Explosión en Barrio Salamanca
Los vecinos con pisos no colindantes al escenario del accidente podrán volver a sus casas
El accidente en el barrio Salamanca causó la muerte de dos personas y 19 heridos
La mayoría de los inmuebles de la calle General Pardiñas 33 volverán a abrirse. Tras una noche de vigilancia por parte del cuerpo de bomberos hasta las dos de la mañana, después apuntalar el inmueble damnificado y consolidar los huecos de la fachada, los efectivos han pasado la mañana revisando las viviendas contiguas. Los inquilinos se reunirán mañana domingo a las 12 horas con la empresa constructora y, si ésta lo considera seguro, regresarán a sus viviendas. Sin embargo, el número 35, así como el 78 de la calle Ayala, el epicentro del accidente, seguirán desalojados por el momento. Antonio Marchesi, supervisor de guardia de Bomberos de Madrid, ha informado de que, tras una evaluación por parte de los técnicos, el edificio de Ayala permanecerá completamente desalojado debido al desplazamiento del muro medianero, el cual necesita ser apeado. Por su parte, el número 35 se encuentra muy dañado y con zonas en riesgo de caerse. El supervisor ha declarado que “hay que esperar a la labor de la empresa constructora, donde lo primero que tienen que hacer es consolidar el edificio para que sea un espacio seguro de trabajo y, después, realizar un estudio para saber que ocurre con el edificio, si se repara o se derrumba”. A lo largo de la semana tomarán la decisión.
Durante todo el día, los bomberos han acompañado a los vecinos de los edificios afectados a recoger sus enseres o medicamentos de primera necesidad. Víctor Barrasús, jefe de guardia de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid ha declarado que, en lo que afecta a los vecinos del número 33, “podrán entrar en sus casas siempre acompañados de bomberos, para que retiren enseres personales y de vital importancia. Con cada vecino va a ir uno o dos bomberos, después, los técnicos municipales decidirán si podrán quedarse ya a pasar la noche, hoy o mañana”, puntualiza. Los vecinos que están entrando ahora a sus viviendas tienen de cinco a diez minutos para recoger sus pertenencias.
Dos víctimas mortales
Las dos víctimas mortales de la explosión, un español de 21 años, Ernesto, y un hondureño de 27 años, Miguel Alexander Rodríguez, se encontraban realizando trabajos de fontanería en el tercer piso del edificio y quedaron sepultados bajo varios metros de escombros en un patio interior. Los bomberos creen que bajaron al sótano a cerrar la llave del gas ante el fuerte olor en el edificio y murieron inmediatamente debido a la explosión. El jefe del operativo, Rafael Ferrándiz, antes de hallar los dos cadáveres, expone que se encontraban atrapados bajo dos metros de escombro macizo en uno de los patios, según detectaron los perros.
Nada más conocerse la noticia, la familia de Ernesto, proveniente de Toledo, se presenció en el lugar del accidente, salvo su hermano mayor que ya estaba allí porque también trabajaba en la obra. El otro fallecido, Miguel Alexander Rodríguez, vivía en Parla y deja viuda a su mujer Jeiny, con dos niñas, de 7 años y 10 meses. Tan pronto se supo la desgracia, los psicólogos municipales, Pedro y Esther, atendieron urgentemente a los familiares de las víctimas. Fueron siete horas de búsqueda hasta que los bomberos localizaron sin vida a los dos operarios desaparecidos. La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, junto con el alcalde y la vicealcaldesa, José Luis Martínez Almeida y Begoña Villacís, estuvieron presentes dándoles el pésame.
Un accidente laboral
El suceso tuvo lugar alrededor de las 13 horas en un piso del número 35 de la calle General Pardiñas, en confluencia con Ayala, del distrito Salamanca. La explosión por un escape de gas provocó dos muertes y 19 heridos, que fueron trasladados al Hospital de la Princesa y al Gregorio Marañón. Actualmente hay un hombre de 84 años en estado grave, se encuentra en cuidados intensivos con diversos politraumatismos. La Unidad de Policía Judicial de la Policía Municipal de Madrid investigará la explosión al tratarse de un accidente laboral.
Tras el estallido, un total de 96 personas fueron desalojadas de sus viviendas como medida de precaución, aunque solo seis han precisado alternativa habitacional, ha explicado el jefe de unidad de Samur, Juan Carlos Arellano. Juan Carlos ha contado que su equipo atendió a las necesidades de los vecinos, como la disposición de medicación, la entrega de las mascotas que se quedaron en las casas a sus dueños, o la atención específica a personas mayores.
Entre los que han podido recuperar algunas pertenencias se encontraba el senador del PP Rafael Hernando, que ha acompañado a su hermana, residente en uno de los dos inmuebles desalojados por precaución, para ayudarle en la recogida. “Dentro de lo que cabe, la vivienda no está demasiado afectada. Está afectada la zona del salón, con los cristales destrozados, las puertas… pero si lo comparamos con la terrible desgracia de los vecinos del 35, dentro de lo que cabe hemos tenido cierta fortuna”, ha notificado Hernando a la prensa.
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