4-M

20:15, el minuto en el que Ayuso supo que arrasaría

«El modelo», el sistema predictivo del PP, «clavó» el resultado a los pocos minutos de cerrarse los colegios electorales

Celebración en la sede del PP de los resultados de las elecciones del 4 de Mayo de 2021
Celebración en la sede del PP de los resultados de las elecciones del 4 de Mayo de 2021Luis DíazLa Razón

El triunfo estaba asegurado y lo populares sabían que iban a obtener un gran resultado. Y no sólo por las encuestas de los días anteriores, que daban una mayoría holgada y un resultado prometedor a la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso, sino porque varios indicios lo vaticinaban. Ya a primera hora del martes, en los colegios electorales los apoderados daban fe de la necesidad de reponer con más asiduidad que otros partidos los montones de papeletas con la candidatura popular. «Volaban» a pesar de que muchos ciudadanos llevaron su voto preparado desde casa, tal y como se recomendó. Este fue otro de los indicios que vaticinaban la victoria popular en la Comunidad de Madrid. Y no solo eso, «los votantes transmitían apoyo a los apoderados nuestros cuando acudían a los colegios, mientras que se veía desanimados a los del PSOE y Podemos, porque Ciudadanos no consiguió movilizar a voluntarios», cuentan fuentes populares, que aseguran que, además, ya en la campaña tuvieron oportunidad de pulsar el grado de adhesión de los madrileños a su candidatura. «Mucha gente nos decía que antes no nos había votado y que ahora sí que iban a hacerlo», añaden las mismas fuentes.

El Centro de Proceso de Datos para las elecciones del 4 de mayo, instalado en Ifema, concentró a numerosos dirigentes populares (consejeros, diputados...) que, a media tarde, decidieron abandonar las instalaciones para marcharse a Génova, 13. «No se “cocía” ya nada allí y se daba por segura la victoria». En la sede del PP se habilitaron salas para poder cumplir las normas covid, pero lo cierto es que hasta la sede acudieron alcaldes, diputados de otras comunidades autónomas y hasta el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, que llevó cava para brindar con Ayuso «por la fraternidad entre Madrid y Cataluña».

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, apareció en la sede sobre las 20:30 horas segura de su triunfo gracias a «el modelo», un sistema predictivo que funciona con inteligencia artificial y que con unos pocos datos es capaz de avanzar el resultado. «Lo clava. Ya por la mañana situaba al PP con 60 diputados, pero nada más cerrarse los colegios electorales, a las 20:15, marcaba los 65 que finalmente obtuvimos. Con el 10% escrutado ya da un resultado prácticamente definitivo», aseguran desde el PP. Por eso todo aquel que llegaba a Génova lo hacía convencido de que asistía a una celebración. «Se vivió como un triunfo desde el principio, no había duda de que el resultado iba a ser bueno y que todo iba a acabar en fiesta. El clima era de mucho optimismo y alegría porque todo el mundo sabía que íbamos a gobernar».

Ayuso entró en la sede «muy tranquila y amable con todo el mundo. Dio las gracias y se hizo fotos con todo aquel que se lo pedía. Se la vio emocionada al abrazarse con la gente del partido con la que más confianza tiene. En realidad, estaba flotando, en cierto modo como viviendo una sensación de irrealidad. Ella ha estado trabajando como un soldado más y ahora verse como protagonista de esta victoria histórica es algo increíble», señalan algunos de los que asistieron al acto de celebración.

Pablo Casado y otros miembros de la dirección nacional del partido también bajaron a la primera planta de la sede para felicitar a todo el equipo y para prepararse para salir al histórico balcón de Génova donde los líderes populares han venido celebrando sus victorias.

El entusiasmo de afiliados, simpatizantes y cargos del partido llevó a muchos a concentrarse a las puertas de la calle Génova para celebrar los resultados. «Había un ambientazo y Ayuso y Casado bajaron a la calle a saludar a la gente. Todo el mundo quería hacerse fotos con ellos, pero apenas pudieron avanzar ni tres metros porque hasta los propios guardaespaldas temían por su seguridad», añaden algunos testigos. Después de lo vivido, de lo que muchos se lamentaban es de que un cambio de sede ya impediría tener un balcón como el de Génova para celebrar victorias. «Es un sitio cojonudo», decían con cierta nostalgia.