El Madrid de..
Chamberilera. La candidata del PP ha enarbolado durante la campaña el orgullo de ser de Madrid. Y presume de barrio cuando le preguntamos por el suyo: «Chamberí es donde he nacido, he crecido, he pasado mi infancia, donde vive mi madre y donde siempre me he movido». Sólo hay dos peros. El primero, el precio de la vivienda: «Lo único que lamento de mi barrio es que cada vez está más caro, carísimo, no puedes comprarte aquí una casa y se ha convertido en un barrio así de costoso porque conjuga la tranquilidad, las familias, hay gente mayor y niños, muchísimos bares y restaurantes». Lo segundo, algo que, desde su responsabilidad como presidenta, está tratando de remediar: «Hay poquito verde, de hecho estamos haciendo obras en la parte del Canal de Isabel II y vamos a abrir zonas verdes, en la zona del Parque Santander. Yo, como niña que he vivido aquí siempre, he echado en falta metros cuadrados para hacer deporte».
Aún así, pone en valor que sea un barrio en el que, como Antonio Machín, podría estar toda una vida: «Es un distrito del que, si no sales, no te enteras. Te podrías quedar una vida en Chamberí y no echar prácticamente nada en falta». Confiesa que le gusta pasear por estas calles con su perro Bolbo y educarle ahora que es pequeño.
Al preguntarle por la tradición castiza que más le gusta, reconoce que se «quedaría con muchas». La festividad del 2 de Mayo de mañana, por ejemplo, o la San Silvestre Vallecana en Nochevieja. Pero también momentos que no tienen por qué coincidir con una fiesta, como «los domingos soleados en los que el Centro está de bote en bote, no como ahora con la Covid». Y otras «características de Madrid que son sorprendentes» y que definen eso que, en palabras de la propia presidenta, es «vivir a la madrileña». Y pone un ejemplo de algo que vivió hace poco, también en Chamberí: «El primer día de Filomena, salíamos del 112 en Pozuelo y era tal la nevada que hubo un momento que nos perdimos y no sabíamos dónde estaba Madrid y dónde estaba la carretera de La Coruña. Cuando ya conseguimos recobrar el rumbo y pasamos por la calle Santa Engracia había gente entre montañas de nieve con los plumas, las mesas, las sillas y la cerveza. A las diez de la noche. Eso es vivir a la madrileña. Esas cosas a mí me encantan. Esa forma de salir adelante me representa».
Asegura admirar a madrileños como Plácido Domingo, Nacho Cano, Carlos Sainz o Rafael Yuste, el neurobiólogo chamberilero al que mañana impondrá una de las máximas condecoraciones del 2 de Mayo y que «está peleando por traer estudios importantes a Madrid».
La última pregunta que le hacemos es sobre el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y su resistencia a ponerse la camiseta del Real Madrid, aunque los blancos ganen la Champions. Ayuso lo ve posible: «Se van acercando sus elecciones y ya verás como si se la pone, y la del Getafe, si hace falta. Es la diferencia entre los madridistas y los atléticos. Yo con la bufanda de los dos estoy feliz. Los atléticos, no. No sé qué les pasa».