Cádiz

Tras el aluvión de pasos de Semana Santa

Los cortejos procesionales copan el interés, pero hay muchas otras alternativas

Tras el aluvión de pasos de Semana Santa
Tras el aluvión de pasos de Semana Santalarazon

Los cortejos procesionales copan el interés, pero hay muchas otras alternativas

Según la tradición cristiana el Viernes Santo es día de dolor, duelo y luto. Murió Jesucristo en la cruz, parece que sobre las tres de la tarde, y un terremoto sumió al mundo en tinieblas cuando expiró. Pasaría luego tres días en el Seno de Abraham para volver resurrecto y redimir a los hombres de sus pecados. Tal cual, esto es lo que se supone que sucedió hace 2.017 años en Jerusalén y la última causa de que desde ayer comenzará un puente en el calendario laboral español. No hace falta descender a los infiernos para sacar a los justos de los ataúdes del limbo para disfrutar de estos días, seguro que ya ha acabado harto de cofradías y el cuerpo le pide matar estas horas de otra forma. La tradición se ha puesto de su parte con juegos taurinos, quemas de Judas y las primeras comilonas en el campo aprovechando el buen tiempo. Después de días sumidos en la reflexión penitencial, toca tomar las calles al más puro estilo español: toros, verbena y fiesta callejera.

En la sierra de Cádiz varios pueblos tienen festejos durante el fin de semana. Es el caso de las localidades de Bornos, Benamahoma y Arcos de la Frontera, donde se suelta el famoso «Toro del Aleluya» que recorre las intrincadas calles del pueblo. También hay suelta de reses en Vejer de la Frontera y en Los Barrios. También en Cádiz, concretamente en Conil, se quema a Judas en un mito entre pagano y cristiano por la muerte de Jesucristo. Se intenta purgar la traición mediante el fuego, pero también es una suerte de exorcismo que anuncia la llegada de cambio de estación en los ámbitos rurales. La noche del sábado en la localidad almeriense de Urracal comienza con los preparativos por la tarde pero, al llegar la medianoche, todo el pueblo va a la puerta de la iglesia a tirar cohetes, petardos y a hacer ruido con las matracas en señal de júbilo por la Resurrección. Luego siguen los trabajos hasta colocar el patíbulo donde quemarán al traidor ya el domingo por la mañana. Esta tradición se mantiene también en otros pueblos de la provincia como Tabernas. Más modernos son en Alosno, que en lugar de quemarlo directamente lo escopetean.

En Carcabuey, la Pascua se celebra con el «Carnaval de los moraos» para rescatar las chirigotas y comparsas que se dieron por concluidas con el comienzo de la Cuaresma. En este tono festivo y desenfadado, en Benamocarra, provincia de Córdoba, la procesión de la Resurrección comienza a las 00:00 horas, pero es el día siguiente cuando todo el pueblo se lanza al campo para comer en comunidad dejando atrás las exigencias de la Semana Santa. «Pelar la pava» es el apelativo que tomó con el tiempo esta comida familiar donde se acabó yendo a buscar pareja. Si es su caso, no lo dude. Otra opción puede ser la de llegarse hasta Sierra Nevada, donde mañana se celebra una bajada retro en apoyo de la investigación del cáncer de mama. Los esquiadores bajarán la ladera con ropa de época y utilizando la técnica del talón libres, que es la que usaban los pioneros de esta disciplina.

2017 va a ser el año de la celebración del centenario de la Revolución Rusa. Habrá quien recuerde el asalto al poder de los bolcheviques con más alegría que otros tras la montaña de muertos que dejó el intento de llevar a la realidad la teoría comunista. Los nostálgicos vuelven a las cargas de octubre de 1917 con verdadero fervor, sobre todo los rusos, que tras la caída del bloque soviético se sienten en una suerte de esquizofrenia histórica que les impide reconocerse víctimas, el orgullo eslavo siempre está latente, o vencedores del caos de la URSS. «Dinastía Romanov» es el título de una de las dos grandes exposiciones anuales que ya se pueden visitar en el Museo Ruso San Petesburgo Málaga, que cuenta con casi 250 piezas para narrar 300 años de poder ilimitado de esta saga real. Retratos, mobiliario, pinturas de batallas y trajes de época rescatan el pasado de una familia que desde Miguel I a Nicolás II dominaron con mano de hierro el país más extenso de la tierra.

Para aprovechar el tiempo si la opción es quedarse en casa, la editorial Almuzara acaba de presentar una nueva entrega de anécdotas de la Guardia Civil. «A la orden mi sargento», escrito por Germán Vaquero, rescata historias propias y ajenas de este benemérito Cuerpo. De lectura amena y fácil, el libro no sólo es una acumulación de relatos verídicos, también sirve de reflejo a nuestra sociedad actual desde los ojos de un miembro de la seguridad estatal. Además, en esta moda por volver los ojos al mundo rural, también ilustra perfectamente las relaciones que se dan en los pueblos, principal ámbito de actuación del Cuerpo y donde trascurre gran parte del libro, desde las copas mal digeridas tras una boda hasta el señor que confunde un radar para controlar la velocidad con una barbacoa.