Política

Segovia

Juan Antonio González Iglesias se alza con el XXIX Gil de Biedma

El poemario «El jardín de Gulbenkian» del autor salmantino seduce al jurado del prestigioso premio

El jurado del Premio de Poesia Gil de Biedma presidido por Francisco Vázquez
El jurado del Premio de Poesia Gil de Biedma presidido por Francisco Vázquezlarazon

El poeta salmantino Juan Antonio González Iglesias se alzó con el XXIX Premio Gil de Biedma, que concede la Diputación de Segovia, con su poemario «El jardín de Gulbenkian».

El coordinador del jurado, Gonzalo Santonja, destacó que esta decisión consolida la trayectoria de este prestigioso galardón al concedérselo a «un poeta absolutamente aclamado» y un escritor muy reconocido.

Santonja alabó la labor del prejurado del Premio de Poesía Gil de Biedma que es capaz de seleccionar, entre 800 obras presentadas, la decana de decena de poemarios finalistas y distinguir, como decía Machado, «la voz de los ecos».

Asimismo, recordó que González Iglesias ya fue finalista de este premio en su séptima edición y, ahora, en la vigésimo novena, se convierte en el ganador con «El jardín de Gulbenkian», escrito en Lisboa.

El coordinador del jurado recordó que el ganador de esta edición posee el Premio Loewe de Poesía, el de la Generación del 98 y el Premio Antonio Machado de los Ferrocarriles Españoles, aunque puso en valor que «con toda humildad» se presenta de forma anónima al Gil de Biedma.

González Iglesias conquistó al jurado con su poesía «muy castellana», a través de este libro donde hay «belleza clásica y cultura intemporal» pero buscando al lector contemporáneo y del futuro.

Además el poeta y profesor leonés Ángel Fernández Fernández obtuvo el accésit de la institución provincial segoviana por la obra «La huerta de los manzanos».

Para Gonzalo Santonja este poemario es «de belleza honda y de una expresión muy limpia», compuesto desde «un imaginario personal» y con una gran fuerza expresiva.

La miembro del jurado Raquel Lamsero explicó que Ángel Fernández escribe sobre «un mundo que ya no existe», la cuenca minera leonesa de Sabero, con el que adquiere «un tono cáustico y sarcástico de una manera muy personal», dando lugar a «un libro muy notable y con una voz inolvidable», a través de la nostalgia y la melancolía.

Despedida de Vázquez

Por otra parte, el presidente del jurado y de la Diputación de Segovia, Francisco Vázquez, aseguró que es la hora de las despedidas y los agradecimientos, y que este premio es una actividad «muy querida para mí» porque galardona a quienes con la palabra «plasman emociones» que «logran hacer llegar al lector».

También indicó que entregan «el testigo en mejores condiciones que aquéllas en las que lo recibimos», porque en estos ocho años, «ha crecido cuantitativa y me atrevo a decir cualitativamente».

Francisco Vázquez afirmó que «todo fluye de manera natural cuando tu trabajo es tu pasión», y resaltó su amor por Segovia y su provincia, por esta institución y el premio que glosa a Gil de Biedma. «Segovia -subrayó, es la más bella, belleza que se extiende a la institución que dirige la provincia».