Un comerciante ante las elecciones del 4 de mayo

Estamos ante una cita electoral que supone una encrucijada para Madrid. El escenario está definido. Por un lado, tres partidos de claro matiz conservador o liberal: PP, Vox y Cs. La única candidata capaz de aglutinar en torno a un proyecto común y formar gobierno es Isabel Díaz Ayuso. Enfrente, el candidato «escondido» en el hipotético caso de que la izquierda sumase una improbable mayoría podría ser Pablo Iglesias, en lugar de Gabilondo. Así, veríamos a un Iglesias apoyado por Sánchez como presidente de Madrid y a Gabilondo como Defensor del Pueblo. Las expectativas electorales de Ayuso no han dejado de crecer; sus adversarios, sobre todo Gabilondo, han hecho una campaña con sonoros errores como los anuncios lanzados desde el gobierno central de subida de impuestos, y las posturas discordantes de Calviño o Montero.

Vox tendrá muy difícil repetir resultados. Puede bajar con respecto a 2019 y, de hecho, así lo sienten en el «partido verde», con Santiago Abascal como jefe de campaña. Vox tiene un problema: muchos de sus votantes prefieren a Ayuso antes que a su propia candidata. Monasterio defiende un discurso polarizado y frentista, dejando aparcadas las soluciones para los pequeños negocio.

Edmundo Bal, por su parte, se enfrenta al reto de remontar las previsiones de Ciudadanos. Han cambiado de candidato por las expectativas muy negativas debido a las decisiones erróneas y los fallos estratégicos. Los últimos resultados en las elecciones vascas, gallegas y catalanas han venido a refrendar el varapalo que supuso pasar de 52 diputados a 10. Css tiene un grave problema de comunicación. Estas elecciones penalizarán sus últimos movimientos en forma de mociones de censura. Bal es un candidato serio, fiable, tiene prestigio, pero para Cs será un éxito superar un umbral, el del 5%, que le permitiría apoyar a Ayuso para sumar más que la izquierda. Desechen que sus escaños se sumen a un hipotético pacto con Iglesias, Gabilondo o Mónica García. Sus propuestas para autónomos y pymes son muy próximas a las del Partido Popular.

El partido que tiene mejores expectativas electorales, según las encuestas, es el Partido Popular. Díaz Ayuso apuesta por una política económica continuista avalada por los resultados obtenidos. Una de cada cinco empresas que se crean en España tienen su sede en Madrid. El que Ayuso haya hecho frente a las políticas de Sánchez le ha granjeado la confianza del electorado, duplicando así la popular sus expectativas de voto. Ayuso se sitúa como la opción preferida de los madrileños y, previsiblemente, salvo sorpresa o cambalaches, será la encargada de formar gobierno. La propuesta del PSOE es un verdadero despropósito: no aclaran si suben o recuperan impuestos.

La campaña de Más Madrid, menos incendiaria que sus homólogos de izquierda, se centra en Mónica García y sus propuestas «sociales». Pero no pocas de ellas son inviables y los electores lo saben. Por ejemplo, la jornada de 32 horas. En Más Madrid están alejados de la realidad económica de los autónomos, las pymes, las empresas y los pequeños comercios.

Las propuestas de Podemos y de su líder, Pablo Iglesias, van justo en el sentido contrario de lo que necesitan esos comercios, pymes o autónomos. Su propuesta de subir impuestos y castigar a estos emprendedores, al tiempo que muestra su empatía a los manteros que no pagan impuestos y son actores de la economía sumergida o la propuesta de acabar con lo que él llama paraíso o «dumping fiscal», suponen un hándicap para que ningún comercio o autónomo confíe en Podemos. Iglesias es el candidato en quien menos confía el sector del emprendimiento. La campaña electoral madrileña puede suponer la debacle de los morados, ya que el actual escenario de crisis exige soluciones, no polarización, insultos, crispación, Madrid podría darle la espalda.

* Luis Pacheco es ex diputado de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid