Gatas
María González: “La Inteligencia Artificial no sustituirá a los médicos, pero les ayudará a llegar más lejos”
La creadora de Tucuvi explica a LA RAZÓN en qué consiste Lola, la enfermera virtual
Tiene 26 años y ya ha creado algo capaz de cambiar por completo la vida –y la salud– de mucha gente. María González es ingeniera biomédica, una rama aplicada a la medicina que aúna esta ciencia con la tecnología para crear, así, herramientas capaces de llegar más allá no solo en la prevención y cura de enfermedades, sino en algo que ella, desde el primer momento, deja patente que es esencial a la hora de tratar con una persona enferma: los cuidados que esta recibe. Partiendo de esta premisa, María ha desarrollado, junto a su compañero Marcos, Tucuvi, una tecnología basada en la Inteligencia Artificial que hace las veces de enfermera virtual: contacta con los pacientes para hacerles su seguimiento y envía los informes al médico, de tal manera que el profesional sanitario tiene información siempre actualizada sobre su estado. Todo ello, claro, sin que la persona tenga la sensación de estar hablando con una máquina fría.
“Empezamos con el proyecto hace dos años y ya está instalado en dos hospitales de Madrid, cuenta a LA RAZÓN esta joven emprendedora. Y es que ya son más de 16.000 personas las que, solo manteniendo conversaciones telefónicas, han sido atendidas por ‘Lola’, como ha sido bautizada esta enfermera virtual que está instalada en el Hospital de La Princesa y en el Ramón y Cajal. “Nos decidimos a desarrollarlo porque vimos que la atención sanitaria necesitaba un empujoncito a la hora de hacer el seguimiento de los pacientes desde sus casas, sobre todo cuando hablamos de personas con una enfermedad crónica o con movilidad reducida”, explica. “Por otro lado, es más que evidente la falta de profesionales sanitarios que hay para atender a tanta población, así que la tecnología resulta primordial, en este sentido, para que la atención médica llegue a todos”, añade.
De este modo, María se muestra plenamente convencida de que la tecnología, y en especial la Inteligencia Artificial, si bien no sustituye la atención de una persona, sí que “es fundamental para que el personal sanitario pueda hacer más”. “Lola da manos a los médicos para que puedan llegar a más pacientes”, asevera. Sin embargo, para desarrollarlo se han basado en una tecnología que lleva más de un siglo acompañándonos: las llamadas telefónicas. “Utilizamos un canal que es muy analógico pero que nos permite llegar, de esta manera, a absolutamente todas las casas. Da igual si la persona tiene limitaciones con la tecnología o si las tiene su vivienda, por ejemplo, si estamos hablando de personas que viven en zonas rurales en los que no llega internet. No hace falta. No hay ningún dispositivo nuevo, no hace falta que aprendan nada. Solo tienen que descolgar el teléfono y hablar con Lola”, explica.
Además, este modo de hacerlo ayuda también a los propios médicos, ya que “la llamada de teléfono es algo que ya está muy integrado en los procesos clínicos, y los profesionales sanitarios ya saben para qué sirve una llamada telefónica y cómo puede mejorar la salud del paciente. La llamada de Lola, por su parte, “tiene dos patas: la sanitaria y la del paciente”. “Por un lado, la parte sanitaria, en la que los profesionales tienen acceso a una plataforma web desde la que eligen el tipo de seguimiento que quieren para cada uno de sus pacientes”. Esto se llama protocolo. “Por ejemplo, si yo tengo insuficiencia cardiaca, se elige el procedimiento para esta patología, y Lola te pregunta si te has sentido hinchado, si en las últimas semanas has ganado o perdido peso, cuánto, si se duerme bien por las noches…”. Además, si bien hay un plan específico para cada patología, estos se pueden personalizar.
“El objetivo, en definitiva, es llegar a tiempo. Si un paciente con cardiopatía le cuenta a Lola que duerme con muchos cojines, esto probablemente signifique que le está costando respirar y, por lo tanto, que algo vaya mal”, señala María. “Cuando esto ocurre el médico va a visitarle para que no tenga que llegar al punto de ir a urgencias o ser hospitalizado”. Como este caso, cada patología tiene sus protocolos que permiten que, cuando salta la alarma, los profesionales sanitarios estén al tanto. “Además, al paciente le da mucha seguridad saber que semanalmente se le va a hacer ese seguimiento y que su médico está detrás, así que si pasa algo, van a intervenir rápido”, dice. Pero, sobre todo, María está convencida de que el auténtico éxito de Lola reside en el esfuerzo que han hecho en que sea capaz de transmitir “todo el cuidado y el cariño que debe recibir un paciente por parte del personal sanitario. Desde el equipo nos estamos ocupando justo de eso, de que transmita la máxima empatía posible”.
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