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La Junta se apresura a aplacar la indignación de Vox con Casado

Bendodo y Marín rehuyen tildarles de extrema derecha tras su órdago de no apoyar el presupuesto

El presidente del Gobierno andaluz, Juanma Moreno, saludó ayer antes del Pleno al portavoz parlamentario de Vox, Francisco Serrano / Foto: Manuel Olmedo
El presidente del Gobierno andaluz, Juanma Moreno, saludó ayer antes del Pleno al portavoz parlamentario de Vox, Francisco Serrano / Foto: Manuel Olmedolarazon

Bendodo y Marín rehuyen tildarles de extrema derecha tras su órdago de no apoyar el presupuesto

Al consejero de Presidencia y portavoz de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo (PP), y al vicepresidente, Juan Marín (Cs), les faltó tiempo ayer para intentar aplacar a la «tercera pata» necesaria para el «Gobierno del cambio», Vox, indignada con el líder de los populares, Pablo Casado, por llamarles «extrema derecha» en su intento de girar al centro tras la debacle electoral del 28A. En Andalucía fueron necesarios los votos de los 12 diputados de Vox para hacer presidente a Juanma Moreno y el Gobierno de coalición de PP y Cs los necesitó ayer mismo para sacar adelante su rebaja fiscal. Vox se los dio, no sin calificar la bajada de impuestos aprobada de «rídicula» y «márketing electoral». Pero antes de comenzar el pleno del Parlamento, el portavoz adjunto de Vox, Alejandro Hernández, exigió una rectificación a Casado para sentarse a negociar con PP y Cs el Presupuesto andaluz. Eso hizo saltar las alarmas en la Junta , por mucho que Bendodo intentara enmarcarlo en la «vorágine electoral» ante la que se mostró comprensivo con mensajes que «se permiten sólo en campaña».

Por si acaso, tanto él como Marín alabaron la «legitimidad» de Vox, la fluidez de sus relaciones en el día a día, su condición de personas «serias con las que se puede hablar y llegar a acuerdos» y se cuidaron muy mucho de calificar su ideología. Bendodo evitó rectificar a Casado y rehuyó ubicar ideológicamente a Vox. «Cada uno tiene derecho a estar ubicado donde considere oportuno», fue lo máximo que dijo ante la insistencia de la prensa. Curiosamente, Marín fue más contundente al no compartir las declaraciones de Casado y rechazar las etiquetas.

Lo cierto es que Vox obligó a reaccionar a los socios de Gobierno con su órdago. «Si a los incumplimientos del acuerdo de investidura firmado con el PP añadimos la ofensa, estamos echando gasolina a un fuego que ya ha alcanzado unas dimensiones lo suficientemente importantes como para que en estos momentos no estemos en disposición de sentarnos a hablar con el PP ni con Cs», zanjó rotundo Hernández en la rueda de prensa previa al pleno. Inmediatamente después le replicaron los portavoces parlamentarios de Cs y PP, Sergio Romero y José Antonio Nieto respectivamente. El primero desmarcó a la fuerza naranja de «dimes y diretes», incidiendo en la tesis que viene manteniendo Cs desde el inicio de la legislatura: que ellos no tienen ningún pacto firmado con Vox como sí lo tiene el PP. Nieto fue más duro al criticar su «mandíbula de cristal», pedirles «madurez» e insinuar que donde las dan las toman tras recordar que los de Abascal llaman a los populares «derechita cobarde».

No debieron quedarse tranquilos los socios de Gobierno pues poco después salieron al paso personalmente Marín y Bendodo, mientras el presidente de la Junta, Juanma Moreno, buscaba la foto del saludo sonriente con el portavoz de Vox, Francisco Serrano, en el hemiciclo. Bendodo incidió en la «responsabilidad» que los andaluces dieron a las tres formaciones para el «cambio» en Andalucía que «está por encima de ideologías» y en que la estabilidad de la Junta es «lo más importante por encima de los partidos y las campañas» y «no lo vamos a perder bajo ningún concepto». Para cuando se presenten las cuentas, antes del 1 de junio, se habrá acabado la campaña pero estarán formandose las alianzas de gobiernos locales y autonómicos.