si aquello era el infierno, pero si no lo era, se le parecía bastante”, sentencia Fernández. Durante su estancia en la cárcel, sufrió dos hechos que cambiaron su vida: La maldad que una persona puede albergar, “una de las peores experiencias fue la tortura psicológica que emplean al apalear, electrocutar o ahogar a otros presos delante de tu propia celda. Sin poder hacer nada...”. ¿La segunda? "La extraordinaria capacidad del ser humano para adaptarse a situaciones inimaginables con tal de batallar por lo que uno cree".

Villca lamenta el deterioro que ha sufrido Venezuela a manos del chavismo y asegura que no viene del país que conocía, si no “de cuatro paredes llenas de barrotes”, asegura que este es el momento de seguir forzando la salida del Gobierno chavista. “Los apagones de los que ahora se hacen eco todos los medios llevan ocurriendo desde que Chávez llegó al poder. Forma parte de su sistema de sometimiento y distracción”, arremete Fernández, denotando la casualidad de que justo en el momento en el que todo el pueblo venezolano creía en la posibilidad de que la salida de Maduro fuera cuestión de días, un corte de electricidad apaga el país durante casi una semana, se dan saqueos, y después no existe ningún detenido por esto. “Todo está organizado por el Gobierno. Si el presidente Guaidó organiza una manifestación, el régimen corta la electricidad. La gente estará más preocupada de salvar lo poco de comida que tienen.... En Venezuela no se vive, es un constante sobrevivir”. El joven está convencido de que eso es lo que intenta actualmente hacer el Gobierno de Maduro, y es lo que se debe impedir.

Frente a la pregunta de si el plan de Juan Guaidó saldrá adelante o no, Fernández sorprende a este periódico, “No solo llegará a buen puerto, sino que llevaremos a Venezuela a un puerto seguro. La llama de esperanza que se ha implantado en todos nuestros corazones no la van a poder apagar por mucho miedo que nos quieran meter”.