
Salud
¿Existe una relación entre la salud intestinal y las alergias? Un experto lo explica
La clave para combatir la rinitis alérgica, que en el Reino Unido ya afecta a dieciséis millones de personas, podría encontrarse en un lugar insospechado: el intestino y el equilibrio de su microbioma

La solución a los estornudos y el picor de ojos primaveral podría no estar en el botiquín, sino en la nevera. Productos como el kéfir, el kimchi o la kombucha se postulan como aliados inesperados contra las alergias estacionales. La clave, según los expertos, reside en su capacidad para fortalecer nuestras defensas internas a través de la alimentación, una estrategia que desvía el foco de los síntomas para atajar la raíz del problema.
De hecho, esta conexión no es casual. El sistema digestivo alberga la abrumadora mayoría de las células inmunitarias del cuerpo, concretamente entre un 70 % y un 80 % del total. Este enorme contingente defensivo utiliza el microbioma intestinal como un sofisticado campo de entrenamiento, donde aprende a diferenciar entre amenazas reales, como los virus, y elementos inofensivos como el polen. Unas defensas bien adiestradas son la primera barrera para evitar reacciones desproporcionadas.
Por el contrario, cuando este delicado ecosistema bacteriano se desequilibra, el sistema inmunitario se desorienta, lo que puede derivar en una respuesta alérgica exagerada ante partículas inofensivas. La magnitud del problema es considerable fuera de nuestras fronteras; en un país como el Reino Unido, por ejemplo, la rinitis estacional afecta ya a uno de cada cuatro ciudadanos, lo que se traduce en cerca de 16 millones de personas. La falta de bacterias beneficiosas como la Akkermansia muciniphila debilita la barrera intestinal y agrava la situación.
Estrategias para reequilibrar el microbioma y mitigar las alergias
En este sentido, la estrategia más directa pasa por una dieta variada y rica en fibra, que sirve de alimento a las bacterias beneficiosas. Junto a los ya mencionados alimentos fermentados, el consumo regular de probióticos se presenta como una ayuda valiosa para restaurar el equilibrio perdido en la microbiota. Sin embargo, no todo depende del plato, pues se ha demostrado que el estrés crónico es un disruptor conocido de la salud intestinal, capaz de sabotear la respuesta inmunitaria.
Asimismo, estas pautas centradas en el microbioma no excluyen las recomendaciones más tradicionales, que siguen siendo un complemento fundamental. Medidas de sentido común como mantener las ventanas cerradas en los días de mayor concentración de polen continúan siendo cruciales. Del mismo modo, el uso de purificadores de aire en el hogar y la costumbre de ducharse o lavar la ropa tras pasar tiempo al aire libre ayudan a eliminar los alérgenos, completando así un enfoque integral para hacer frente a la temporada.
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