El «boom» de la escalada llena Madrid de rocódromos: dónde practicar este deporte

Desde que Alberto Ginés se alzase con el oro en Tokio, los últimos Juegos Olímpicos de 2020 la escalada ha visto aumentada su visibilidad exponencialmente. Pero bien es cierto, que su auge en la Comunidad de Madrid viene de más atrás. Desde hace ya algunos años, antes de que la pandemia paralizase la vida a todos, el número de personas que practican este deporte ha ido creciendo sin parar y con ello, las licencia de montaña. Durante la última década se han disparado, si bien en 2009 había 8.000 de estas, en 2021 superaban las 21.300, según datos de la Federación Madrileño de Montañismo. Pero es imposible contabilizar cuantos más practican este deporte como aficionados.

Y es que el perfil del escalador también es algo que ha variado mucho con el paso del tiempo, como también lo han hecho los rocódromos, que ahora incluyen todas las modalidades y en su mayoría, son aptos para todos los niveles, así como la forma de entender este deporte. En la actualidad, la región cuenta ya con más de 30 recintos de pago o dónde los deportistas acudían para entrenar y para después salir a la montaña. Muchos son los que ya han dejado de lado la idea de madrugar o pasar frío y han optado por un sitio que tenga todas las facilidades y acuden a ellos sólo para entrenar. Pero según muchos profesionales de este deporte, el verdadero «boom» comenzó con la inclusión del deporte en los Juegos Olímpicos.

Diecisiete años

Así lo ratifica el escalador profesional pinteño Henoc García Montoya a LA RAZÓN. A sus diecisiete años compite junto a la selección española de Escalada en Hielo y Dry Tooling y hace unas solo unas semanas se alzó con el bronce en el campeonato del Mundo en Saasfe, Suiza, y el fin de semana pasado, compitió en la tercera prueba del campeonato de laCopa de Europa, en Oulu, Finlandia.

Esta especialidad consiste en escalar con unas botas con crampones incorporados y piolets en las manos, asemejándose así a la escalada en hielo natural. El uso de crampones es posible gracias a que la pared sobre la que se compite es de madera y esto hace que sean fáciles de clavar mientras se asciende y se apoyan los piolets en las presas. Este tipo de escalada suele practicarse en países dónde hace mucho frío y el hielo está presente, por lo que su práctica tanto en la Comunidad de Madrid como en España, se vuelve complicado. «Algunos rocódromos de competición tienen bloques de hielo que han hecho ellos mismos y aunque ni puedes clavar los piolets cuentan con agujeros para introducir la punta del piolet», asegura García. El pinteño llevaba bastante tiempo deseando escalar en hielo natural, un deporte complicado para empezar desde cero, pero que vio claro cuando salió el proyecto que puso en marcha la Selección Española, gracias a Israel Blanco, su entrenador. «Hice pruebas físicas, una de escalada con piolets y así comenzó todo. Con tener un buen nivel de escalada deportivo, luego es mejorar la técnica», relata.

Imposible vivir de ello

La temporada de campeonatos ha terminado para García, pero de cara a 2023 tiene previsto presentarse a más competiciones. Su intención no es otra que la de seguir compitiendo, pero sin dejar de lado los estudios y el trabajo, en especial en otra de sus pasiones, el diseño de interiores. Y es que la poca visibilidad que tiene este deporte hace, que a pesar de dedicarse a ello de forma profesional, no puedan vivir de ello. «Ahora mismo al nivel que estoy yo, que es un nivel alto pero en una categoría inferior, para jóvenes, es imposible dedicarte cien por cien a ello y ganar dinero con ello. Incluso las categorías absolutas, los que más patrocinadores tienen, hay muy pocos que vivan de ello», confiesa. Un deporte para el que cabe recordar, son necesarios exigentes entrenamientos y mucho tiempo de dedicación.

Para la competición profesional, el García entrena entre cinco a seis días a la semana que compagina con sus estudios. «Uno o dos días entreno con Andrea Cartas, mi entrenadora de selección escalada deportiva de Madrid. Otro par de días lo hago solo, con un entrenamiento que me marcan previamente, y otros dos lo hago con Israel Blanco, mi entrenador de la seleccione español. Con él hago entrenamientos de técnica como la colocación del piolet», apunta.

Como profesional García ha recorrido muchos de los rocódromos con los que cuenta la Comunidad de Madrid. Entre ellos, destaca para entrenar a alto nivel los rocódromos de Sputnik Climbing, ubicados en Las Rozas y Alcobendas, rocódromos en los que no solamente se apuesta por la escalada como un deporte, sino como una filosofía capaz de transmitir valores educativos. Cuentan con dos plantas totalmente diferenciadas y en la que contaremos con más de 1500 metros cuadrados escalables. El Sharma Climbing, en el distrito de San Blas y el más grande de España con cerca de 4.000 metros cuadrados de muros escalables. En él se puede realizar cualquier tipo de escalada, cuerda, bloque o velocidad. Cuenta con muros de hasta 19 metros de altura, con cerca de 160 vías y 150 bloques; un muro de competición de Boulder de 30 metros de ancho y muchas otras instalaciones.

Por último, los de Indoorwalls que cuentan con varios rocódromos en la región, de los cuales destaca el de Torrejón de Ardoz y el de Getafe, inaugurado recientemente. Con más de 4.000 metros cuadrados de planta, con una zona de escalada infantil innovadora, colorida y con unos diseños que parecen sacados de una película de animación. Una nueva apertura que confirma que la escalada “indoor” es, sin duda, el entretenimiento de moda. Estos son sólo algunos con los que cuenta la región y que más utiliza el escalador para entrenar, el motivo, que son los que tienen más opciones dentro de la escalada deportiva y sus modalidades.

Puntos clave en la Comunidad de Madrid

En el exterior, para escalada de dificultad con cuerda, paredes de 20-30 metros, García destaca Patones por sus posibilidades para la escalada física y más agresiva que el practica. Se podría decir que se trata de la zona de escalada sobre roca caliza (calcoarenita) más conocida y concurrida de los alrededores de Madrid y probablemente de toda la zona centro. Aunque su muro principal, el más oriental, pertenece a la provincia de Guadalajara, sus principales equipadores fueron madrileños. La altura de las vías va desde escasos siete metros en algunos sectores, como Stradivarius, a rutas de dos largos de unos 50 metros de los sectores Perejil o Muro de las Lamentaciones. En esta escuela predominan los desplomes llenos de agujeros y para las que conviene estar fuerte ya que sus vías suelen ser bastante explosivas.

Por otro lado, un sitio destacable es La Pedriza,uno de los lugares preferidos por los escaladores desde siempre. El paso del tiempo ha ido cavando formas curiosas e interesantes, además de crearse más de 1.000 vías ajustadas a todo tipo de dificultades.El Yelmo y Risco el Pájaro, son sus puntos más interesantes para los amantes de este deporte.

Y por último, el Vellón. A tan solo 50 kilómetros, es la escuela de escalada en caliza más cercana a la capital. Tiene un tipo de escalada explosiva de vías cortas, no más de 12-15 metros, y con pequeños desplomes. Hacer escalada deportiva aquí es el objetivo perfecto para los aficionados a las vías exigentes. En el Vellón encontramos algunos de los objetivos de los escaladores de grado más famosos de Europa, como es el Kundalini (8c). Como dato destacable para el pinteño, en invierno se suele llenar de agua por ser la cola del Embalse de Pedrezuela, lo que obliga a llevar una pequeña barca o destrepar para poder escalar. Una auténtica aventura.