Calzado

Zapatos de tacón o planos, ¿existe el calzado perfecto?

Resulta terrible, sobre todo para una mujer, comenzar un artículo confirmando que no existe el zapato perfecto. Todos, desde el tacón, al plano, pasando por unas típicas chanclas, tienen su defecto. Y nuestros pies sufren, claro. Callos, roces, sensación de escozor, grietas... y esto solo acaba de empezar cuando hablamos de un mal calzado. El problema es que no solo tus pies sufren, la espalda, las rodillas, los talones y las diferentes articulaciones lo padecen igualmente.

Zapatos de tacón o planos, ¿existe el calzado perfecto?
Zapatos de tacón o planos, ¿existe el calzado perfecto?larazon

Resulta terrible, sobre todo para una mujer, comenzar un artículo confirmando que no existe el zapato perfecto. Todos, desde el tacón, al plano, pasando por unas típicas chanclas, tienen su defecto. Y nuestros pies sufren, claro. Callos, roces, sensación de escozor, grietas... y esto solo acaba de empezar cuando hablamos de un mal calzado. El problema es que no solo tus pies sufren, la espalda, las rodillas, los talones y las diferentes articulaciones lo padecen igualmente.

Zapatos de tacón: son nuestros grandes “ami-enemigos”. Estilizan la silueta, alargan la pierna y son el complemento perfecto para un look diario o, mejor, para uno especial. Los zapatos de tacón son un verdadero imán para las mujeres y también una de sus más frustradas posesiones. Todo lo anterior está muy bien pero, ¿y cuando nos duele un pie por usar un zapato de tacón? Aquí ya no hay estilismo que valga, el dolor llega a ser tan horrible que en casos extremos podemos hasta acabar descalzas (seguro que no os descubro nada nuevo). Ahora bien, el problema del tacón es que el pie se carga mucho en la parte delantera, cuanto más tacón, más carga, y esto es lo que provoca el dolor en el metatarso, fascitis plantar y la posible aparición de uñeros o juanetes, sobre todo si encima la punta del zapato es estrecha y los dedos casi se solapan entre ellos. Por si fuera poco, al daño que muchos zapatos de tacón nos provocan en los pies, se suma el efecto curvatura lumbar que producen en la columna, debido a que los tacones adelantan el eje corporal, y por lo tanto, dolor en la zona lumbar.

Chanclas o sandalias finas planas: parece mentira, pero las chanclas pueden causar casi tanto mal a nuestro cuerpo como un zapato de tacón. El problema es que al contrario que los primeros, las chanclas son excesivamente planas y apenas llevan sujeción, por lo que, aunque el pie vaya estupendamente aireado, tampoco es la mejor opción. El pie está demasiado desprotegido, el talón se eleva mucho al caminar y muchas personas realizan demasiada fuerza en los dedos para controlar este tipo de calzado, lo que con un uso exagerado puede acabar deformando nuestros pies. Tampoco es la mejor solución para la espalda, ya que el hecho de ir caminando tan plana, carga la zona lumbar y cervical y puede provocar dolor.

Bailarinas: están muy de moda desde hace unos años, pero lamentablemente tenemos dos malas noticias sobre este calzado que es tendencia. La primera es que son igual de malas, o peor, que unas chanclas, ya que lo único que las diferencia es que el pie no va completamente al aire libre, y la segunda, es que además, no estilizan nada la silueta de la mujer. Al contrario de lo que sucede con los zapatos de tacón, en el caso de las bailarinas es el talón lo que soporta todo el peso, lo que suele provocar calambres, durezas y dolores musculares (esa sensación tan desagradable cuando parece como si se abriera el pie).