Gloria Fuertes podría ser la primera escritora en tener una estatua en el Retiro de Madrid

Durante un tiempo, esperó impaciente en la oscuridad de unos almacenes para retomar la lectura donde la había dejado. Aquel ambiente era mucho más lúgubre que al que estaba acostumbrada a avistar desde la fuente de Juan de Villanueva en la glorieta de San Vicente. Deseaba haber terminado sus días en aquel conjunto arquitectónico trasladado al parque del Oeste, bañada cada día por uno de los atardeceres más bonitos de la capital, pero, sin saber muy bien cómo, acabó allí, encerrada y sin pedestal. Suerte que a alguien se le ocurrió liberarla de su cautividad y dejarla reposar tranquila en el corazón verde de Madrid: el Retiro.

Allí, en las proximidades del paseo de la Argentina, descansa desnuda entre telas regidas la «Mujer sedente», una de laspocas estatuas femeninas dentro de este bosque de esculturas en el que las mujeres son deidades o, simplemente, anónimas, como esta que lee recostada sobre el césped. Pero, ¿quién firmará el libro que sostiene en su mano derecha marcando con un dedo la página en la que se encontraba cuando necesitó un alto para reflexionar? Sea una novela o un poemario, esté escrito en castellano o en inglés, lo que es seguro es que, si se trata de una obra pensada y creada por una mujer, su autora no está cerca para observar a la «Mujer sedente» leer. Y es que, en el parque del Buen Retiro, no hay ni una sola estatua dedicada a una escritora.

Dándose cuenta de esto, el 18 de febrero de 2020, la junta municipal del distrito aprobó por mayoría la iniciativa del grupo socialista de romper con esta brecha y homenajear a una autora en los jardines. El monumento debía haberse inaugurado durante la pasada Feria del Libro, pero no fue así. En su lugar, Más Madrid realizó durante el evento una consulta popular para poner nombre a esta que será la pionera en un parque en el que, hasta ahora, la literatura les pertenece a ellos. Los resultados le dieron una amplia victoria a Gloria Fuertes (1917-1998), referente de la poesía de la generación del 50 y del incipiente movimiento feminista en España. Así, este 14 de octubre, las de Rita Maestre en Retiro llevan a pleno su propuesta, que no es otra cosa que la petición popular de reconocerles el mérito también a ellas, empezando por Gloria Fuertes, la que podría estar ocupando este vacío en menos de un año. Quizás, quién sabe, la noticia le devuelva la sonrisa a la «Mujer sedente».

Ellos históricos, ellas anónimas

Mochila a la espalda y carpeta bajo el brazo, una sin nombre parece haberse congelado en la plaza de San Ildefonso de camino a clase o, tal vez, de vuelta a casa. A tan solo siete minutos a pie de allí, otra joven baila a la altura del número 49 de la calle de la Palma, petrificada en bronce frente a una escuela de arte. Saliendo del centro, otra colegiala paralizada para siempre se funde con la gente que entra y sale del intercambiador de Aluche, al tiempo que en Aravaca una niña empuja al vuelo con sus manos una paloma mensajera que no está, pero que recuerda que en el número 27 de la calle del Olivo hubo un día una oficina de Correos. Todas tienen algo en común: son mujeres y son anónimas, como la mayoría de las esculturas femeninas de la ciudad. Y es que, frente a las más de 200 estatuas dedicadas a personajes históricos masculinos de Madrid, apenas sobrepasan las 20 las que lucen en recuerdo y homenaje a mujeres ilustres, tal y como denunció el colectivo Carantonia con motivo de las reivindicaciones del 8M de 2020, jornada en la que la capital amaneció con muchas de sus esculturas con las cabezas cubiertas por bolsas de papel con dibujos de rostros que iban desde la filósofa Hipatia hasta la cantaora Lola Flores.