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La familia y otras canciones agridulces

El Condal, ahora Onyric, estrena «Fun Home», musical basado en la célebre novela gráfica de la peculiar Alison Bechdel

Daniel Anglès dirige a un vibrante elenco cuya dificultad radica en que tres intérpretes se ponen en la piel del mismo personaje, una adulta, otra joven y la última una niña, todas como Alison Bechdel
Daniel Anglès dirige a un vibrante elenco cuya dificultad radica en que tres intérpretes se ponen en la piel del mismo personaje, una adulta, otra joven y la última una niña, todas como Alison Bechdellarazon

El Condal, ahora Onyric, estrena «Fun Home», musical basado en la célebre novela gráfica de la peculiar Alison Bechdel.

Cuando José Ellis tuvo su primer hijo no sintió gran cosa, salvo cansancio y una especie de extrañeza. No entendía aquello que había visto en las series de televisión de que «el día más feliz de mi vida fue el nacimiento de mi hija». Aquel día había sido agotador, angustiante, al final liberador, sí, pero podía decir de carrerilla muchos, muchos días más felices. Al principio, esta frialdad le hizo pensar que quizá era una especie de psicópata y se asustó. Sin embargo, el segundo día, después de haber vivido unas horas con aquella pequeña criatura, de interactuar con ella, vio que nacía en su interior un apego, una sensación vivificante, y descubrió para su alivio que sí quería a aquel bebé y que la sensación iría en aumento.

Cuando esa niña cumplió tres años, y la sensación de amor que sentía por ella ya le había confundido todos sus sentidos, nació su segundo hijo y otra vez volvió a sentir cierta indiferencia. ¡Es imposible que quiera a esta otra criatura!, exclamó, pero de nuevo volvió a repetirse el mismo esquema y poco a poco fue enamorándose de aquel otro personaje también. Lo mismo ocurrió con su tercer niño. «¿Cuál es tu hijo favorito?», le preguntó entonces su madre, y José la miró confundido. «¡Tú tenías un hijo favorito!», contestó pensando en sus tres hermanas. «Claro, y tú también lo tendrás, pero no podrás decírselo nunca», añadió su madre. Él no sabía qué contestar a la pregunta porque todavía no conocía del todo a sus hijos, sólo sabía que los quería en pack, formaban un todo. No hay nada que se pueda querer más que un hijo único, pensó, porque sólo se tienen una cantidad específica de amor, que luego se reparte entre los diferentes hermanos. Por eso comparten por completo una misma vida, comparten el mismo amor único que sus padres, hasta que se independizan.

José sabía de sobra que no era el favorito de su madre, pero esto no quería decir que no le quisiese, pensó. Existía la creencia que sólo el primero importa, pero lo cierto es que en el amor quedar segundo también parece una gran cosa, pues el amor a los niños no es una carrera. Miró a sus hijos y volvió a pensar si tenía uno favorito. «Qué, ahora entiendes más a tu madre, eh, tontito», le dijo su madre.

Y entonces pensó en aquella pregunta y se dio cuenta que no, que ahora entendía menos que nunca a su madre. Hasta ahora, había aceptado a su madre tal cual era y se negaba a pensar que todo lo malo en su vida era por culpa de una madre narcisista que miraba a sus hijos con un cierto desprecio y decepción que les había borrado la capacidad de tener cualquier confianza en sí mismos. Y por primera vez odió a su madre. Porque ahora veía claro que todo era culpa suya. Y miró a sus hijos, y los vio un desastre, pero maravillosos, y pensó que los alentaría siempre y entonces se dio cuenta que, si todo era culpa de su madre, el amor que sentía por ellos también tenía que ser su culpa, y decidió que no la odiaría, que no tenía sentido, pero que haría lo que fuese para que no tuviese un nieto favorto.

La familia, con todas sus miserias y grandezas, es la gran protagonista del musical «Fun Home», que el Teatre Condal, en su nueva etapa como Onyric, estrena este 20 de septiembre. Uno de los últimos grandes éxitos de Broadway, llega a la Ciudad Condal dirigida Daniel Anglès, también director artístico del teatro. Hasta el 4 de noviembre, grandes, pequeños, incluso medianos podrán disfrutar de una gran fiesta emocional diseñada para que la gente ría, llore y se reconcilie con sus seres queridos.

La obra, basada en la novela gráfica de Alison Bechdel en donde narraba su propia historia familiar, nos presenta a una familia marcada por el carácter del padre, «un hombre volátil, brillante y único», comenta Anglès, que define el montaje como «un musical honesto que hace sentir frágil al espectador». «Cuando lo vi en Broadway hace tres años salí conmovido, con algo que me quemaba en el interior, y lo primero que hice, como un impulso, fue llamar a mi madre. Este es el poder que tiene, invita a reconciliarnos con nuestro pasado», señala el director.

Fiel al original

La pieza, que en su versión de Broadway ganó 5 premios Tony, pone en escena los momentos más divertidos o emocionales de la novela gráfica de Bechdel. Así, la obra recoge tres momentos vitales de Alison: infancia (interpretada por Lara Kate Albertos, Noa Flores y Mariona Lleonart), la juventud (Clara Solé) y la madurez (Mariona Castillo). Vemos así cómo cambia su visión y su relación con su padre. «He querido ser fiel a la impresión con la que me quedé cuando vi la obra en Broadway», dice Anglès. Para Castillo, la Alison adulta, «la protagonista es una rescatadora de momentos de su pasado que está impactada por sus propios recuerdos. No es un perfil habitual de personaje de musical, hecho que lo hace muy atractivo». Las coreografías de Óscar Reyes y la dirección musical de Miquel Tejada cierran el círculo.