Madrid
“Lo mejor que me puede haber pasado es ingresar en Ifema”
Así viven los pacientes del pabellón 9: tres comidas y diez pastillas diarias, tratamientos experimentales, atención permanente por parte del personal sanitario... La OMS ha visitado las instalaciones: «Están haciendo un trabajo fantástico»
Jonan Basterra, 50 años, navarro afincado en Madrid, llegó al pabellón 9 el pasado sábado, junto a otros cinco pacientes. Prácticamente lo inauguró. «Estaba todo preparado, pero sin gente. Como unos grandes almacenes justo antes de las rebajas», relata a LA RAZÓN en conversación telefónica. En las primeras horas sí que notó algunas carencias. «No había percheros para los goteros», recuerda. Sin embargo, cuatro días después, no lo duda: «Lo mejor que te puede pasar es ingresar aquí. Si estás en Ifema significas que no estás grave, que te vas a curar y que vas a estar muy bien atendido», dice Jonan, que ha visto recientemente cómo dos compañeros-pacientes han sido dados de alta.
Este periodista y experto en marketing comenzó a sentirse mal el pasado día 20, justo después de hacer la compra: escalofríos, dolores articulares, pérdida de olfato y gusto... La situación fue empeorando, con tos y una fiebre que superaba los 39º. Al final pudo acudir a su centro de salud, donde le confirmaron que sufría neumonía. Tras una breve estancia en un Hospital Ramón y Cajal muy saturado (pasó 12 horas sentado en una silla), fue trasladado el pasado fin de semana al complejo de Ifema.
Jonan explica que el pabellón está dividido en «cuadrantes», separados en módulos. En el suyo tiene «contacto visual con otras 11 personas», mientras que las más cercanas, alrededor de cinco, están a unos tres metros de distancia, con un «muro que llega hasta la mitad de la cama».
«No nos falta de nada. Están siempre pendientes de nosotros. Nos vigilan constantemente los niveles de respiración, nos controlan el oxígeno...», relata el paciente. La pasada noche, una enfermera le recomendó que durmiera boca abajo para favorecer su respiración. «Estaba con un nivel de saturación de 90, que es una cifra mala», dice Jonan. Esa misma enfermera se las apañó para conseguir varios libros y revistas para los pacientes, que ya gozan en Ifema de una pequeña biblioteca.
En cuanto a su tratamiento, Jonan toma «unas diez pastillas al día», mientras que el antibiótico lo recibe a través de un suero. Además, le están administrando retrovirales contra la malaria y el VIH, que se están revelando como efectivos en la lucha contra el Covid-19. Y, por supuesto, no le falta el oxígeno, que recibe a través de una mascarilla. Los aerosoles también son ahora mismo una herramienta indispensable para mejorar de la neumonía.
En cuanto a las tres comidas diarias que reciben, abundan el pollo y el arroz. Antes de hablar con LA RAZÓN, Jonan ha comido una crema de calabacín, un arroz con verduras y yogurt de postre. Ha recuperado el gusto, aunque éste último lo ha notado «cambiado: las cosas te saben muy agrias, muy dulces, muy sosas...». En todo caso, «cada día voy dando pasitos. Estoy bastante mejor de lo que estaba. Ya no tengo fiebre desde hace días».
870 ingresados y 535 altas
Hasta ayer, en el hospital de Ifema habían sido ingresados 1.400 pacientes, de los que 535 ya habían sido dados de alta y 870 permanecían en los pabellones. «Seguimos creciendo al ritmo que estaba más o menos previsto. Parece que la gente agradece el trato que está recibiendo, lo cual nos produce una gran satisfacción», afirmó el doctor Antonio Zapatero, director médico del Hospital de Ifema.
Las instalaciones fueron visitadas por el director ejecutivo del Grupo Orgánico de Brotes Epidémicos y Emergencias Sanitarias de la OMS, Bruce Aylward. «Están haciendo un trabajo fantástico: en este momento de la crisis, lo principal es intentar salvar vidas y curar enfermos y cuando ves a un país haciendo esto ves que se preocupa por su gente. Deben sentirse orgullosos», aseguró Aylward.
Este epidemiólogo canadiense lideró la comitiva de la OMS en la región china de Wuhan, donde se inició el brote. Y lo primero que ha percibido son los paralelismos entre las instalaciones asiáticas y las de Ifema. «Cuando entré y vi este hospital me recordó inmediatamente a aquella gigantesca instalación que pusieron en pie muy rápidamente. Pero esto es diferente: allí los pacientes eran leves y aquí están tratando con pacientes complicados y eso es muy difícil», afirmó Aylward.
Desde la Comunidad de Madrid señalan los apoyos que está recibiendo esta labor por parte de colectivos como la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
En cuanto a las condiciones de trabajo del personal sanitario, la Comunidad ha instalado en Ifema un vestuario que va a tener capacidad para 600 taquillas. «Hemos ido creciendo a medida que ha ido llegando más personal», afirmaba Zapatero.
El hospital más grande de España
«Ninguno está habituado a trabajar en este espacio. Es verdad que puede haber habido una desorganización hasta que hemos sido capaces de que las 400 personas que entran por turno sepan lo que tienen que hacer: dónde ir a trabajar, qué EPIs se tienen que poner o saber cuáles son sus pacientes», aseguraba Fernando Prados, coordinador general del complejo de Ifema. «Pero la mayoría del personal no ha generado ningún problema. Todos han puesto su voluntad para solucionar estos problemas, que son absolutamente lógicos», añadió.
«Se está haciendo todo lo posible por solventarlos», afirmó ayer el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en una entrevista en Antena 3, tras ser preguntado por los problemas en el Hospital de Ifema. «Se van a resolver todas las cuestiones puntuales de logística. Cuando se pone en marcha el hospital más grande de España en una semana hay que ir solucionando cosas», afirmó el regidor según informa Ep.
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