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El Govern culmina la reapertura de todas las «embajadas» clausuradas por el 155

Nombra a delegados en Portugal, Países Bálticos y Europa Central y avisa de que ampliará su red exterior

Nombra a delegados en Portugal, Países Bálticos y Europa Central y avisa de que ampliará su red exterior

El Govern de Quim Torra ha culminado la «restitución» de las «embajadas» catalanas cerradas tras la aplicación del artículo 155 con el nombramiento de tres delegados en Portugal, Países Bálticos y Europa Central. Sus sedes estarán listas en verano o principios de otoño, como muy tarde. Con ellos, el Ejecutivo catalán no sólo restablece la red exterior que tenía sino que anuncia más delegaciones para esta legislatura: «A partir de ahora, el resto será para expandirse», subrayó ayer la portavoz del Govern, Meritxell Budó.

En concreto, la Generalitat dispone de «embajadas» políticas en París, Roma, Berlín, Londres, Ginebra, Nueva York,Viena, Tallin, Zagreb, Lisboa, Estocolmo y Beirut, más la de Bruselas, que nunca llegó a clausurarse. También tiene varios centros económicos de Acció y delegaciones culturales dependientes del Institut Ramon Llull, entre otros organismos.

El Ejecutivo catalán justifica su reapertura para «recuperar la presencia en el exterior de la Generalitat en diversos territorios considerados estratégicos». De hecho, ésta fue una de las primeras decisiones que tomó el Gobierno de Torra al instalarse en la plaza de Sant Jaume para mantener el pulso contra el Gobierno, contrario a su restitución pese no poder frenarla legalmente. «Tras un año de oscuridad, hoy empieza un periodo larguísimo de luz intensa y horizonte ancho, que quiere decir mucha presencia, mucho trabajo, con una ambición legítima», dijo el entonces el consejero de Exteriores, Ernest Maragall a periodistas tras dar por reabierta la delegación catalana en Washington, la primera fuera de Europa.

Las «embajadas» siempre han estado bajo lupa por la presunta promoción del «procés» en el exterior, una de las obsesiones de los sucesivos Gobiernos de Mas, Puigdemont y Torra. El propio Tribunal de Cuentas publicó hace apenas un mes un informe sobre las delegaciones internacionales de la Generalitat y el Diplocat (la red diplomática del Ejecutivo) y concluyó que buena parte de esos fondos públicos se usó para promocionar en el extranjero el desafío independentista.

El gasto total de las «embajadas catalanas» en el extranjero durante el periodo fiscalizado (2011-2017) ascendió al menos a 27,2 millones a actividades de las delegaciones catalanas en el extranjero –sin incluir gastos por seguros sociales–.

Dentro del mismo capítulo relativo a la Consejería de Exteriores, el Ejecutivo de Torra también anunció ayer el nombramiento de la nueva secretaria de Acción Exterior y de la UE, Mireia Borrell, doctora en economía política europea por el European Institute de la London School of Economics y desde julio del año pasado directora general de Relaciones Exteriores.