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Construido durante la época de la Belle Époque en 1902, el Matild Palace abre sus puertas como hotel de lujo
The Luxurry Collection Hotels & Resorts se expande para llevar el lujo a todos los viajeros del mundo allá donde vayan. Nuevo destino: Budapest.
La marca que forma parte de la cadena Marriot International Inc., es uno de los máximos referentes en lo que a hoteles de lujo se refiere, ofreciendo, además, una puerta de entrada a los destinos más deseables del planeta. Actualmente 120 de los mejores hoteles y resorts de reconocimiento mundial, tienen presencia en más de 35 países y localizaciones.
En pleno verano, concretamente el pasado 28 de junio, ha debutado con la apertura de Matild Palace, a Luxury Collection Hotel, Budapest, que ha sido fruto de una meticulosa transformación de cinco años del Palacio Imperial, incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Un emblemático edificio barroco que fue construido durante la Belle Époque, hace unos 120 años.
Esta remodelación ha sido dirigida por la reputada diseñadora de interiores Maria Vafiadis, fundadora de MKV Design, en colaboración con los arquitectos Péter Dajka y Puhl Antal, y ofrece a los clientes un total de 130 habitaciones en las que está más que asegurada una estancia de gran lujo, historia y buena gastronomía.
El diseño interior hace honor a la herencia húngara tradicional, con una imponente decoración acorde, que combina con toques modernos y elegantes sin dejar que se pierda la esencia y el estilo impregnado de historia del corazón de la ciudad.
“La propiedad permite a nuestros huéspedes hacer realidad la fantasía de vivir dentro de un palacio real, con toques modernos y un servicio impecable, y estamos deseando darles la bienvenida mientras descubren esta ciudad intemporal e inspiradora.”, explica Candice D’Cruz, Vicepresidenta de Marcas de Lujo para Europa, OrienteMedio y África de Marriot International.
Matild Palace pone a disposición de selectos habitantes y turistas una excepcional selección de 111 habitaciones y 19 suites exquisitamente decoradas, muchas de ellas con impresionantes vistas a la ciudad o al río Danubio.
Existen cuatro categorías de habitaciones, todas ellas palaciegas con altos techos, que están inspiradas en el estilo de vida de la Duquesa y en el Budapest de principios del siglo XX. Todas, como mencionábamos anteriormente, haciendo honor a la cultura húngara con elementos como las cabeceras, los suelos de parqué con diseño de esquina de pez y ostentosos baños de estilo spa que recrean los baños famosos termales de Hungría. La paleta de colores se centra en los verdes, dorados y cobres, que reflejan el paisaje de los tejados del lugar.
El alojamiento también cuenta con el Swam Spa, la zona perfecta para relajarse y vivir una completa experiencia de bienestar de influencia húngara con terapia termal tradicional y rituales de hamman. También existen espacios destinados para reuniones y eventos dotadas de la última tecnología para acoger todas las ocasiones. Allí los expertos en organización orientarán a los huéspedes en lo que necesiten para que no les falte de nada.
Por su parte, la gastronomía del Matild Palace está a los mandos del chef Wolfgang Puck, que ha llevado una nueva era culinaria y entretenimiento a la ciudad. La carta ofrece cocina tradicional húngara con un toque moderno mediante recetas inspiradas, como no podía ser de otra manera, en productos de la región. De esta manera, el hotel contará con un bar en la azotea llamado The Duchess, una licorería clandestina, con el Matild Café & Cabaret y con el restaurante Spago.
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