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Angelus Apatrida: “Cuesta que te tomen en serio en tu propio país”

La banda de heavy metal nacional más importante representa una escena fiel, ferviente pero ignorada de la capital, que ha llegado a ser número uno en ventas

La banda Angelus Apatrida es una referencia del "thrash metal"
La banda Angelus Apatrida es una referencia del "thrash metal"Fernando Morales

Ni un solo grupo nacional puede presumir de ser referencia en Europa en ningún género. Salvo e flamenco, claro, donde la competición está adulterada. ¿Ninguno? Bueno, no exactamente. Angelus Apátrida son los reyes de un tipo de heavy metal, la versión de este estilo más rápida y agresiva, el “thrash metal”, que domina festivales multitudinarios en todo el continente y que es cultura y religión en toda Escandinavia y en Estados Unidos. Para hacer más extraordinaria esta historia de un grupo surgido en Albacete, Angelus lograron ser efímera pero elocuentemente número uno en ventas de discos en España por delante de Dua Lipa, Ozuna y el resto de reyes de la actualidad musical posmoderna. Ese hecho fue un crudo recordatorio a los medios, que ignoramos esta escena numerosa, fiel y ferviente que en la capital y en España forman mucho más que un gueto, una cultura. Échennos la culpa una vez más, estamos preparados. Para redimir nuestros pecados, hablamos con Guillermo Izquierdo, que se vuelve a subir al escenario en La Riviera el 20 de marzo, donde el cuarteto presenta el trabajo, homónimo, que lanzado en febrero.

-Angelus Apatrida son una historia extraordinaria.

-Bueno, llevamos en ello mogollón de años, y estuvimos en el lugar indicado en el momento adecuado. Porque en el mundo del rock es complicadísimo hacerte notar.

-La escena española es pequeña y periférica, pero se han abierto camino internacional.

-Somos un país bastante novato y sin experiencia en exportar bandas. Casi toda la escena del rock es en castellano y el 95 por ciento de los periodistas con los que hablo me dicen que somos la primera banda que conocen. Hay síntomas de una escena enorme pero que sale poco. Nosotros empezamos en el circuito internacional en 2008 y seguimos intentando hacer nuestro camino y romper moldes.

-Pero no es sencillo.

-En Escandinavia o en Norteamérica hay una cultura muy arraigada de heavy metal que casi lo consideran bien cultural. Yo estoy encantadísimo de ser de España, me encanta mi país, pero cuesta tantísimo que te tomen en serio... que es duro. Pero bueno, el reconocimiento nuestro está ahí. Somos una banda referente del “trash metal” europeo y seguiremos haciendo la música que nos gusta.

-¿Qué les ha hecho diferenciales?

-Nos vaticinaban mucho futuro, la verdad. Ni en la escena ni las bandas. Nos decían que no íbamos a llegar a nada. Y en realidad nuestra pretensión no era llegar a nada, solo queríamos tocar las canciones de nuestras bandas favoritas y si hacíamos las nuestras propias, que se pareciesen a esas. Y así fue como hicimos. Fue súper duro, porque nadie había hecho lo que nosotros, gracias a un manager que nos enseñó a pensar de otra manera, a tener otras estrategias. Y fichamos por Century Media, fuimos los primeros. Nadie había cavado ese túnel y detrás de nosotros han aparecido otras que han entrado al circuito internacional.

-Uno no se mete a hacer heavy metal si lo que busca es ser millonario, ¿verdad?.

-(Ríe) Desde luego, y en este país, menos. Pero nosotros hemos sido así desde siempre, incluso antes de dejarlo todo por la música. No estudiamos una carrera tampoco por las salidas.

-¿Su estética musical es un freno?

-No creo que exista ese estigma ya. Hemos dejado atrás esas cosas como país, aunque todavía hay gente que se te queda mirando por llevar tatuajes, vestir de negro o llevar el pelo largo. Cuesta creerlo, pero todavía pasa que la gente se te queda mirando. Lo que pasa es que la música rock es algo más que música, es una filosofía independientemente de si es más extremo o más clásico. Y el “thrash”... pues el más extremo de todos. Pero sí que existe una completa indiferencia hacia lo que es diferente. Y a la gente le cuesta entender que la nuestra es una labor profesional y que te ganas la vida con ello. Suelo ir a comprar al Mercado Central de Albacete y un día le estaba explicando a la frutera lo mal que lo estábamos pasando por la pandemia en el sector cultural, y me dijo: “bueno, ahora tendrás que buscarte un trabajo”. Y me lo tomé a risa pero si lo piensas es duro, porque te quitan el respeto. ¿Cómo vamos a pretender que nos tomen en serio si la gente no cree que sea un trabajo? Yo no soy fontanero pero hago algo que repercute en otros y que está en el sistema económico. Es una profesión muy válida. Y claro, las altas esferas tampoco te valoran. Y eso lo hemos comprendido con el abandono que hemos sufrido en la cultura.

-Aun así, el destino te guarda regalos como ser “número uno” en ventas.

-Totalmente. No deja de ser una anécdota, pero se demuestra que el trabajo tiene consecuencias. Supuso un puñetazo encima de la mesa. Y mira, lo hicimos: desbancamos a Dua Lipa, Ozuna o Bad Bunny que están siempre ahí, y salimos a la vez que Foo Fighters, que son de mis grupos favoritos y, jugando a la vez, quedamos por encima. También te permite que te presten atención a lo que haces medios que de otra manera no se habrían interesado en la circunstancia de una gira o un concierto. Y bueno, si conseguimos atraer un poco de atención, pues estamos encantados porque al fin y al cabo somos un bien cultural para España porque giramos por todo el mundo. Ojalá que cambie algún chip.