Opinión

Elecciones 23-J: elegir bien puede ser rentable para sus inversiones

El color político del Gobierno y los procesos electorales siempre han afectado al rendimiento de la bolsa

Varios paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa, en Madrid.
Varios paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa, en Madrid. Alberto OrtegaEuropa Press

Es sabido que los cambios en los ciclos lunares influyen sobre los procesos migratorios de las aves, las mareas, alteran el comportamiento humano y su estado de ánimo e incluso pueden provocar cambios biológicos que alteren el sistema nervioso de una persona. De forma similar, los cambios en los ciclos electorales afectan al comportamiento de los mercados y de los agentes económicos que crean una serie de expectativas sobre las que basan sus decisiones.

Nos encontramos ante las puertas de unas elecciones generales que darán como resultado el nuevo Gobierno que gestionará nuestro país durante los próximos 4 años. Se trata de unos comicios clave por la situación económica en la que se encuentra España, donde hemos vuelto a la casilla de salida desde las últimas elecciones, pues acabamos de recuperar el PIB prepandemia, aunque el retroceso real de nuestro PIB per cápita haya sido el mayor de la UE y represente el 85% de la media de Europa, situándonos en la posición 18. De igual forma, en los últimos cuatro años, la deuda pública ha aumentado en más de 325.000 millones de euros, la inflación acumulada en los últimos dos años ha empobrecido a millones de ciudadanos, tenemos un elevado déficit estructural, unos tipos de interés que lastran el crecimiento económico y una elevada tasa de paro registrado, que no contabiliza a todos los desempleados y, aun así, duplica la media de la UE y nos sitúa a la cola de la OCDE. A todo ello, debemos añadir la elevada presión fiscal creciente, nuevas tasas como el pago de peajes en autovías y nuevos impuestos que generan inseguridad jurídica.

En este contexto, la pregunta que todo el mundo se hace ante las próximas elecciones es cómo cambiará la economía y la sociedad con la amplia batería de medidas que todos los partidos políticos proponen en el zoco mediático, algunas de ellas, ocurrencias, un simple señuelo para captar voto, dada su escasa viabilidad, otras cuestionables. Aunque los sondeos electorales parecen mostrar un cambio de rumbo ideológico, hasta el rabo todo es toro y, al igual que el estudiante que espera nervioso a que salgan sus notas de EBAU para decidir qué grado estudiar, los inversores están intranquilos, generando sus expectativas acerca del nuevo gobierno que salga de las urnas y que puede determinar que haya un punto y aparte, con nueva hoja de ruta o bien, un punto y seguido, con más de lo mismo.

Existe una gran controversia entre quienes defienden que las decisiones de política económica conllevan expectativas racionales en los agentes económicos, frente a otros, más keynesianos, que defienden la irracionalidad en los comportamientos de los mercados, que se mueven más por factores exógenos que por las propias expectativas basadas en las decisiones de política económica de un determinado gobierno.

Desde hace años, diversas investigaciones han intentado demostrar la relación existente entre los partidos políticos gobernantes y el rendimiento de los mercados financieros, por las fluctuaciones macroeconómicas asociadas a las dinámicas electorales que inducen cambios relevantes en la política económica cuando hay un cambio del partido en el poder. Todo ello genera expectativas que impulsan decisiones de inversión, que son el determinante de la formación de los precios de los activos financieros y, por ende, su rentabilidad.

Así pues, los mercados financieros no son ajenos a esta situación, funcionan en base a las expectativas. Algunas sobre los tipos de interés, la inflación, los precios de las materias primas, pero también las relacionadas con las decisiones de política económica del gobierno entrante y que dependerán de su orientación ideológica y de la necesidad de posibles pactos si no se consigue la mayoría absoluta. Aunque se debería gobernar para todos, la realidad es que unas empresas se verán más favorecidas que otras según el color político del Gobierno. Si el Gobierno está a favor de impedir y penalizar la okupación, así como eliminar el tope del alquiler, las acciones de los fondos y empresas inmobiliarias se verán beneficiadas. Si se penaliza al sector primario, sus empresas se verán perjudicadas.

Algunos estudios sobre mercados financieros de países desarrollados sugieren que la rentabilidad de las empresas mejora bajo gobiernos con políticas de derechas. Otros muestran evidencia empírica de que los mercados de valores tienen un comportamiento cíclico en periodos electorales, de modo que los cambios de expectativas sobre los resultados de las elecciones pueden afectar a la volatilidad de los índices bursátiles y su rendimiento.

De acuerdo con lo que sugiere el informe publicado recientemente por XTB sobre el impacto en la rentabilidad anualizada del Ibex 35 durante los diferentes gobiernos de la democracia, el color político del Gobierno y los procesos electorales han afectado al rendimiento del índice, de modo que, tradicionalmente ha habido una caída de los mercados durante los primeros diez días tras los comicios, agudizada cuando ha habido alternancia en el poder. Además, cuando ha gobernado la derecha, se ha alcanzado una rentabilidad media anual superior a cuando lo ha hecho la izquierda.

Lo que desconocemos es qué porcentaje de esa rentabilidad se puede deber al crecimiento económico impulsado por factores exógenos y no por el Consejo de Ministros. Una vez que se haya conformado el nuevo Gobierno, veremos si los mercados financieros actúan de forma racional o irracional respecto a sus expectativas y, por tanto, las rentabilidades del selectivo se encuentran más correlacionadas con las decisiones del gobierno al mando o bien con otras externas que no podemos controlar, no sólo de la UE sino del resto del mundo donde las economías están hiperconectadas.